El PP respalda a su líder en Ceuta y lleva la relación con Vox al límite
El presidente ceutí, Juan Jesús Vivas, dispuesto a dimitir si Casado fuerza una rectificación. El partido ultra anuncia la ruptura con los populares pero sin permitir mociones de censura
El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas (PP), no está dispuesto a rectificar nada sus opiniones, muy críticas, contra la actitud “incendiaria” del líder de Vox, Santiago Abascal, especialmente sobre la población musulmana de la ciudad autónoma. La dirección nacional del PP le respalda a día de hoy. Así se lo expresó directamente el presidente del PP, Pablo Casado, el pasado sábado en conversación telefónica, y también ...
El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas (PP), no está dispuesto a rectificar nada sus opiniones, muy críticas, contra la actitud “incendiaria” del líder de Vox, Santiago Abascal, especialmente sobre la población musulmana de la ciudad autónoma. La dirección nacional del PP le respalda a día de hoy. Así se lo expresó directamente el presidente del PP, Pablo Casado, el pasado sábado en conversación telefónica, y también lo ha hecho este lunes por el mismo conducto el secretario general del partido, Teodoro García Egea, según diversas fuentes consultadas.
El portavoz nacional de Vox, Jorge Buxadé, exigió esa rectificación ante la postura que adoptó el PP de Ceuta el pasado viernes en la abstención que permitió declarar a Abascal como persona non grata de la ciudad y mientras tanto advirtió: “Consideramos que el PP ha roto relaciones con Vox, tomamos nota y damos las relaciones por rotas”.
Juan Jesús Vivas ha avisado a la cúpula de su partido, tras 20 años al frente de una ciudad con una multiculturalidad muy delicada de manejar, que si le fuerzan a reconsiderar su posición dimitirá. Fuentes del grupo popular en la ciudad añaden que si se produce esa situación, Vivas no se marcharía solo y sostienen que la crisis política actual, que achacan al comportamiento “antimusulmán” de Vox, se agravaría.
La amenaza de ruptura de Vox a la hora de votar contra algunas leyes o proyectos en las autonomías o capitales en las que sostiene gobiernos del PP, como Andalucía o Madrid, no llegaría al extremo de respaldar mociones de censura de partidos de izquierda.
El portavoz de Vox señaló especialmente a la Junta de Andalucía, presidida por el popular Juan Manuel Moreno, y le reprochó haber “traicionado” el pacto de investidura por su estrategia “irresponsable y de efecto llamada” frente a la inmigración. Jorge Buxadé aclaró que aunque Vox no apoyará ninguna propuesta del PP en el Parlamento andaluz tampoco promoverá ni respaldará “nunca” una moción de censura.
El mapa político de Ceuta es aún más endiablado y complejo de gestionar desde las dos últimas elecciones. En las municipales de hace dos años, el PP perdió su mayoría absoluta, se quedó con nueve de los 25 escaños y esbozó un primer intento de pacto con los seis consejeros de Vox. Con ellos cerró los siguientes presupuestos. Y en aquella negociación, la formación ultra exigió la retirada de dos pequeñas subvenciones a dos ONG relacionadas con ayuda a la inmigración y otra a mujeres progresistas próxima al PSOE. El PP cedió, valoró “el mal menor” de sacar adelante los presupuestos y quiso creer que Vox también concedía algo al aprobar el calendario laboral con las fiestas islámicas locales.
En las conversaciones para superar el siguiente proyecto económico, las reclamaciones fueron mayores. Las peticiones para eliminar fundaciones, entidades y asociaciones musulmanas fueron generales y pidieron puestos en la Asamblea a costa del PP. El entente se fracturó y los populares se juntaron para superar muchas votaciones a los siete representantes del PSOE. Los enfrentamientos entre el PP y Vox en la Asamblea llegaron a los insultos y algunos consejeros populares, de origen musulmán, fueron particularmente increpados.
La gota que desbordó la paciencia de ambos bandos se generó con la visita del líder de Vox, Santiago Abascal, a Ceuta tras la irrupción en la ciudad de miles de jóvenes marroquíes en la crisis provocada por Marruecos en mayo. Los ánimos en la localidad estaban a flor de piel, la situación se desbordó y Abascal llegó el 24 de mayo para dar un mitin electoral. La Delegación del Gobierno lo prohibió y a las puertas de su hotel se concentraron más de 300 personas que le gritaron “fascista” y “racista”. Abascal replicó: “Hemos logrado que los extremistas se retraten en Ceuta y que el PSOE también se retrate porque los socialistas actúan como una mafia corrupta, utilizando a la Delegación del Gobierno, con su colaboración criminal y corrupta, para restringir derechos fundamentales de los españoles”. Sus partidarios insultaron al presidente, Pedro Sánchez, y Abascal aludió a que Vox había sido el primer partido en la ciudad en las elecciones generales de 2019 con el 35% de los votos y llevándose el diputado en disputa.
Vivas explicó este lunes en la COPE, para justificar la abstención final del PP en la votación sobre la declaración de Abascal de persona non grata, que en aquel “momento crítico”, en el que todos los partidos se unieron para defender la españolidad de la ciudad, el líder de Vox “vino a decir que en la Asamblea de Ceuta hay partidos que sirven a intereses de Marruecos, que son quintacolumnistas de Marruecos”. Y agregó: “No a los cordones sanitarios, nunca. Pero tampoco sí a los cordones sanitarios que establece Vox para poner en riesgo la convivencia de Ceuta, para incendiar Ceuta y dividir a ceutíes”.
Incendiar o demonizar
Vox no transige con la posición del PP en esa votación contra Abascal, exige a los populares una rectificación oficial de su dirección y no le sirven las declaraciones el domingo de una de sus dirigentes, Andrea Levy, que se limitó a decir que su formación nunca acepta ese tipo de vetos políticos, porque los ha sufrido.
En la comparecencia de este lunes, el portavoz de Vox minusvaloró esa manifestación y acusó al PP de ser “cooperador necesario en la estrategia de demonización y deshumanización de Vox”. Buxadé utilizó el lenguaje xenófobo que provocó la reprobación de Abascal tachando de “partidos islamistas y promarroquíes” a formaciones locales representadas en la Asamblea ceutí, como el Partido por la Dignidad y la Ciudadanía o Caballas.
La dirección nacional del PP intentó salvar el problema con un doble juego. Su portavoz nacional, el también alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y otros dirigentes se quisieron desmarcar de la votación en la Asamblea de Ceuta pero sin desautorizar a Vivas y poniendo en valor su talante conciliador: “El PP no participa ni comparte las declaraciones de persona non grata, en este caso de Santiago Abascal, pero el PP también dice que en la situación que vive Ceuta lo que se necesita son más personas como Juan Vivas y menos declaraciones incendiarias”. El argumentario popular insistió: “Rechazamos los cordones sanitarios. No es nuestra forma de hacer política, y no vamos a participar nunca en ese señalamiento que el PP ha sufrido durante años”. Y se aprovechó para recalcar la buena valoración de Casado en las últimas encuestas.
“No vamos a cambiar. Esto no es ideológico, es de supervivencia”
Este martes se celebrará otro pleno en la Asamblea de Ceuta y habrá, seguro, enfrentamiento entre el vicepresidente, consejero de Educación y Cultura y portavoz parlamentario del PP, Carlos Rontomé, y el portavoz de Vox, Carlos Verdejo. Como lleva sucediendo hace meses. Rontomé reafirma en declaraciones a EL PAÍS que su grupo no está dispuesto a aguantar más provocaciones y excesos de Vox ni a rectificar nada: “No vamos a cambiar de postura. Esto no es de izquierdas o derechas. No es ideológico. Se trata de la supervivencia de la propia ciudad y de no romperla, que es lo que propone Vox”.
El dirigente del PP asegura que tanto Pablo Casado como Teodoro García Egea han entendido perfectamente y respaldado las explicaciones directas que les ha dado el presidente Juan Jesús Vivas sobre el tenso ambiente que se vive en Ceuta por culpa de Vox, pero entiende que otros portavoces críticos con su abstención ante la declaración de persona non grata de Santiago Abascal “hablan desde la distancia y el desconocimiento”. Rontomé ha polemizado con alguno públicamente a través de Twitter.
En el PP de Ceuta no querían ni debatir ni aprobar la moción que defendió Fátima Hamed, líder del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía y que prosperó con los siete votos del PSOE, los dos de MDyC y el de Caballas. Los nueve ediles del PP se abstuvieron e intentaron convencer a MDyC y al PSOE de la “trampa” de la moción, “que solo iba a beneficiar a Vox”. Sin éxito. Rontomé concluye: “No es política, son sentimientos, la mitad de la población de Ceuta, unas 40.000 personas, son musulmanes españoles de origen y nacimiento, como dos de nuestros consejeros, y es inaudito relacionar la religión con la nacionalidad, que es lo que persigue Marruecos al llamarnos ‘ciudades ocupadas”.