Detenido un joven de 19 años acusado de matar a un exconcejal de Granada de un puñetazo
La víctima cayó al suelo y pereció horas después como consecuencia del golpe | El presunto homicida es un vecino del barrio
El 23 de enero de este año, José Miguel Castillo Higueras, un exconcejal socialista del Ayuntamiento de Granada, recibió un puñetazo salvaje a las 8.05, cuando paseaba no muy lejos de su casa, en el centro de la ciudad de Granada. El golpe tiró al suelo a Castillo Higueras, de 75 años, que murió horas más tarde en un centro hospitalario de la ciudad sin que los médicos pudieran hacer nada por salvarle la vida. Exactamente dos meses después, el 23 de marzo, también por la mañana, agentes de la Policía Nacional han irrumpido en una casa ocupada del barrio del Realejo, a 15 minutos de donde ocurr...
El 23 de enero de este año, José Miguel Castillo Higueras, un exconcejal socialista del Ayuntamiento de Granada, recibió un puñetazo salvaje a las 8.05, cuando paseaba no muy lejos de su casa, en el centro de la ciudad de Granada. El golpe tiró al suelo a Castillo Higueras, de 75 años, que murió horas más tarde en un centro hospitalario de la ciudad sin que los médicos pudieran hacer nada por salvarle la vida. Exactamente dos meses después, el 23 de marzo, también por la mañana, agentes de la Policía Nacional han irrumpido en una casa ocupada del barrio del Realejo, a 15 minutos de donde ocurrió el crimen, y han detenido al presunto culpable de aquel homicidio. El detenido es un joven de 19 años y nacionalidad marroquí con antecedentes policiales. El caso está actualmente bajo secreto de sumario.
Pero mientras los detalles de la investigación están declarados secretos, la agresión por la que el edil falleció se ha visto con nitidez en la red al filtrarse, un par de días después de ocurrido, el vídeo de una cámara de seguridad que grabó el momento. En las imágenes, que aún se encuentran online, se percibe a Castillo Higueras caminar tranquilamente por la calle Frailes, seguido a un par de metros por alguien joven, con un gorro de lana y un abrigo o chaqueta en el brazo.
Segundos después, el que luego resultó ser el homicida, se pone a su altura, lo rodea ligeramente y se vuelve hacia el exconcejal para darle un único, pero brutal y mortal puñetazo. Castillo Higueras cae al suelo inmediatamente. A continuación y, sin dudarlo, el agresor se agacha, le toca la cabeza, quizá para comprobar si vive y, sin inmutarse, le busca algo en los bolsillos, de donde saca lo que parece ser una cartera. El asesino se aleja de allí tranquilamente, dejando en el suelo el abrigo que llevaba en el brazo.
Es esa prenda la que podría haber servido para dar ahora con el presunto asesino gracias al ADN encontrado en él. El presunto homicida fue detenido durante la investigación por otro delito y, posteriormente, fue puesto en libertad. Según fuentes judiciales, la policía solicitó judicialmente, “con causa justificada y nunca aleatoriamente”, aseguran, que en las semanas siguientes al asesinato se tomaran muestras genéticas a ciertos detenidos puestos a disposición judicial y una de ellas resultó ser coincidente con la extraída del abrigo.
Aquel domingo de enero, José Miguel Castillo Higueras estuvo tendido en el suelo durante 35 minutos hasta que alguien telefoneó al servicio de emergencias. En la ciudad se generó cierta polémica porque, según medios locales, las mismas cámaras que grabaron el asesinato muestran a personas pasando junto a su cuerpo tendido en el suelo sin hacer nada por él. Finalmente, alguien llamó al 061 que trasladó una ambulancia al lugar del crimen. Esas mismas fuentes mencionan como también recogidas por las cámaras una conversación previa entre el agresor y el agredido, apenas un minuto antes del fatal puñetazo.
En la mañana del viernes, el presunto asesino seguía bajo custodia de la Policía Nacional. Fuentes de este cuerpo explican que a pesar totalmente convencidos de la culpabilidad del detenido, este no pasaría a disposición judicial hasta que se venza el plazo de 72 horas con las que cuentan antes de ponerlo a disposición de un juez.
José Miguel Castillo Higueras fue siempre un hombre reconocido en la ciudad por su trabajo como concejal de Cultura en el periodo entre 1980 y 1992. Tras su homicidio, el Pleno del Ayuntamiento, por unanimidad, decidió nombrarlo concejal honorario a título póstumo.