Socios y aliados urgen al PSOE a abordar ya la reforma eléctrica

El PP se queda sin apoyos en su intento de llevar al Congreso a Sánchez y a la mitad de su gabinete

Desde la izquierda, los portavoces de ERC, Gabriel Rufián; PNV, Aitor Esteban, y PSOE, Adriana Lastra, este miércoles en el Congreso.Fernando Alvarado (EFE)

La presión política sobre la parte socialista del Gobierno para que aborde de forma urgente la reforma del mercado eléctrico crece cada día. Dentro del Ejecutivo, Unidas Podemos no ceja en su ofensiva, y en el Congreso se constató este miércoles que las voces que lo reclaman son también mayoritarias. Entre los habituales apoyos externos del Gabinete, como ERC, PNV, EH Bildu, Más País o Compromí...

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La presión política sobre la parte socialista del Gobierno para que aborde de forma urgente la reforma del mercado eléctrico crece cada día. Dentro del Ejecutivo, Unidas Podemos no ceja en su ofensiva, y en el Congreso se constató este miércoles que las voces que lo reclaman son también mayoritarias. Entre los habituales apoyos externos del Gabinete, como ERC, PNV, EH Bildu, Más País o Compromís, y también en una de las fuerzas de la oposición, Ciudadanos. Con eso tendrá que lidiar la próxima semana en la Cámara la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuya comparecencia fue respaldada por unanimidad de la Diputación Permanente.

El órgano extraordinario del Parlamento había sido convocado en medio de las vacaciones ante la avalancha de solicitudes del PP, que pretendía llevar de forma urgente ante la Cámara al presidente del Gobierno y 10 de sus ministros. Los populares apenas lograron abrir brechas entre los grupos que sostienen al Ejecutivo y sus pretensiones se estrellaron una vez más ante el muro de la mayoría. Solo Vox y Ciudadanos respaldaron al PP. Las tres únicas comparecencias aprobadas, las de Ribera y los ministros de Exteriores, por la crisis afgana, y de Sanidad, por las vacunaciones, eran las que previamente ya había anunciado el propio Gobierno.

El torrente de peticiones del PP, cuando el Congreso aún no ha retomado su actividad ordinaria, tenía como finalidad mostrar, según su portavoz, Cuca Gamarra, que ese partido “está de guardia permanente, no descansa”. La justificación fue acogida con ironía por Txema Guijarro, de Unidas Podemos: “Gracias por ser nuestro ángel de la guarda”. Los socios del Gobierno, pero también otros grupos como el PNV, reprocharon a los populares que pretendiesen dar carácter de urgencia a asuntos como la nacionalización de sefardíes o la represión política en Nicaragua.

En este primer y larguísimo aperitivo del próximo curso parlamentario —más de seis horas, sin descansos—, los escasos apuros para el Gobierno llegaron de entre sus propias filas y las de sus allegados. Cuando se hablaba de los últimos acuerdos entre el Ejecutivo y la Generalitat, el diputado catalán de Unidas Podemos Gerardo Pisarello lanzó todo un alegato contra la ampliación del aeropuerto del Prat, pactada con la ministra socialista de Transportes, que llegó a calificar de “auténtica locura”. Sobre el precio de la luz, el socio minoritario evitó reproches directos a sus compañeros de Gabinete, pero no dejó de reclamar algunas medidas inmediatas vía decreto y otras de mayor alcance. “Esto no se va a resolver mientras no enfrentemos el oligopolio eléctrico”, sentenció el diputado Javier Sánchez Serna.

También entre sus aliados externos el PSOE escuchó voces que le reclamaban medidas de calado frente a las desenfrenadas subidas de precios. En la izquierda, los socialistas encontraron acusaciones de connivencia con las eléctricas. “No es porque no se puede, es porque no se quiere”, lanzó Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, que coincidió con Gabriel Rufián, de ERC, al calificar el sistema de fijación de precios como “una estafa” y en abogar por la intervención pública en el mercado. Cuatro diputados de la izquierda, los que suman Más País, Compromís y Nueva Canarias, registraron la solicitud de una comisión de investigación sobre la factura de la luz. Se trataría, según el valenciano Joan Baldoví, de escuchar las voces de expertos para establecer “un diagnóstico serio y riguroso” antes de tomar medidas.

Aunque en posiciones ideológicas distintas, el PNV también defendió que ha llegado el momento de “entrar con el bisturí”. “Una reforma profunda, drástica”, urgió su portavoz, Aitor Esteban. Y Ciudadanos, a través de su diputada Carmen Martínez Granados, abogó por un pacto de Estado que permita revisar “elementos estructurales del sistema eléctrico”. El PP, en cambio, no ve necesidad de intervenir en el mercado. Su propuesta, reiterada por el diputado Guillermo Mariscal, es aligerar la factura de la luz traspasando al Estado los costes de parte de las compensaciones a las eléctricas, una solución en cuyo rechazo coinciden la izquierda y Ciudadanos.

El diverso inventario de solicitudes del PP y las seis horas de discusiones dieron pie a hablar de casi todo. Sobre la crisis afgana, los populares tampoco lograron que Sánchez acuda a dar explicaciones en un Pleno extraordinario. Al contrario, el Gobierno recibió palabras de elogio y comprensión de fuerzas como ERC, PNV y Compromís. Aún con los rescoldos vacacionales en el ambiente, los debates transcurrieron sin grandes choques hasta que a la diputada de extrema derecha Mireia Borrás le dio por decir que Federico García Lorca “hoy votaría a Vox”, porque el poeta “amaba España” y la “única manera de defender y amar a España hoy” es estar con ese partido. En la sala se organizó un alboroto y Guijarro, de Unidas Podemos, gritó: “¡Si lo matasteis vosotros!”. Pese a la petición expresa de la presidencia, el diputado se negó a retirar la frase.

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