Los narcos pierden cerca de siete toneladas de cocaína en dos envíos capturados de camino a España
Los alijos fueron interceptados en alta mar y habrían reportado a proveedores y distribuidores de la droga unos 300 millones de euros
Dos alijos de cocaína de casi siete toneladas han sido capturados en alta mar, en apenas un mes, en pleno transporte a España desde donde iban a ser distribuidos. Dos varapalos consecutivos para los narcos que operan con potentes organizaciones en la distribución de esta droga en Europa y suponen unas pérdidas de cerca de 300 millones de euros para proveedores, transportistas y vendedores.
El último cargamento apresado de 2.500 kilos de cocaína llegó este viernes al puerto de Vigo donde fue desembarcado. La droga la...
Dos alijos de cocaína de casi siete toneladas han sido capturados en alta mar, en apenas un mes, en pleno transporte a España desde donde iban a ser distribuidos. Dos varapalos consecutivos para los narcos que operan con potentes organizaciones en la distribución de esta droga en Europa y suponen unas pérdidas de cerca de 300 millones de euros para proveedores, transportistas y vendedores.
El último cargamento apresado de 2.500 kilos de cocaína llegó este viernes al puerto de Vigo donde fue desembarcado. La droga la transportaba un velero, el Goldwasser, interceptado al norte de las Islas Azores el pasado 8 de octubre tras un abordaje de agentes de Policía Nacional (GEOS) y una dotación de asalto del buque Petrel de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.
La detección del narcovelero es el resultado de una operación conjunta de la Agencia Tributaria y equipos de análisis británicos y franceses, además de la agencia antidroga norteamericana Dea y policías de Países Bajos. La operación denominada Midas-Ballestrinque ha permitido desarticular una organización asentada en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. Es la cuarta organización desarticulada desde julio en el sur de la Península a las que se les ha incautado tres toneladas y media de cocaína, según informaron fuentes policiales.
Cuando se supo que el barco habría cargado cocaína e iniciaba el camino de regreso para introducir la mercancía en España, se solicitó autorización al país de abanderamiento de la embarcación sospechosa (Alemania) a través del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) para proceder a su abordaje antes de que pudiera trasbordar la droga a otra embarcación.
El abordaje se llevó a cabo en medio de un fuerte oleaje que puso en riesgo el asalto por parte de los agentes del buque de operaciones especiales del Servicio de Vigilancia Aduanera, Petrel, a unas 480 millas al norte de las Islas Azores, en aguas internacionales. El viaje a Vigo remolcando el cargamento duró una semana.
“Al igual que en otras investigaciones, se ha podido comprobar cómo la organización utilizaba el tráfico marítimo de recreo entre Europa y las islas caribeñas, a cuya sombra, expertos en navegación han tratado de aprovechar condiciones climatológicas de peligrosidad extraordinaria para tratar de eludir la acción de las fuerzas de seguridad”, han explicado fuentes de la investigación.
Otro cargamento con el que los narcos iban a coronar la campaña navideña cayó en manos de la Policía en el Caribe, cuando se dirigía a Galicia hace dos semanas. Los 4,248 kilogramos iban a bordo de un pesquero venezolano y fueron detenidas 20 personas, entre ellas, el máximo responsable de este transporte. Se trata de un traficante hispano-marroquí, sobre el que pesaba una orden de extradición y que se había refugiado en Cataluña donde tenía su escondite. La policía le sitúa en la cúspide de una organización que enviaba que enviaba a España importantes cantidades de cocaína.
Esta investigación conjunta de la Policía Nacional y la Policía Judiciaria portuguesa, con participación de la Armada francesa, ha constatado, por primera vez, que las grandes organizaciones implantadas en Sudamérica emplean los viejos métodos de los transportistas gallegos para incrementan la seguridad de sus operaciones marítimas, según explicaron fuentes policiales. Se trata de emplear lanchas ultrarrápidas o planeadoras para alijar grandes partidas de cocaína con el apoyo de pesqueros; una logística inusual en estas latitudes del océano Atlántico.