La mejora del servicio ferroviario entre Bilbao y Santander continúa ganando apoyos

Equo y la Plataforma en defensa del tren que une las dos ciudades se han reunido este jueves para buscar posibles soluciones

Un tren accede a la estación de Karrantza (Bizkaia).cedida

Entre Bilbao y Santander apenas hay 74 kilómetros. Una distancia que puede ser recorrida fácilmente en coche o en autobús en poco más de una hora y media. En el polo opuesto se encuentra el tren, con una estructura que, como indica Álvaro Santamaría, de la Plataforma en defensa del tren Santander-Bilbao, se encuentra “totalmente abandonada”. Cada vez son más partidos políticos e instituciones que se han mostrado a favor de modernizar y adecuar las vías del tren.

El último de ellos ha sido Equo en la reunión que las dos parte...

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Entre Bilbao y Santander apenas hay 74 kilómetros. Una distancia que puede ser recorrida fácilmente en coche o en autobús en poco más de una hora y media. En el polo opuesto se encuentra el tren, con una estructura que, como indica Álvaro Santamaría, de la Plataforma en defensa del tren Santander-Bilbao, se encuentra “totalmente abandonada”. Cada vez son más partidos políticos e instituciones que se han mostrado a favor de modernizar y adecuar las vías del tren.

El último de ellos ha sido Equo en la reunión que las dos partes han mantenido este jueves en la localidad de Zalla. Inés Sabanés, la co-portavoz del partido, ha insistido en la necesidad de emplear recursos económicos para paliar el problema de frecuencias y emisiones contaminantes: “En un contexto de crisis climática que nos obliga a reducir las emisiones es absolutamente necesaria una gran inversión en la red ferroviaria convencional, como esta línea de las Encartaciones y la conexión Bilbao-Santander”. La defensa protagonizada por el partido verde se une, de este modo, a la que hizo el diputado de EH-Bildu Oskar Matute y a la de Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso.

Santamaría aclara que las medidas puestas encima de la mesa han sido catalogadas de “muy lógicas” por parte de la mayoría de partidos a nivel nacional. Sin embargo, las competencias que permiten mejorar el servicio corren a cargo de Renfe y del Ministerio de Transportes. “Nuestro objetivo sigue siendo convocar a más partidos. Buscar posibles soluciones”, señala. Uno de los principales problemas, tal y como indican desde la Plataforma, radica en el pésimo estado de las vías que, unido a la falta de maquinistas, hace que completar el trayecto se convierta en una quimera: “La frecuencia que impusieron durante los meses de confinamiento fue la gota que colmó el vaso. Solamente había un tren al día. Si ibas, no podías volver”, denuncia Santamaría.

El próximo domingo se volverá a los cinco trenes diarios, la frecuencia existente antes de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la Plataforma no considera que la demanda del servicio se vea potenciada. “Lo que exigimos es que el tren sea el eje central, no que los autobuses complementen al tren. Es necesario un plan integral”. Una posición que es compartida por Sabanés, quien también se ha referido este jueves en Radio Popular a la necesidad de que Cantabria cuente con una red de ferrocarril sostenible y con rentabilidad social. “La Cornisa Cantábrica necesita un tren del siglo XXI para garantizar la cohesión del territorio, asegurar el derecho a la movilidad y superar los retos de la emergencia climática”.

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La inauguración del trayecto entre Bilbao y Santander se produjo en julio de 1896. Desde entonces, el número de viajeros que optan por viajar en tren se ha visto cada vez más reducido. Las 33 paradas que forman parte del proyecto, unido al tiempo excesivamente largo en comparación con el coche privado y el autobús, ha hecho que la demanda haya descendido un 48% desde el año 2005. La bajada de viajeros y el abandono de las vías no solo repercute en el aspecto privado, sino también en el de mercancías, con un 77% menos que quince años atrás.

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