La moción del PSOE en Castilla y León fracasa
Los socialistas solo logran 37 votos y se quedan a cuatro de la mayoría absoluta en un votación que contó con 41 votos en contra y tres abstenciones
La moción de censura en Castilla y León, la segunda en dos semanas en una comunidad presidida por el PP, tampoco triunfó. La operación careció desde el principio de los apoyos necesarios para poner fin al Ejecutivo de coalición de Alfonso Fernández Mañueco con Ciudadanos. El PSOE, impulsor de la iniciativa, solo contó con los 37 votos con que partía ―los 35 de los parlamentarios socialistas y los dos de Podemos―, pero necesitaba cuatro más para llegar ...
La moción de censura en Castilla y León, la segunda en dos semanas en una comunidad presidida por el PP, tampoco triunfó. La operación careció desde el principio de los apoyos necesarios para poner fin al Ejecutivo de coalición de Alfonso Fernández Mañueco con Ciudadanos. El PSOE, impulsor de la iniciativa, solo contó con los 37 votos con que partía ―los 35 de los parlamentarios socialistas y los dos de Podemos―, pero necesitaba cuatro más para llegar a los 41 de la mayoría absoluta. El candidato, Luis Tudanca, apeló a que Ciudadanos rompiera la disciplina de partido. Pero no consiguió ningún apoyo más. La moción no salió adelante debido a los 41 votos en contra –29 del PP, los 11 de Cs y el de Vox–, y a 3 abstenciones: la de la exprocuradora de Cs que abandonó su grupo y pasó a ser no adscrita el pasado viernes y la de los representantes de Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila, una escisión del PP.
El PSOE apeló sin éxito a los parlamentarios de Ciudadanos a que cumplieran con el mensaje de “regeneración” que defendieron en la campaña de las elecciones autonómicas de 2019. En ellas el actual vicepresidente, Francisco Igea, instaba a relevar al PP de la Junta, que gobierna ininterrumpidamente desde 1987. El por entonces líder de Cs, Albert Rivera, dio la orden de no cerrar ningún pacto con el PSOE. Solo una representante de la formación naranja, María Montero ―que el viernes anunció que dejaba Ciudadanos y pasaba a ser una procuradora no adscrita― se había desligado del grupo los días previos a la moción. Pero no votó a favor: la procuradora chafó al mediodía las expectativas del PSOE al anunciar que se abstendría. Sin ella, el PP y Ciudadanos pierden la mayoría absoluta en la Cámara, un problema menor para los populares, que se jugaban uno de sus cinco territorios. El líder del PP, Pablo Casado, celebró el resultado en el Parlamento castellanoleonés junto a Fernández Mañueco.
El PSOE clamó en vano por el cambio en una autonomía donde la derecha gobierna desde 1987. Incluso el secretario de Organización socialista y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, instó desde Ferraz, mientras se celebraba la sesión en la que el PP se jugaba uno de sus cinco territorios, a “romper todos sus pactos de gobierno en ayuntamientos y comunidades con el PP, empezando por Castilla y León”. Los dos partidos que cogobiernan la Junta acusaron a los socialistas de alentar “un Gobierno de tránsfugas”. Un extremo que el PSOE negó y que sustentó en que, a diferencia del PP en Murcia, no ha ofrecido cargos ni prebendas a la bancada de Ciudadanos. “¡Es aquí donde el PP inventó la caja b! Lo que está pasando hoy, lo que está haciendo el PP hoy por toda España, ya lo hizo aquí también. Aquí hay a quienes no necesitan comprar hoy porque ya les compraron”, afirmó Tudanca. “Dicen que no aceptarán el apoyo de tránsfugas, pero llevan días alentando el transfuguismo. ¿Cómo piensan ganar la moción si no es con tránsfugas y juego sucio?”, cuestionó Fernández Mañueco.
El candidato socialista, que registró la moción el pasado 10 de marzo después de que PSOE y Cs registraran otra en Murcia y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, convocase elecciones, solicitó la confianza de la Cámara “por la decencia y el respeto a la palabra dada”. Tudanca cargó especialmente contra Ciudadanos, a quien ha emplazado a retornar al afán de “regeneración” prometido en la campaña electoral de las autonómicas de 2019. El PSOE se impuso en esos comicios por primera vez desde 1983. “No soy yo quien debe juzgarles. Ya lo hicieron los ciudadanos en los siguientes procesos electorales [las generales de noviembre de ese año], dejándoles sin representación en el Congreso y en el Senado. Porque los ciudadanos juzgan de forma severa e implacable a quienes les traicionan”, se dirigió a Igea, al que ha recordado los episodios de corrupción del PP en Castilla y León como la trama eólica, Gürtel, Púnica, Perla Negra y el caso Enredadera.
“Defendemos un modelo liberal y progresista ante la eterna propaganda del populismo de la izquierda más rancia de este país y su superioridad moral. Nuestros procuradores representan el cambio sereno y tranquilo en esta comunidad. Somos el partido que prometió el cambio y que además lo está llevando a cabo. Somos un partido responsable y vamos a durar más de lo que creen. Los ciudadanos nos exigen responsabilidad y lealtad. Quieren estabilidad”, le respondió el barón territorial de Cs.
En su intervención, el presidente de la Junta enmarcó la moción en clave nacional: “Su propuesta no es ni alternativa, ni decente, la presenta por orden de Ferraz”, censuró. Mañueco reprochó además a Tudanca que haya intentado seducir “sin pudor” y con “un descaro nauseabundo” a procuradores de Ciudadanos. “Quiere un Gobierno con hipotéticos tránsfugas”, insistió. En Murcia, el PP ha impedido que prospere la moción de censura al Gobierno regional ofreciendo consejerías a tres parlamentarios de Ciudadanos, que han sido expulsados del partido. El presidente ha aplaudido la “lección de lealtad” que ha dado la bancada de Igea al oponerse a voltear el mando en la Junta. Su posición coincide con la de la dirección nacional de Cs, que solo estaba dispuesta a presentar una moción en Murcia, donde también formaba parte del Gobierno. “Ustedes presentan la moción contra Ciudadanos”, sentenció Igea, que achacó la moción a la voluntad socialista de anular a su formación para ocupar su espacio electoral. El líder de Cs acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de querer hacerle “el abrazo del oso a Ciudadanos”. “El centro político no es un lugar equidistante, no es un lugar geográfico. No somos una bisagra entre dos hojas. Somos una palanca para cambiar las cosas. No vamos a ser el garrote con el que media España azote a la otra media”, concluyó.
El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, que ya había garantizado sus dos votos al PSOE, arremetió contra la Junta y tildó de “modélica” la actitud de la oposición en busca de unidad. “Sufrimos el peor Gobierno posible en el peor momento posible”, reprobó, y aseguró que el PP desprende “un fétido olor a corrupción”. El procurador de Por Ávila, Pedro Pascual, que anunció el domingo su abstención, afeó a los grandes partidos sus enfrentamientos por “sillones” y reclamó “unidad”. El representante de la Unión del Pueblo Leonés, Luis Mariano Santos, admitió una “necesidad de cambio” en el territorio, pero cuestionó que Tudanca y el PSOE puedan satisfacer las exigencias leonesistas, que reclaman segregarse de Castilla. La procuradora de Vox, Fátima Pinacho, rechazó directamente sustentar la moción. Tudanca le respondió que “nunca” querría su voto.
El aspirante socialista reiteró su satisfacción por haber presentado la moción, pese a las escasas posibilidades de éxito. “Yo voy a poder dormir tranquilo y pasear tranquilo por las calles. Ustedes…”, deslizó. Tudanca replicó al presidente Mañueco acusándole de “no saber ni querer gobernar” y le recordó que PP y Cs ya no tienen mayoría en el Parlamento tras el adiós de María Montero, que de Ciudadanos ha pasado a ser no adscrita y conserva su acta en las Cortes. Una decisión que trastoca las mayorías en la Cámara y la estructura de las comisiones. El pronóstico del PSOE es que el resto de la legislatura “se le hará ingobernable” a Fernández Mañueco. En la Junta resaltan que los hechos son rotundos y lo importante es que la moción no saliese adelante. El barón del PP tendrá que depender de partidos de representación minoritaria para consolidar sus medidas. Un escenario que en el PP no consideran un problema. “Podría haber convocado elecciones, pero no lo hice porque para mí la palabra es lo más importante. Es el patrimonio que voy a dejar a mis hijas”, zanjó Fernández Mañueco.