La última escapada de ‘El Nene’: detenido en Madrid uno de los sicarios más buscados en Colombia
Jonathan Andrés Zuluaga Celemín está acusado de más de 100 homicidios, entre ellos el de su suegra
No es la primera, ni la segunda, sino la tercera vez que la Policía Nacional detiene en Madrid a Jonathan Andrés Zuluaga Celemín, colombiano de 36 años, conocido como El Nene o El Satanás colombiano, y con más de 100 homicidios presuntamente a sus espaldas —entre ellos el de su suegra, Sindy Tatiana Gómez Valencia, de 52 años—, según las autoridades colombianas que lo reclaman. La última vez que le pusieron las esposas fue el pasado miércoles, en plena Vía Carpetana de Carabanchel, donde había quedado para encontrarse con su actual pareja y madre de sus dos hijos. “Desde hacía un...
No es la primera, ni la segunda, sino la tercera vez que la Policía Nacional detiene en Madrid a Jonathan Andrés Zuluaga Celemín, colombiano de 36 años, conocido como El Nene o El Satanás colombiano, y con más de 100 homicidios presuntamente a sus espaldas —entre ellos el de su suegra, Sindy Tatiana Gómez Valencia, de 52 años—, según las autoridades colombianas que lo reclaman. La última vez que le pusieron las esposas fue el pasado miércoles, en plena Vía Carpetana de Carabanchel, donde había quedado para encontrarse con su actual pareja y madre de sus dos hijos. “Desde hacía una semana, que ella había vuelto de Colombia, la veníamos siguiendo, porque nuestros homólogos colombianos nos habían advertido de que [él] podía andar de nuevo por aquí”, señala uno de los investigadores de la Unidad de Fugitivos de la UDYCO central que ha participado en su detención. El Nene se suma así a los muchos criminales que son apresados cuando acuden al encuentro de sus parejas.
Desde que en España se tiene conocimiento de El Nene, detenido por primera vez en Arganda del Rey en 2012 por una orden internacional de detención (OID), los archivos policiales indican que siempre se ha dedicado a lo mismo, “en España y en Colombia”, señala el agente. Zuluaga es el jefe de una de las “oficinas de cobro” (red de sicarios) de una fuerte organización criminal colombiana llamada La Cordillera de Pereira, con ramificaciones por todo el mundo y dedicada a la extorsión, robo, secuestro, intimidación, lesiones o asesinato para cobrar deudas o dinero proveniente del narcotráfico. Concretamente, El Nene es el jefe del grupo de la “oficina de Armenia”, en el municipio del mismo nombre, ubicado en el eje cafetero colombiano, al oeste del país. Según las autoridades colombianas, “utilizaba a menores de edad” para cometer sus atrocidades.
Los investigadores españoles lo consideran el encargado de posicionar su grupo como una organización bélica, organizada y jerarquizada, así como de su expansión y consolidación en Europa. Además, le atribuyen la articulación de actividades de narcotráfico a gran escala en Sudamérica, Panamá, Estados Unidos, México y Cabo Verde. En su trayectoria criminal de más de 15 años al margen de la ley, a El Nene, arrestado por la Policía Nacional en colaboración con la colombiana e Interpol, se le atribuye la autoría intelectual y material de un centenar de muertes.
En Madrid se le ubicaba entre el barrio de Carabanchel y la localidad de Leganés, señalan fuentes policiales, donde contaba con “entre siete y diez colaboradores” habituales. Su pareja y sus dos hijos tenían también el domicilio en esa misma zona de la comunidad, aunque él no vivía con ellos, según las mismas fuentes.
Tras ser detenido en 2012, El Nene fue extraditado a Colombia, pero allí, después de ser condenado a 26 años de cárcel, presentó unos documentos médicos —que resultaron ser falsos— y le concedieron la prisión domiciliaria. Después se le perdió el rastro.
Tres años más tarde, en 2015, fue detenido de nuevo en Colombia, en una finca de la vereda El Lembo, del municipio de Santa Rosa de Cabal (oeste), según las autoridades colombianas, acusado de homicidio y pertenencia a organización criminal (”concierto para delinquir”, en la terminología legal de Colombia). Pero, sorprendentemente, volvió a ser puesto en libertad por una “supuesta informalidad legal”: “La Juez Sexta Penal Municipal con funciones de Control de Garantías, Elizabeth Cubillos, avaló la posición de la defensa de los presuntos criminales, que alegó que la Policía Nacional vulneró el derecho a la libertad plena”, describen los informes de los policías colombianos. Los abogados habían alegado que se le había detenido seguidamente de ser puesto en libertad y, en consecuencia, no se había respetado su derecho. Y “para evitar que la situación se repitiera, la juez Cubillos canceló la orden de captura”, relatan las autoridades colombianas.
Ya por entonces, acumulaba pseudónimos: “Chepe, Marly, Morocho, Pátula, El Julián, Diego, Snoopy...”, señalan fuentes conocedoras del caso.
En 2019, una patrulla de Seguridad Ciudadana le dio el alto por una calle de Madrid y comprobó que sobre él seguía pesando una Orden Internacional de Detención por homicidio. Fue detenido y puesto a disposición judicial. Sin embargo las autoridades colombianas no remitieron los documentos necesarios para su extradición en el plazo correspondiente y tuvo que volver a ser puesto en libertad, según fuentes policiales españolas.
Fueron los policías colombianos quienes avisaron recientemente a la policía española de que El Nene seguía por Madrid haciendo de las suyas. La de esta semana es, por tanto, la tercera detención en España de Jonathan Andrés Zuluoga.
“Se trata de uno de los hombres más temidos en el mundo del narco. Era el uno de los principales cabecillas desde hace años de la denominada Oficina de la Cordillera, organización criminal sucesora de La Ballena. Es uno de los carteles y agencias de cobro de deudas con más poder e influencia en el mundo y su actividad se centra en la importación de cocaína desde Latinoamérica a Europa”, asegura la policía colombiana, que afirma que “muchos de los miembros de esta organización se habían asentado en Madrid para dirigir el cartel desde España”.
“Te daré donde más duele”
“Te daré donde más te duele”, fueron las palabras con las que amenazó El Nene a su mujer el día que esta rompió la relación que mantenía con él. El sábado 2 de junio de 2018 el cadáver de Sindy, su suegra, fue hallado en el vestíbulo de su propia casa, situada en la avenida 30 de Agosto de Pereira, en Colombia. No fue El Nene el encargado de materializar este asesinato, sino que fue hecho por encargo, precisamente porque Zuluaga se encontraba huido de la justicia colombiana: había recalado en España con una identidad falsa. Su expareja se fue de Colombia por miedo a más represalias.
Según la información policial, el arrestado entró en España en 2015 —tras casarse con una española y con un pasaporte falso venezolano— con la intención de montar varias sucursales de la organización La Cordillera en territorio español, en Bélgica y en Francia. Las investigaciones comenzaron cuando las autoridades de Colombia emitieron dos notificaciones para la localización y detención del fugitivo por diferentes delitos cometidos en su país, como organización criminal y fabricación, tráfico y tenencia de armas de fuego y municiones.
Debido a la gravedad de los delitos que se le atribuyen, la Policía dio máxima prioridad a su localización, teniendo en cuenta además la alerta que hacía referencia a su peligrosidad y capacidad para esquivar a las autoridades. En primer lugar se inició un intenso trabajo de intercambio de información operativa entre las policías española y colombiana, que investigaron conjuntamente el entorno del prófugo en Colombia y España. Los agentes observaron que sus familiares se desplazaban con frecuencia en avión entre ambos países, por lo que coordinaron seguimientos entre los dos continentes.
Además, investigaron los bienes patrimoniales de este círculo de personas y localizaron en Madrid lugares y domicilios relacionados con el fugitivo. Los agentes localizaron a la pareja del arrestado junto a un niño, posible hijo del buscado, y tras someterla a vigilancia observaron un contacto que parecía ser El Nene y que se encontraba en un vehículo. En ese momento se produjo su arresto. La Policía considera que, al actuar el detenido como uno de los principales líderes de la organización, con su detención se desestabiliza la línea de mando y se inflige un golpe significativo a sus finanzas.