Detenido un atracador veterano al que identificaron por sus “andares de Don Pimpón”

La Policía Nacional arresta en Málaga a un hombre de 67 años y con 26 arrestos anteriores por robar 130.000 euros en un banco

Arma requisada al atracador reincidente de 67 años en Málaga.
Madrid -

La Policía Nacional ha detenido en Málaga a un hombre de 67 años por atracar una sucursal de Unicaja y llevarse 130.000 euros de botín. Los investigadores han dado con él tras revisar cientos de horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de establecimientos próximos al lugar donde se cometió el delito. La singular forma de caminar del atracador, con leves vaivenes del cuerpo hacia ...

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La Policía Nacional ha detenido en Málaga a un hombre de 67 años por atracar una sucursal de Unicaja y llevarse 130.000 euros de botín. Los investigadores han dado con él tras revisar cientos de horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de establecimientos próximos al lugar donde se cometió el delito. La singular forma de caminar del atracador, con leves vaivenes del cuerpo hacia los lados, ha sido la pista clave del caso. “Tenía andares como de Don Pimpón” explican fuentes policiales. El lento bamboleo de los movimientos del personaje de Barrio Sésamo les remitió a una persona que conocían de casos anteriores. Partieron con esa hipótesis. Y la confirmaron más tarde gracias a las imágenes de los dispositivos de videovigilancia. El varón acumula 26 detenciones previas, medida docena por atracos en sucursales de Unicaja, su banco fetiche.

La última vez que el hombre había atracado una oficina bancaria, también en Málaga, fue arrestado nada más salir. Una persona vio lo que ocurría y llamó de inmediato a la policía. Los agentes, entonces, lo esperaron en la puerta para detenerlo. “Le cayeron varios años de prisión”, aseguran fuentes policiales.

Quizá por eso esta vez había decidido cambiar de modus operandi. Eligió una entidad en la barriada residencial de Ciudad Jardín, zona tranquila al norte de la capital malagueña. Acudió junto a su pareja y a su hermana, que se quedaron fuera del local, vigilando que no hubiera presencia policial. El atracador se hizo acompañar de otro hombre y ambos, encapuchados, irrumpieron a las 8.30 aprovechando la salida de una empleada de limpieza. El atracador veterano iba armado con una pistola que resultó ser de aire comprimido. Pero no había planeado más. “Tuvo suerte ―cuenta una fuente del Grupo de Atracos de la Comisaría Provincial de Málaga, que ha desarrollado la operación denominada Escarlata― “porque entró en la sucursal justo cuando estaban reponiendo la caja fuerte”.

Escapó con 130.000 euros: su jubilación. Esa entrada, con una peculiar forma de andar a lo Don Pimpón permitió a los policías identificarle. Comenzaron por analizar las imágenes del circuito cerrado de la oficina atracada, así como las de otras sucursales cercanas y comercios de la zona. Así, vieron cómo los dos hombres habían llegado hasta la zona, las dos mujeres se quedaban fuera y, finalmente, observaron la huida. También, cómo los asaltadores se detuvieron en una gasolinera, donde las cámaras pudieron captar la matrícula del coche. Recopilaron estos y otros argumentos hasta que un año después del robo decidieron arrestar al reincidente delincuente, aunque aún no han podido detener a su compañero de fechorías. También fueron detenidas su pareja y su hermana, de 50 y 57 años respectivamente.

“A Unicaja le robo hasta el sacapuntas”

La predilección por atracar sucursales de Unicaja ha sido otro factor importante en la investigación. Es el único banco que aparece en la media docena de robos en oficinas de su historial delictivo. Los agentes no saben con exactitud el motivo. Sí conocen la aversión que le produce la entidad. “Yo a Unicaja le robo hasta el sacapuntas”, le dijo a uno de los policías que acudió a su detención tras derribar la puerta de su vivienda. El atracador se suma la corta lista ya de personas que roban bancos. Fuentes policiales lo explican por varios motivos. El primero, el poco dinero en metálico que gestionan en el día a día, por lo que este tipo de atracos “son ya poco rentables”, según los investigadores. También influyen las altas medidas de seguridad de las entidades, sobre todo la apertura retardada de las cajas fuertes. Cuentan con plazos de alrededor de 15 minutos desde que se activan para ser abiertas hasta que efectivamente lo hacen. “Hace falta ser alguien veterano y con sangre fría para esperar ese tiempo en pleno atraco”, asegura un policía. Como el último detenido.

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