La población de los municipios pequeños y rurales en España crece casi un 10% de media en los últimos 25 años
El número de residentes aumenta en localidades costeras o cercanas a grandes urbes, mientras que disminuye en las zonas de interior, según un estudio
La despoblación es un problema que ha crecido en los últimos años, pero de forma desigual. En España, los municipios pequeños y rurales han crecido de media un 9,6% en los últimos 25 años, de acuerdo con un estudio publicado este miércoles por el centro de análisis de Esade. Lo determinante no ha sido tanto el tamaño como la ubicación de las localidades: mientras l...
La despoblación es un problema que ha crecido en los últimos años, pero de forma desigual. En España, los municipios pequeños y rurales han crecido de media un 9,6% en los últimos 25 años, de acuerdo con un estudio publicado este miércoles por el centro de análisis de Esade. Lo determinante no ha sido tanto el tamaño como la ubicación de las localidades: mientras los municipios rurales de las comunidades como Madrid (45%), Murcia (34%), Cataluña (31%), Valencia (19,3%) y Navarra (10%) han crecido notablemente en este periodo; los de Asturias (-26,9%), Castilla y León (-19,7%), Galicia (-16,9%), Extremadura (-9,6) y Castilla-La Mancha (-2%) se han llevado la peor parte. En los archipiélagos —Canarias un 55% y Baleares un 41%—, el crecimiento ha sido muy superior al de la media nacional.
Esta desigualdad, según el informe, se explica por el auge de las áreas metropolitanas en torno a los municipios centrales de las ciudades. La localización de las empresas en torno a las grandes urbes atrae población y trabajo, creando nuevas áreas de actividad que ya no están en los “municipios administrativos” sino en sus alrededores.
Sin embargo, la heterogeneidad en la despoblación se produce también dentro de las propias autonomías —y provincias— que, en términos generales, pierden habitantes. No se trata solo de municipios colindantes a grandes capitales como Madrid, donde se ve un crecimiento de hasta un 50% en provincias como Guadalajara, Toledo y Ávila. En Castilla y León, la gran parte de los pueblos pierde entre el 25% y el 50% de sus ciudadanos, pero los municipios colindantes con capitales de provincia también ganan población.
La pandemia frenó la sangría en los municipios con menos de 10.000 habitantes, pero el estudio lo atribuye a un descenso de las salidas más que a un aumento de las entradas. Si se compara con 2019, en 2020 hubo un 15% menos de desplazamientos. Aunque sí hubo movimientos desde Madrid o Barcelona a poblaciones de menos de 10.000 habitantes. Por ejemplo, la provincia de Ávila recibió a casi 1.000 madrileños más que en el año anterior, y la de Segovia, a 800.
En el litoral mediterráneo, los municipios que pierden población también son los del interior, mientras que los costeros crecen, a veces por encima del 30%. Es un patrón que también se observa en Andalucía. Las localidades de interior crecen menos que las cercanas al mar, aunque el entorno del Guadalquivir, una “tradicional arteria económica”, ha evitado perder población. En el litoral cantábrico, las diferencias son mayores. Aunque se observa el mismo patrón de pérdida en la mayoría de los municipios de Galicia y Asturias, en Cantabria el crecimiento en las zonas costeras es notable, y el País Vasco es la gran excepción: el aumento de población se extiende a todos los municipios, tanto a los de interior como a los cercanos al mar.
Conectar las periferias entre sí, no con el centro
Una de las propuestas que centra la lucha contra la despoblación es la mejora en la red de comunicación y transportes. Sin embargo, el informe advierte de las posibles consecuencias imprevistas si esa inversión no se mide bien. Conectar la periferia con el centro puede provocar que la primera se vacíe en beneficio del segundo. Esto haría aumentar aún más las desigualdades entre territorios, como se ha observado ya en otros lugares como Países Bajos o China. Una manera de evitar ese vaciamiento, sostienen los autores, sería unir las regiones periféricas entre sí, de modo que se generen “círculos virtuosos de actividad económica”. Entre el resto de iniciativas para paliar el éxodo rural, también proponen descentralizar las instituciones, dar incentivos fiscales e implementar políticas para atraer inmigración, no solo nacional sino también internacional.