Afiliarse a Ciudadanos en su peor momento
Cinco miembros recién ingresados en Cs explican su decisión de apoyar al partido cuando está desplomado en las encuestas
Cuando Albert Rivera dejó la presidencia de Ciudadanos tras la debacle electoral de noviembre de 2019, Félix Méndez, ahora de 23 años, iba en tren de vuelta a casa, en Pinto (Madrid). Estudiante de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Universidad Complutense, venía de hacer un examen y escuchó la despedida del exdirigente de Cs por la radio. “Me dio pena. Pero lo vi como un acto valiente porque cuando supo que no podía hacer más por el partido tomó la decisión de irse”, cuenta en la se...
Cuando Albert Rivera dejó la presidencia de Ciudadanos tras la debacle electoral de noviembre de 2019, Félix Méndez, ahora de 23 años, iba en tren de vuelta a casa, en Pinto (Madrid). Estudiante de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Universidad Complutense, venía de hacer un examen y escuchó la despedida del exdirigente de Cs por la radio. “Me dio pena. Pero lo vi como un acto valiente porque cuando supo que no podía hacer más por el partido tomó la decisión de irse”, cuenta en la sede de la formación, en Madrid. Méndez se afilió al partido que ahora lidera Inés Arrimadas en mayo de este año, tras las elecciones en la Comunidad de Madrid, cuando Ciudadanos pasó de 26 escaños a cero en la Asamblea autonómica. “Me afilié por el ambiente de crispación que se creó. Para que PP y PSOE se apoyen en Ciudadanos en vez de en los extremismos y populismos. Tengo muchas ganas de aportar mi granito de arena y revivirlo”, añade.
Méndez ya había votado al partido, porque comulga, explica, con sus políticas de derechos individuales y económicas. “Su mayor acierto ha sido cumplir siempre lo que decía a sus votantes”, afirma. Pero el suyo es un caso extraño: la formación vive en estos momentos sus horas más bajas, con las encuestas a la contra y un goteo de bajas de cargos orgánicos que no cesa tras la fallida moción de censura de Murcia en marzo. Los últimos sondeos le otorgan un 3,4% en intención de voto al Congreso, frente al 6,9% de las elecciones de noviembre de 2019, en las que consiguieron solo 10 diputados. En abril de 2019, cuando Cs obtuvo su mejor resultado —57 diputados—, el porcentaje fue del 15,86%.
“Me he subido a un barco en crisis”, manifiesta por teléfono otra afiliada reciente, Yolanda Jiménez. Esta granadina de 52 años se sacó el carné en julio. Ya había votado a Ciudadanos en el pasado, pero decidió implicarse de forma activa precisamente por la crisis que atraviesa. “Yo soy de centro. Y, como empecé a ver que la gente se iba, dije: ‘Esto hay que apoyarlo’. Porque flaquee la cosa no hay que saltar del barco”, explica. Según la web de Cs, 17.000 personas están afiliadas ahora. Pero es un dato que lleva sin actualizarse meses. En noviembre de 2019, el total rondaba los 30.000. Fuentes de la formación aseguran que el dato real debe estar en torno a 16.000 y que las altas son escasas.
Jiménez trabaja como funcionaria de la Consejería de Educación de la Junta andaluza en Granada. “Mis amigos de derechas me llamaban roja y los de izquierdas, facha. Pero yo soy de centro, creo que Ciudadanos es más importante que nunca porque no es bueno que gobiernen dos partidos. Son todo relaciones de amigos. Y me gustan sus políticas económicas y sociales, sobre todo las verdes”, señala la granadina, que se sintió “decepcionada cuando Rivera no pactó con Sánchez”.
La cuota de afiliación en Cs es de 10 euros al mes. Según los presupuestos publicados en su portal, el partido ingresó 2.107.651 euros por cuotas de afiliados en 2020 y 3.137.410 en 2019. “Ahora se da un saldo cero. Si se nos van 100 afiliados, vienen otros 100″, asegura un miembro de la cúpula. “Empezamos a notar una cierta recuperación, aún incipiente”, añaden otras fuentes. El partido no ofrece datos oficiales de afiliación ni de bajas.
Noemí Pérez, de 18 años, se inscribió el 23 de enero de este año, el día que cumplió la mayoría de edad, circunstancia imprescindible para poder hacerlo. Para ella, Inés Arrimadas es un referente: “La veo una mujer muy transparente, valiente y humilde”. Pérez, que vive en Rivas (Madrid) y estudia Ciencias Políticas y Administración Pública, se plantea como una opción de futuro hacer carrera política en el partido. También en la Comunidad de Madrid se afilió Jennifer Higuero, de 32 años, vecina de Mejorada del Campo y administrativa en una empresa de piscinas. Ella cambió del PP a Ciudadanos durante la pandemia. “Me desinflé porque no me aportaba nada. Y en cambio Ciudadanos me gustaba bastante. Al final no hace falta ser en esta vida ni blanco ni negro”, sostiene. Madre de un niño de cinco años, se afilió en julio atraída por el trabajo que hace el partido en su municipio.
Cerca de 80 concejales han abandonado Cs desde las últimas elecciones locales, ya sea por expulsión o por pedir la baja. Arrimadas anunció el pasado día 22 la celebración de un “gran encuentro municipalista” en el que concentrar a los ediles que tiene el partido, unos 2.700. “Será antes de final de año. Va a haber formación y se van a mostrar casos de éxito para ir todos a una”, avanza un miembro de la dirección.
Remontar tras la covid
Fuentes del partido subrayan que la pandemia ha dificultado la comunicación con los simpatizantes por no poder transmitir sus valores cara a cara y que ahora es el momento de darle la vuelta a la situación para atraer a más afiliados. Cs ha recuperado uno de los eventos que solía organizar cada año y que fue suspendido por la covid: el campus de jóvenes. Sevilla acogerá las jornadas los días 26, 27 y 28 de noviembre. “Va a marcar un antes y un después”, auguró Borja González, secretario de Organización.
Sergi Torres, de 19 años, tiene pensado acudir a las jornadas. Él vive en Barcelona y se afilió en noviembre de 2020. En su familia siempre se hablaba de política y sus primeros recuerdos sobre Cs se remontan a la época en la que Rivera aparecía en el canal catalán 8TV. Fue a partir de entonces, y sobre todo desde la histórica victoria en las elecciones al Parlament de 2017, cuando se dio cuenta de que ese era su partido. “Yo creo en los valores del liberalismo y en que hay que acabar con el bipartidismo. Y Ciudadanos me representa porque defiende el Estado de derecho, más allá de los populismos”, cuenta por teléfono.
Torres estudia Administración y Dirección de Empresas más Derecho en la Universidad de Barcelona, en febrero tuvo su primera asamblea y desde este septiembre es miembro de la junta directiva de la agrupación de Ciudadanos BCN-Dreta de l’Eixample. “Su lucha contra el nacionalismo también me atrae, pero no es determinante. Lo veo como una lucha contra un populismo más”, sentencia.
En las elecciones autonómicas de Cataluña del pasado 14 de febrero, Ciudadanos sufrió también un duro revés: pasó de ser la fuerza más votada en 2017 a quedarse con el séptimo puesto, y de 36 escaños a solo seis. “Uno de sus problemas ha sido la estrategia de comunicación. Aquí ha sido el partido con más iniciativas en el Parlamento y eso no ha llegado a la gente”, argumenta Torres. De momento no tiene pensado dedicarse a la política, aunque no lo descarta en un futuro. “Ahora que estamos en horas bajas, es más importante si cabe afiliarse”, subraya, “porque es cuando de verdad se ve que estás en él porque apoyas los valores del partido y no porque quieres un cargo”.