A la caza de los conductores temerarios en Castilla y León

Investigado un conductor en Valladolid por circular a más de 230 kilómetros por hora. Las vías rectas con escasos desniveles y poco concurridas propician las conductas más peligrosas al volante

Control de velocidad de la Guardia Civil en La Rioja en agosto de 2020, en una imagen facilitada por el instituto armado.GUARDIA CIVIL (GUARDIA CIVIL)

Carreteras anchas, rectas y poco concurridas —un tipo de vía relativamente frecuente en algunas zonas de Castilla y León— propician la actuación de algunos conductores temerarios que, al volante de coches muy potentes, usan estos tramos como circuitos particulares de velocidad. Las autoridades tratan de estrechar el cerco sobre estos delincuentes viales, y en los últimos meses han detectado varios casos. La Guardia Civil ha identificado a un hombre que condujo a 232 kilómetros por hora en una carretera de Valladoli...

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Carreteras anchas, rectas y poco concurridas —un tipo de vía relativamente frecuente en algunas zonas de Castilla y León— propician la actuación de algunos conductores temerarios que, al volante de coches muy potentes, usan estos tramos como circuitos particulares de velocidad. Las autoridades tratan de estrechar el cerco sobre estos delincuentes viales, y en los últimos meses han detectado varios casos. La Guardia Civil ha identificado a un hombre que condujo a 232 kilómetros por hora en una carretera de Valladolid acotada a un máximo de 90. Las autoridades detectaron a mediados de mayo un vídeo en el que un conductor mostraba cómo su coche alcanzaba esa velocidad desmedida en una vía convencional.

La investigación descubrió el vehículo con el que se había cometido esa temeridad y permitió también identificar a su autor. Al infractor se le investiga por un presunto delito contra la seguridad vial cometido en la vía que conecta la capital vallisoletana con León, muy cerca de la localidad de Mayorga de Campos, al noroeste de la provincia de Valladolid.

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Conducir un vehículo de motor a velocidad superior en 80 kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente supone un delito contra la seguridad vial, que puede castigarse con pena de prisión de tres a seis meses, con multa de seis a doce meses y con la retirada del permiso de conducir entre uno y cuatro años. El fiscal jefe de Tráfico, Bartolomé Vargas, advirtió a principios de verano del aumento de pilotos temerarios y pidió al resto de usuarios de las vías que los denuncien. “Nos podemos encontrar ante un verano trágico, es necesaria la colaboración de todos”, señaló Vargas. El juzgado que se encargará de estudiar lo ocurrido es el de Medina de Rioseco, al que se corresponde esa zona al noroeste de la provincia de Valladolid.

Este episodio se une a varios casos de conductores temerarios que han sido detectados por las autoridades en lo que va de verano en Castilla y León. Radares de la provincia de Salamanca identificaron hace unas semanas a dos conductores que viajaban en coche a más de 200 kilómetros por hora. El más veloz alcanzó los 223 kilómetros por hora el pasado 30 de junio, a las 16.15 horas, a la altura de Barbadillo, en la autovía A-62. El límite permitido en esta clase de carreteras es de 120 kilómetros por hora. El otro investigado llegó a 211 kilómetros por hora el pasado día 25 de junio cerca de Villar de Gallimazo, en la autovía A-50. En ambos casos, detectados por la Guardia Civil, se investiga a los implicados como presuntos autores de sendos delitos contra la seguridad vial. En estos casos se abren unas diligencias que se remiten al juzgado de guardia de Salamanca. Las autoridades de Tráfico y control de las vías recuerdan que esta clase de actitudes temerarias al volante son un peligro tanto para las personas que las cometen como para quienes comparten asfalto con ellas, que pueden verse perjudicadas por las maniobras de los coches a esas elevadas velocidades. El registro más alto captado en la provincia salmantina sigue correspondiendo a un ciudadano francés que en verano de 2017 transitaba por la A-62, a la altura de Fuentes de Oñoro, a 243 kilómetros por hora.

Fuentes de la dirección provincial de Tráfico de Salamanca explican que esta clase de delincuentes viales aprovechan que las infraestructuras de la provincia, al igual que en buena parte de Castilla y León, no suelen tener mucha circulación en determinados días u horas, de modo que “algunos conductores se ven solos en la carretera” y pueden sentir ganas de apretar el acelerador en calzadas “muy planas y con pocas oscilaciones”.

En 2020 ese subsector de las carreteras españolas sufrió un aumento de siniestralidad, de modo que se decidió nombrar servicios ampliatorios de “refuerzo de control y vigilancia de velocidad”. Entre mayo y estos primeros días de julio, precisan, han localizado a siete conductores que circulaban a más de 200 kilómetros por hora.

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