España baraja pedir visado a todos los marroquíes para entrar en Ceuta y Melilla
Los controles Schengen pasarían del puerto y aeropuerto a la frontera terrestre con Marruecos
El Gobierno español está estudiando renunciar al “régimen especial” que tienen Ceuta y Melilla en Schengen, el espacio europeo sin fronteras, lo que significaría que los vecinos de las wilayas (provincias) marroquíes circundantes —Tetuán en el caso de la primera y Nador en el de la segunda— necesitarían visado para entrar en las dos plazas españolas del norte de África.
Lo ha adelant...
El Gobierno español está estudiando renunciar al “régimen especial” que tienen Ceuta y Melilla en Schengen, el espacio europeo sin fronteras, lo que significaría que los vecinos de las wilayas (provincias) marroquíes circundantes —Tetuán en el caso de la primera y Nador en el de la segunda— necesitarían visado para entrar en las dos plazas españolas del norte de África.
Lo ha adelantado este jueves el secretario de Estado para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores, Juan González Barba, de visita en Ceuta, donde ha revelado que el Gobierno “está considerando” la posibilidad de que “se suprima el régimen especial que, para las ciudades autónomas, dispuso España cuando ingresó en Schengen”.
En la práctica, eso supondría que los controles de pasaportes que actualmente se aplican en el helipuerto y el puerto de Ceuta (y en el aeropuerto y el puerto de Melilla) pasarían a estar en la frontera terrestre con Marruecos y que los habitantes de las zonas limítrofes necesitarían visado para entrar. Son varios miles de personas las que diariamente cruzaban desde Marruecos a Ceuta y Melilla para importar productos comprados en las dos ciudades españolas (las llamadas porteadoras), trabajar en el servicio doméstico o recibir atención sanitaria. Este trasiego humano se interrumpió drásticamente cuando, hace ya más de un año, Rabat cerró a cal y canto la frontera a causa de la pandemia.
Si España llevase el control Schengen a la frontera terrestre de las dos ciudades, los habitantes del entorno marroquí necesitarían visado para entrar, salvo que España y Marruecos llegasen a un acuerdo sobre tráfico menor transfronterizo que debería ser ratificado por la Comisión Europea.
En todo caso se trata, advierte González Barba, de “un asunto de enorme calado que precisa del máximo consenso tanto en la ciudad como entre las fuerzas políticas nacionales”. El alto cargo de Exteriores ha reconocido que los “gravísimos” acontecimientos del pasado 17 y 18 de mayo, cuando casi 10.000 entraron irregularmente en Ceuta en 48 horas, han llevado al Gobierno a plantearse dar este paso.
En realidad, España trata de adelantarse a las medidas que está aplicando unilateralmente Marruecos: el cierre de la aduana de Melilla en el verano de 2018, la erradicación del contrabando (denominado “comercio atípico”) o el cerrojazo a la frontera por la covid. “Si no quieren que Ceuta y Melilla se desarrollen como penínsulas, deberán hacerlo como islas”, señalan a EL PAÍS fuentes diplomáticas. No obstante, las mismas fuentes subrayan que la opción preferida por España sigue siendo la de apostar por una “zona de prosperidad compartida” en torno a las dos ciudades, aplicando el mismo modelo negociado con el Reino Unido para Gibraltar.
Plan especial
El Gobierno está preparando un plan especial para Ceuta y Melilla, que incluye la posibilidad de pedir la entrada de las dos ciudades autónomas en la Unión Aduanera de la UE y de revisar su Régimen Económico y Fiscal (REF) especial. Antes de que Rabat decretase en marzo de 2020 el cierre de fronteras terrestres con España a causa de la pandemia solía entrar en Ceuta y Melilla entre 5.000 y 6.000 personas, según estimaciones aproximadas obtenidas de trabajadores marroquíes y fuentes de la ciudad autónoma de Ceuta. Eran los llamados trabajadores transfronterizos: empleadas de hogar, albañiles, camareros, carpinteros… Todos ellos se vieron de la noche a la mañana sin empleo y se manifestaron en varias ocasiones para reclamar la apertura de fronteras.
Además de los transfronterizos, alrededor de la frontera vivían miles de personas del “comercio atípico”. La Cámara de Comercio Americana en Marruecos, entidad que agrupa a varias multinacionales de Estados Unidos calculó en un informe de 2002 que el contrabando con Ceuta y Melilla de Marruecos empleaba de forma directa a 45.000 personas, de forma indirecta a 400.000 y movía un volumen de 1.500 millones de euros. Por su parte, las autoridades marroquíes calculaban en 2003 que el contrabando a través de las dos ciudades generaban unas pérdidas de 1.500 millones de euros anuales y 450.000 empleos.
Un economista español que sigue de cerca los acontecimientos en Ceuta y Melilla y prefiere mantener el anonimato indica que si las autoridades españolas deciden incluir a ambas ciudades autónomas en el territorio Schengen y exigir visado para entrar a todos los marroquíes, las ventajas superarán a los inconvenientes: “En Ceuta, el contrabando ya está cerrado. La gente tendrá claro que lo que les interesa es tener las fronteras seguras. Y en Melilla, pueden tener más dudas porque aún existe el contrabando con Nador. Pero si Rabat ha decidido terminar con el contrabando con Ceuta también lo hará con Melilla”.
El secretario de Estado para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores, González Barba, y el secretario de Estado de Política Territorial y Función Pública, Víctor Francos, se han reunido este jueves con el presidente de Ceuta, Juan Vivas, del PP, quien ha valorado el “compromiso” del Estado para sacar a Ceuta de su insostenible situación y darle un futuro “sólido”. Los dos altos cargos tienen previsto visitar este viernes Melilla donde también debatirán con sus autoridades la posibilidad de cambiar su “modelo económico”, para darle más estabilidad de cara al futuro.