Detenida una familia por explotar laboralmente a trabajadores en fincas sevillanas

Al menos 32 personas fueron sometidas a jornadas interminables, sin derecho a descanso, y obligadas a vivir en condiciones de hacinamiento

Agentes de la Policía Nacional durante la detención de un clan familiar que explotaba laboralmente a sus trabajadores en Carmona (Sevilla).
Sevilla -

Dormían hacinados después de trabajar durante jornadas interminables, sin derecho a descanso y aunque estuvieran enfermos, cobraban un salario mísero del que además se les detraía el importe por el transporte en furgonetas hasta las fincas donde faenaban. Así vivían 32 jornaleros de distintas nacionalidades, explotados laboralmente por una familia de Carmona (28.834 habitantes, Sevilla), cuyos cinco integrantes han sido d...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dormían hacinados después de trabajar durante jornadas interminables, sin derecho a descanso y aunque estuvieran enfermos, cobraban un salario mísero del que además se les detraía el importe por el transporte en furgonetas hasta las fincas donde faenaban. Así vivían 32 jornaleros de distintas nacionalidades, explotados laboralmente por una familia de Carmona (28.834 habitantes, Sevilla), cuyos cinco integrantes han sido detenidos por la Policía Nacional este miércoles.

Los miembros de esta red de explotación familiar tenían perfectamente repartidos sus roles dentro de la organización. La cabecilla era una mujer de 58 años y su pareja, estaba al tanto del maltrato que se ofrecía a los trabajadores. Ella era la responsable de captar a los jornaleros. Uno de los hijos ejercía como capataz y se encargaba del traslado de los trabajadores hasta los campos en los que faenaban. Lo hacía en furgonetas en los que viajaban más de 15 personas, a cambio de cinco euros por cabeza, que se les descontaba de un salario “paupérrimo”, según coinciden los relatos de varios de los temporeros de los que abusaron laboralmente.

Pese a vivir y ser explotados en la provincia de Sevilla, la investigación que puso sobre la pista de la familia ahora detenida se inició a casi 1.000 kilómetros de distancia. El pasado mes de enero, dos personas que en su momento habían sido captadas por el matrimonio carmonense y sus hijos denunciaron en Navarra ser víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación laboral.

Los agentes de la Unidad de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (Ucrif) de Sevilla identificaron a otras dos víctimas de origen colombiano cuyas versiones eran coincidentes tanto en el nombre de la persona para la que trabajaban, las condiciones laborales ofrecidas con un salario paupérrimo, sin contrato y sin ser dados de alta en la Seguridad Social. Los detenidos se aprovechaban de la situación irregular de los jornaleros para imponerles sus condiciones laborales y de vivienda.

Los trabajadores eran obligados a residir en casas proporcionadas por la familia en la localidad sevillana de Villanueva del Río. Allí se hacinaban hasta 13 personas en tan solo tres habitaciones y “en condiciones deplorables”, según describen fuentes de la investigación.

Gracias a las pesquisas, los agentes han podido localizar a 32 trabajadores, de origen sudamericano y subsahariano. Todos eran obligados a trabajar de sol a sol, sin descanso y, en plena pandemia, aunque estuvieran enfermos. Los cinco detenidos han sido acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores y pertenencia a organización criminal. Si alguno amagaba con irse, era advertido de que acabaría detenido porque denunciarían a las autoridades su situación irregular, indican las fuentes de la investigación.

Incremento de la explotación laboral

En los seis primeros meses de 2021 el Servicio de Asistencia a Víctimas en Andalucía (SAVA), dependiente de la Consejería de Justicia, había atendido en Sevilla a 27 personas víctimas de explotación sexual o laboral, unas cifras que permiten proyectar que a final de año el incremento será superior al 200% respecto de 2019. En estos dos últimos años se ha apreciado un incremento de la explotación laboral en esta provincia. La falta de recursos acaba abocándolos a caer en las redes de las mafias de explotación laboral que, como se ha visto en el caso de Carmona, no son solo grandes organizaciones de Europa del Este o África, sino que también están formadas por matrimonios o familias.

Sobre la firma

Archivado En