El PP elige a Nadia Calviño como su nuevo centro de ataques
Casado ordena centrar el tiro en la vicepresidenta después de un cruce privado en el que ella le afeó su tono duro en el Congreso
Hasta hace muy poco tiempo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, una independiente con larga trayectoria en Bruselas, que no ha ido nunca en una lista electoral del PSOE y tiene buena imagen en el mundo empresarial y económico, esquivaba los peores ataques de la oposición. Los dardos del PP y Vox se concentraban sobre todo en Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, o en Fernando Grande-Marlaska, otro de los objetivos preferidos del grupo de Sa...
Hasta hace muy poco tiempo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, una independiente con larga trayectoria en Bruselas, que no ha ido nunca en una lista electoral del PSOE y tiene buena imagen en el mundo empresarial y económico, esquivaba los peores ataques de la oposición. Los dardos del PP y Vox se concentraban sobre todo en Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, o en Fernando Grande-Marlaska, otro de los objetivos preferidos del grupo de Santiago Abascal. Pero en las últimas semanas, Calviño, que es vicepresidenta primera, ha ido ganando peso político, y eso ha provocado que aumente la tensión en el choque con la oposición. Ya en la sesión del control del miércoles se vio un cambio de tono, cuando ella lanzó al líder del PP: “¡Qué desesperados tienen que estar para decir esa sarta de barbaridades que hemos escuchado!”. Pero fue este jueves cuando el PP entró en tromba contra ella.
En el origen de este cambio de rumbo, que no parece temporal, está este nuevo perfil político, pero sobre todo un cruce que tuvieron Pablo Casado y la vicepresidenta en una conversación privada el miércoles por la tarde en un acto público, mientras esperaban para saludar al rey Felipe VI.
El choque, adelantado por El Confidencial, empezó cuando Casado, que pocas horas antes había sido durísimo en el Congreso y había acusado al Gobierno de proteger a abusadores de menores por un escándalo en Baleares y por el caso del exmarido de Mónica Oltra, condenado por abusos a una menor tutelada, saludó a la vicepresidenta con un “¿Cómo estás?”
Ella le contestó todavía indignada por el tono de la sesión de control: “Estoy descompuesta por el tono que habéis utilizado hoy”. A partir de ahí se produjo un choque duro en el que Casado le echó en cara que ella no podía marcar lo que él decía en el Congreso, y le lanzó un reproche similar al que había hecho en la sesión de control, con acusaciones directas de encubrir a abusadores sexuales o de estar arruinando el país. La vicepresidenta le repetía: “¿Pero te das cuenta de las barbaridades que estás diciendo?”. La tensión fue creciendo y la conversación acabó mal. Calviño se alejó de Casado y se acercó al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, al que le dijo, según aseguró él mismo a los medios: “Tu jefe es un desequilibrado”.
Mientras la vicepresidenta ha decidido no hacer más leña de este episodio, y no ha hecho ninguna mención pública directa al asunto, Casado ordenó a los suyos salir en tromba contra ella. Varios dirigentes atacaron este jueves a la vicepresidenta, y la cuestión llegó incluso al pleno del Congreso de los Diputados, donde el diputado Miguel Ángel Paniagua, en el debate sobre un decreto económico sin ninguna relación con este asunto, le sacó desde la tribuna ese choque en la conversación privada con su líder.
“Es intolerable su falta de respeto al líder de la oposición. No se lo podemos permitir. Debe rectificar cuanto antes”, lanzó Paniagua mientras Calviño gesticulaba y le miraba estupefacta, sorprendida de que una cuestión privada llegara hasta la tribuna en un debate económico. “¿Cómo no va a exigirles responsabilidades a ustedes por intentar ocultar abusos a menores tuteladas bajo gobiernos socialistas? Usted estará asqueada, pero más asqueados están los españoles de su comportamiento mezquino y de las consecuencias de sus decisiones económicas”, remató.
El PP sostiene que Calviño le dijo a Casado, “con muy malas formas” que estaba “asqueada” con su discurso, y a eso se refería el diputado. En el Gobierno no corroboran esa versión, sobre todo en las formas, y aseguran que en todo momento era al revés, ella la que recriminaba a Casado el mal tono y las brutales acusaciones que le había lanzado en público y repetía después en privado.
Calviño, visiblemente molesta y poco acostumbrada a este tipo de choques políticos, que sí son frecuentes con Sánchez y antes con Pablo Iglesias, evitó contestar en el pleno, pero en cuanto salió al pasillo y los medios le preguntaron aseguró: “Estoy sorprendida con el debate, con acusaciones personales y un tono que no se corresponde con el que deberíamos tener aquí”.
En el Gobierno hay mucha indignación con el endurecimiento del tono de Casado, sobre todo con este asunto del supuesto encubrimiento de abusadores sexuales, que tiene desconcertado al Ejecutivo porque es una acusación tan grave que les cuesta asimilarla. El análisis extendido en el Ejecutivo es que Casado tiene problemas internos para consolidar su liderazgo frente a Isabel Díaz Ayuso y también está en una competición cada vez más dura con Vox y por eso trata de destacar como el más extremo de los dirigentes, con un tono que supera incluso sus momentos más exagerados.
Calviño, que no está familiarizada con la costumbre de algunos políticos de decirse todo tipo de barbaridades en tribuna y luego salir a charlar tranquilamente en los pasillos, trató de expresar con naturalidad ese malestar, pero el episodio solo ha servido para reforzar la decisión del PP de centrar en ella sus ataques. Es probable que la situación empeore en las próximas sesiones.
Para el PP, la vicepresidenta primera es ya la nueva pieza a abatir. Casado, según su entorno, está indignado y no va a parar. Los principales portavoces del partido salieron este jueves en tromba contra Calviño en un intento de erosionar la imagen de una de las figuras más moderadas del Gobierno, con la que hasta ahora el PP mantenía una relación de cierto respeto.
En el PP no negaban este jueves que Casado dio orden al partido de salir a por Calviño. Varios dirigentes del partido se lanzaron en distintas comparecencias públicas contra la vicepresidenta primera, acusándola de haberse “quitado la careta de moderada” y de ser una “feminista de pandereta”, supuestamente por no defender a las víctimas de los presuntos abusos sexuales a menores que el PP reprocha a los socialistas.
Los populares se refieren principalmente a dos asuntos: una supuesta red organizada que se dedicaba a la explotación sexual de jóvenes tutelados por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales, cuya investigación fue archivada por la Fiscalía, y la condena por abuso sexual a una menor al exmarido de Mónica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana. El PP pedirá una comisión de investigación en el Congreso sobre estos dos casos que Casado sacó a relucir en la sesión de control al Gobierno y que indignaron a Calviño.
Los populares se despacharon contra la vicepresidenta primera. “¿Te asquea que controlemos al Gobierno y pidamos que se investiguen los abusos a menores tuteladas por administraciones socialistas?”, inquirió en Twitter a Calviño la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, en un tono más exaltado de lo que acostumbra. “¿Por qué calláis y lo tapáis? Acostúmbrate. Vas a tener que oírnos hasta que se depuren responsabilidades. ¡Nadie nos callará!”.
La portavoz de los populares describió a Calviño como una “nefasta” ministra de Economía que está “hundiendo” a España. “Es la peor vicepresidenta de Economía de toda Europa. No me extraña que no la quieran para dirigir organismos europeos”, enfatizó Gamarra, en referencia a la fallida candidatura de Calviño a la presidencia del Eurogrupo. Hasta ahora, los cruces entre Calviño y Gamarra quedaban en un segundo plano frente a los de Sánchez y Casado o Díaz y Teodoro García Egea. A partir de ahora puede que las cosas cambien.