Los equipos de rescate emplean pértigas y bombas extractoras para hallar al hombre sepultado en una enorme balsa de lodo en Jaén
El desaparecido cayó al fango cuando operaba una máquina retroexcavadora de 30 toneladas, que tampoco ha sido encontrada
El pasado jueves a mediodía, Manuel Jesús Moral, el más pequeño de los tres hermanos propietarios de Áridos Hermanos Moral Cantera Añoreta S. L., en Villanueva de la Reina (Jaén), trabajaba cargando camiones de grava con su máquina retroexcavadora de 30 toneladas. Desarrollaba con normalidad su faena en una explanada por encima de una balsa de fango. Tras echar una carga de tierra so...
El pasado jueves a mediodía, Manuel Jesús Moral, el más pequeño de los tres hermanos propietarios de Áridos Hermanos Moral Cantera Añoreta S. L., en Villanueva de la Reina (Jaén), trabajaba cargando camiones de grava con su máquina retroexcavadora de 30 toneladas. Desarrollaba con normalidad su faena en una explanada por encima de una balsa de fango. Tras echar una carga de tierra sobre uno de los camiones, que inició la marcha a otro lugar de la cantera, Manuel Jesús se quedó solo en la zona de trabajo esperando a realizar la siguiente. Sin embargo, cuando algo más de 10 minutos después el vehículo volvió a por más cargamento, ni el operario ni la excavadora estaban en el lugar. Desde entonces, los bomberos de Andújar, primero, y el grupo de actividades subacuáticas de la Guardia Civil, que se ha sumado después, intentan localizar al hombre que cayó dentro de su excavadora a la balsa de lodo sin que aún se haya encontrado rastro alguno ni de él ni de la máquina que operaba. Nadie lo vio caer.
Los compañeros de Moral, de 35 años, casado, sin hijos y residente en Bailén, a 11 kilómetros del lugar del accidente, llamaron al servicio de emergencias de Andújar sobre las 12.30, según detalla el jefe de bomberos de esa localidad jiennense, Juan Cámara. Al llegar se encontraron con la enorme balsa de decantación, de un tamaño “similar a un campo de fútbol”, llena de fango y con profundidades de “entre cuatro y siete metros”; aunque un antiguo trabajador que pide permanecer en el anonimato ha señalado que la profundidad es mucho mayor en algunas zonas. Una de las paredes de contención de la balsa, de piedra y grava, se había venido abajo.
Las labores de búsqueda comenzaron de inmediato. En un principio, los esfuerzos se han dirigido a aliviar agua valiéndose de bombas que se utilizan en desatranques, para así “intentar rebajar el máximo posible el nivel de agua de la balsa”, ha explicado Blas Alves, alcalde de Villanueva de la Reina, lugar de origen de la familia propietaria de la cantera. Pero, tras muchas horas de trabajo, cuando ya se había cumplido un día de la desaparición, las máquinas ordinarias de desatranques han tenido que ser retiradas porque sus bombas, según detalla Cámara, “ya solo extraían barro”. Al final de la tarde de este viernes, solo una máquina especialmente preparada para estos lugares fangosos, llegada desde Madrid, continuaba con las operaciones de achique.
Descartadas las bombas, a las 24 horas del inicio del rescate un grupo de seis agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil se ha incorporado al operativo de rescate. Han usado largas pértigas metálicas y han recorrido toda la extensión de la balsa intentando toparse con la retroexcavadora y su conductor, al que presumen en el interior de la máquina. Durante el viernes, un equipo de ingenieros ha valorado la posibilidad de hacer demoliciones para aliviar el agua de esa balsa hacia otra cercana que está vacía. Para ello tienen que dirimir si ese segundo depósito puede soportar todo el contenido del primero. No es la única dificultad. Según fuentes conocedoras de los trabajos de rescate, la ubicación de la balsa (en un “hoyo, no en alto”, aseguran), complica achicar el agua.
El acceso a la cantera está cortado a unos 400 metros de distancia de la balsa y a la zona de rescate solo han accedido los equipos de salvamento y algunos familiares del desaparecido. Durante la tarde, algunos de estos últimos han ido abandonando la cantera sin hacer declaraciones a los medios.
Fuentes de la Guardia Civil han expresado también la dificultad que para su equipo de submarinistas supone el rescate. Temen que, si cayera alguno de los rescatistas a la balsa, fuera complejo sacarlo del denso y oscuro fango. Los agentes tenían previsto continuar su trabajo “mientras haya un rayo de luz”, ha explicado un portavoz. No ha trascendido ninguna hipótesis de los equipos de rescate sobre la causa de los hechos.
El pequeño municipio, de poco más de 3.000 habitantes, se mantiene en vilo desde que se difundió la noticia de la desaparición. La balsa de decantación de la cantera se utiliza para lavar los áridos y está situada en una zona especialmente arcillosa por lo que, como explica el alcalde de Villanueva de la Reina, los rescatistas se enfrentan a “miles de toneladas de lodo”. Las instalaciones, según cuenta la empresa en su página web, lleva funcionando en esta localización desde el 21 de diciembre de 1982 y los propietarios constituyeron la compañía con su actual denominación años después, en 1991. La empresa se dedica a la comercialización de arenas y gravas de silicio.