La Fiscalía mantiene que el ‘Caníbal de Ventas’ era consciente en todo momento del crimen que cometía

El acusado pide perdón al final del juicio y la defensa sostiene que Alberto Sánchez “es una persona enferma”, algo que descartan las psiquiatras forenses

Alberto Sánchez el 19 de abril, primer día del juicio en su contra por el homicidio de su madre, ocurrido las primeras semanas de 2019.EUROPA PRESS (Europa Press)

La segunda semana del juicio a Alberto Sánchez Gómez, acusado de matar a su madre y de descuartizar el cuerpo para después ingerirlo, ha retratado dos realidades del conocido como Caníbal de Ventas. Una, descrita ante el tribunal por el homicida confeso, en la que escuchaba “voces” en su cabeza que le hablaban de “descuartizamiento”, “sexo” y “asesinatos”. Otra, descrita en los informes psiquiátricos y recogida por la Fiscalía en sus conclusiones, en la que era plenamente consciente de haber acabado con la vida de su progenitora.

La determinación de en cuál de estas realidades se...

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La segunda semana del juicio a Alberto Sánchez Gómez, acusado de matar a su madre y de descuartizar el cuerpo para después ingerirlo, ha retratado dos realidades del conocido como Caníbal de Ventas. Una, descrita ante el tribunal por el homicida confeso, en la que escuchaba “voces” en su cabeza que le hablaban de “descuartizamiento”, “sexo” y “asesinatos”. Otra, descrita en los informes psiquiátricos y recogida por la Fiscalía en sus conclusiones, en la que era plenamente consciente de haber acabado con la vida de su progenitora.

La determinación de en cuál de estas realidades se encontraba Sánchez Gómez la mañana de principios de 2019 —cuando asfixió a su progenitora, llevó el cuerpo a la cama y allí lo fue desmembrando— resolverá el tiempo que pase el hombre, de 28 años, en prisión. Pueden ser 15 años y cinco meses de cárcel, como pide la Fiscalía por homicidio y profanación de cadáveres, o tres años y seis meses como reclama la defensa, que solicita una eximente incompleta porque sostiene que el imputado padeció brotes psicóticos en el pasado. Una alternativa, expuesta por la letrada del homicida, es una atenuante cualificada por la que sería condenado a seis años y cuatro meses en la cárcel.

En las conclusiones presentadas este viernes, la Fiscalía se ha aferrado al diagnóstico clínico que las tres psiquiatras habían expuesto este martes. En las entrevistas con las médicas forenses tras su detención, el acusado —que este viernes ha dicho estar “totalmente arrepentido” y ha pedido disculpas—, nunca relató que escuchaba esas voces que lo instaban a matar a su madre, María Soledad Gómez, de 69 años, tal y como él había declarado en la primera sesión del juicio, la semana pasada. En el momento de los exámenes psiquiátricos Sánchez Gómez tampoco presentaba síntomas que indicaran “una patología psicótica”, han destacado las expertas en sus testimonios. Las conclusiones apuntan, en cambio, a un “trastorno de personalidad antisocial y paranoia” que, según han precisado las psiquiatras, “no modifican las funciones intelectuales”.

Sánchez Gómez sabía lo que hacía, según las forenses, que hablaron extensamente con él —también con su hermano—, le hicieron pruebas psicométricas y revisaron su historial clínico. Concluyeron así que Alberto Sánchez era consciente de lo que estaba haciendo y que su discurso “no era el de un psicótico”. No obstante, precisaron que antes de su examen, cuando fue hospitalizado cinco años atrás, sí había presentado síntomas de psicosis.

En efecto, Alberto Sánchez estuvo ingresado tres veces en el Hospital de la Princesa de Madrid por brotes psicóticos. Los médicos que lo atendieron en el primer episodio, en 2016, confirmaron este jueves que el acusado narró episodios de alucinaciones que experimentó en su estancia en Grecia en 2015, durante una beca Erasmus en la se sumergió “en el mundo de las drogas”, según contó su hermano ante el tribunal. A esos episodios se ha agarrado la letrada, que ha pedido al jurado que tenga en cuenta que durante su estancia en prisión estos dos últimos años Sánchez ha recibido un medicamento prescrito para pacientes con síntomas psicóticos.

La defensa ha variado su petición en las dos semanas de juicio. Al inicio, había pedido la absolución de Sánchez. Pero testimonios y la evidencia policial presentada consideraron comprobado que él había sido el autor del crimen. Durante las sesiones, peritos, tanto del área de biología como toxicología forense, relataron que en la escena, en la ropa y en los objetos utilizados solo se encontraba el ADN de la víctima y del acusado. Señalaron también que había consumido cannabis unos cuatro días antes de su detención, aunque consideraron que el consumo era “esporádico”.

“Distinguir el bien y el mal”

La Fiscalía ha argumentado que Alberto Sánchez “miente” cuando habla de su estado psíquico y que “sabía lo que hacía y podía distinguir el bien y el mal”, ha especificado la fiscal en su exposición. En esta, ha soslayado el informe y la declaración de la médica que examinó al acusado en los calabozos de los Juzgados de Plaza de Castilla el 23 de febrero de 2019, cuando confesó que su crimen había sido premeditado. Aquella experta —que lo diagnosticó con un perfil psicopático narcisista— explicó que, en un relato espontáneo, Sánchez le había contado que el consumir el cadáver era “una forma de honrar de su madre”. “Me explica que ha leído sobre tribus africanas y que era una cosa común, y que era una forma de querer a su ser querido”, relató este martes la médica.

La ministra fiscal ha insistido este viernes al jurado, que se reunirá el 4 de mayo para alcanzar un veredicto, que tengan en consideración a la víctima: “Trató de ayudar a su hijo cuando se tornó violento. Como madre se compadeció de él”.

Este viernes, vestido con el mismo abrigo que ha llevado casi todos los días del juicio, Alberto Sánchez se ha sentado de nuevo frente al micrófono. “Pido perdón a toda mi familia, a mi hermano, a todas las mujeres y a todas las madres, estoy totalmente arrepentido”, ha expresado de forma ininterrumpida y mirando al frente. La presidenta de la sala le ha preguntado si quería añadir algo más y él ha dicho no con la cabeza. Cuando la juez ya estaba dando por concluida la sesión él la ha interrumpido: “Con mi madre tenía más o menos buena relación, pero no paraba de llamarme enfermo y eso me produjo mucha ansiedad”.

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