Aragonès inicia el deshielo con el Rey
El presidente de la Generalitat saluda a Felipe VI y conversa con él antes de la cena del Círculo de Economía en Barcelona
Para la Casa del Rey era el saludo protocolario previo a la cena inaugural de las XXXVI Jornadas del Círculo de Economía en Barcelona. Para la Generalitat, una “recepción” a los empresarios coreanos participantes en el evento del lobby económico catalán. Más allá del nombre y en plena tormenta política por la posible ...
Para la Casa del Rey era el saludo protocolario previo a la cena inaugural de las XXXVI Jornadas del Círculo de Economía en Barcelona. Para la Generalitat, una “recepción” a los empresarios coreanos participantes en el evento del lobby económico catalán. Más allá del nombre y en plena tormenta política por la posible concesión de los indultos a los líderes independentistas, el acto de este miércoles en el hotel W de Barcelona ha sido el primer encuentro entre Felipe VI y el president, Pere Aragonès. Un primer paso en el deshielo de las relaciones entre el Rey y el Ejecutivo catalán.
Ni el presidente catalán ni la alcaldesa de Barcelona han recibido al Rey a su llegada al hotel, como han hecho el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, que le ha comunicado novedades; la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus. Minutos después, Felipe VI ha dado la bienvenida al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, invitado de honor. Ha sido más tarde cuando se encontraban todos ellos en la terraza del hotel, departiendo informalmente, cuando se han acercado Aragonès y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han saludado al Rey y se han unido a la conversación durante unos minutos. Sin embargo, el presidente catalán no se ha quedado a la cena y ha delegado la representación de la Generalitat en su consejera de Presidencia, Laura Vilagrà.
Desde un principio se calificó de “discreto” el encuentro por parte de los organizadores de las jornadas. De hecho, no figura en el programa oficial, aunque sí en la agenda pública de Aragonès en la que, por cierto, no había ninguna referencia a la presencia del Monarca.
Que un presidente autonómico comparta espacio con el jefe del Estado no debería ser un hecho relevante, pero sí lo es en la Cataluña de 2021. Se trata del punto final a la política impuesta por el expresident Quim Torra hacia el Rey, en el que se optaba por no participar en ningún evento donde estuviera presente y que, pese a cierta retórica durísima, no siempre se cumplió.
En una rueda de prensa con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido la tarde de este miércoles en la defensa de los indultos y ha criticado indirectamente a la Generalitat por no estar al máximo nivel en la cena del Rey en Barcelona. “Cuando hay una visita de Estado tan importante como el presidente de Corea del Sur sería bueno que estuvieran representadas todas las instituciones”, ha asegurado. Pero sobre todo, en la comparecencia con Von der Leyen —que ha dejado sin responder la pregunta de si la Comisión Europea apoya los indultos—, Sánchez ha aprovechado para seguir en esta línea de esfuerzo de convicción de las últimas semanas. “La sociedad española tiene que reparar un dolor que sufrió en 2017. Tenemos que reparar ese desgarro emocional. Es muy importante que la sociedad catalana sea consciente de que esta decisión [los indultos] no lo hacemos por los afectados sino por el conjunto de la sociedad catalana y española. Tenemos que superar el desgarro. Habrá personas que tengan reparos, les pido un voto de confianza, hagamos un ejercicio de magnanimidad”, ha rematado el presidente, informa Carlos E. Cué.
Órdago secesionista
El Rey fue la figura a batir en el órdago secesionista. El independentismo vivió como un ataque que, el 3 de octubre de 2017, justo después del referéndum ilegal de independencia, Felipe VI no rechazara las fuertes cargas policiales. En su alocución televisada, el Monarca defendió “los legítimos poderes del Estado” por “asegurar el orden constitucional” frente a la “deslealtad inadmisible” del Gobierno que entonces presidía Carles Puigdemont.
Torra impuso un veto sobre los eventos en donde participara el Monarca que —recuerdan desde la Casa Real— jamás ha dejado de acudir a Cataluña. La única excepción, y por petición directa del Gobierno, fue la entrega de despachos de la Escuela Judicial de 2020. Eso sí, las manifestaciones en contra de las visitas ya forman parte oficiosa del programa y en algunas ocasiones han implicado restricciones adicionales de tráfico. Este miércoles no ha sido el caso: apenas una treintena de personas se congregó en la Barceloneta, atendiendo la convocatoria de la Assemblea Nacional Catalana en contra de la visita real. El 70% de los encuestados en mayo por el Centro de Estudios de Opinión, el CIS Catalán, prefiere la república a la monarquía constitucional, un porcentaje casi idéntico al de octubre de 2020.
Más allá de sentimientos políticos o demoscópicos, el veto inicial de Torra implicaba dejar a la Generalitat fuera de foros de decisión solo por la presencia del Rey. El nuevo Gobierno de Pere Aragonès —que también hizo lo propio al dejar la silla vacía en una visita de Felipe VI y el presidente del Grupo Volkswagen, Herbert Diess— dejó claro el pasado martes que quería hacer un cambio de planteamiento y asistir a cualquier acto que tuviera impacto sobre la vida de los catalanes acudiera quien acudiera.
“Ejerceremos y trasladaremos la posición del Govern en todos los foros, aunque estén ideológicamente en nuestras antípodas. No rebajaremos ni un gramo nuestros planteamientos”, aseguró el propio Aragonès en el Parlament, este miércoles, durante la sesión de control al Ejecutivo. La CUP le había afeado que se viera con el Rey y, al mismo tiempo, se hiciera bandera del referéndum y la amnistía.
La figura del Rey no causa ningún tipo de simpatía en Esquerra —tal vez la formación más beligerante contra la Monarquía en el Congreso—, pero otra cosa es la responsabilidad de llevar el timón de la Generalitat en el difícil escenario económico y social pospandémico. La portavoz del Govern, la periodista Patrícia Plaja, reiteró el martes la idea ya repetida hasta la saciedad por Torra de que “el pueblo de Cataluña no tiene rey”, pero Aragonès no tuvo reparos en compartir espacio con el Rey cuando el principal invitado es el presidente coreano (Barcelona ha vivido un largo periodo sin visitas de este tipo) y un grupo de empresarios, con peso del sector tecnológico, con algunos intereses inversores en Europa.
El president evitó el saludo protocolario que los asistentes le ofrecieron al Rey y al presidente coreano a la entrada del hotel, aunque después sí les viera. Una fórmula que, por ejemplo, usa la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, que ha ejercido la política de no dejar ninguna silla vacía pese a mostrarse contraria a la Monarquía. La presencia en la cena inaugural finalmente recae en la consejera de Presidencia, también de ERC, Laura Vilagrà. Asume así el lugar del máximo representante de Junts en el Ejecutivo, Jordi Puigneró, que inicialmente tenía que asistir en nombre de Aragonès pero después declinó. El vicepresidente ha aprovechado para tuitear sobre la no renuncia a la vía unilateral mientras Aragonès, en su conferencia inaugural del encuentro del Círculo de Economía, pedía a Sánchez presentar ya su propuesta para solucionar el conflicto político catalán.
La imagen de rifirrafe respecto a la asistencia a la cena no inquietó a La Moncloa. Fuentes del Gobierno consideran que el nuevo Ejecutivo que preside Aragonès aún está en momentos de ajuste y entiende que la pulsión de confrontación de Junts no ayuda a encarrilar las relaciones.
A Aragonès no le han preguntado este miércoles en el Círculo por el supuesto plantón al Rey. Sí le afearon que el viernes, el día que Sánchez y el primer ministro italiano Mario Draghi estarán en Barcelona, el president se vaya a ver a Carles Puigdemont a Bruselas. Aragonès insistió en la vía negociada y pidió al jefe del Gobierno “pasar de confrontar las propuestas solo a nivel retórico a hacerlo a nivel práctico”.
Los empresarios catalanes también aprovecharon para dar su apoyo a la medida de gracia a los condenados por el procés como un gesto desinflamatorio. “Cualquier medida amparada por el ordenamiento jurídico, y los indultos lo son, tendrá el respaldo del Círculo”, dijo su presidente, Javier Faus.