El misterioso caso de la portavoz de Bildu que suplantó la identidad de una compañera de trabajo

La policía desconoce el móvil que provocó la extraña actuación de Miren Larrion, exportavoz de la formación ‘abertzale’ en Vitoria, que abrió una cuenta bancaria a nombre de otra mujer

La portavoz de EH Bildu de Vitoria, Miren Larrion, en enero de 2019, conversa con el exalcalde de la capital alavesa del PP, Javier Maroto.l. rico

Ha pasado un mes desde que Miren Larrion, la portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria presentara su dimisión, y el misterio que rodea a la política sigue sin aclararse. No ha trascendido qué la llevó a suplantar en repetidas ocasiones la identidad de una compañera de trabajo. Larrion cambió incluso su imagen física para parecerse a la otra mujer y culminar así un plan tan burdo como aparentemente organizado. Abrió una c...

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Ha pasado un mes desde que Miren Larrion, la portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria presentara su dimisión, y el misterio que rodea a la política sigue sin aclararse. No ha trascendido qué la llevó a suplantar en repetidas ocasiones la identidad de una compañera de trabajo. Larrion cambió incluso su imagen física para parecerse a la otra mujer y culminar así un plan tan burdo como aparentemente organizado. Abrió una cuenta bancaria con 300 euros a nombre de la suplantada, y también una dirección de correo electrónico, una línea de teléfono móvil y un apartado de correos.

Una trampa tendida por la Ertzaintza para desenmascararla, el pasado 22 de febrero, destapó el caso y precipitó la dimisión de Larrion y el final de una prometedora carrera política. Sus ambiguas explicaciones —”lo explicaré en el proceso judicial que se desarrolle”, aseguró—, y el silencio de su partido —”es un tema personal”, señaló un portavoz— han acrecentado los rumores en torno a sus motivos.

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Larrion se había ganado un aura de credibilidad más allá de la ortodoxia de la izquierda abertzale, y había sintonizado con la ciudad. Algunos sectores valoraban su apuesta política y personal —dio la alcaldía al PNV, la tercera fuerza en las elecciones de 2015, para que no gobernara el candidato ganador, Javier Maroto, del PP—. Pasado un mes de su dimisión, lejos de silenciarse y olvidarse su caso, cada nuevo dato que trasciende del atestado policial, que ya está en el Juzgado de Instrucción número tres de Vitoria, alimenta toda clase de teorías, ninguna confirmada.

De las pesquisas de la unidad especializada de la Ertzaintza que lleva el caso, denominada Grupo 6, ha trascendido que Larrion, doctora en ingeniería industrial y profesora de la UPV, modificó su aspecto para dar veracidad a la suplantación de identidad en la que llevaba trabajando desde el 13 de enero. Desde entonces y hasta el 22 de febrero, fechas que según ha publicado el diario El Correo están incluidas en el atestado policial, Larrion protagonizó varios actos de suplantación de su compañera, con la que mantenía una mala relación.

En diciembre, a la compañera suplantada, una asesora de comunicación de EH Bildu, le desapareció su cartera, en la que llevaba su DNI. Falsificando la firma de su colega, Larrion abrió un apartado de correos en una oficina de Vitoria y también una línea de teléfono y una cuenta de correo electrónico.

Pelo más rubio

Mientras, Larrion fue cambiando su apariencia. Lucía un pelo más rubio y más rizado de lo habitual. Con ese aspecto se presentó en un banco de Vitoria el día 29 de enero, y regresó los días 11 y 12 de febrero. Llevaba sombrero y gafas de pasta. Se presentaba con la identidad de su compañera.

El 22 de febrero, con la misma guisa, volvió a la oficina bancaria. Quería que le resolvieran un problema técnico, porque no podía acceder a su cuenta, la creada bajo una identidad falsa. Y no solo volvió a presentarse de nuevo como si fuera su colega de trabajo, sino que mostró también el DNI, el carné de conducir, la tarjeta sanitaria y el número de teléfono de su víctima. Y así la pillaron. La Ertzaintza estaba al acecho, aunque, en un primer momento y pesar de ser una figura conocida públicamente, la policía autonómica no la reconoció por su cambio de apariencia.

Su compañera de trabajo no denunció el robo de la documentación hasta semanas después de desaparecer la cartera, cuando supo, por una notificación del banco dirigida a su casa, que se había abierto una cuenta bancaria a su nombre. Entonces sí reportó la sustracción de su documentación y la Ertzaintza se puso a investigar. Sin embargo, al conocer que era Miren Larrion quien la suplantaba, la mujer, cuya identidad no ha trascendido, fue a comisaría con la idea de retirar la denuncia. Allí, cuando los agentes le mostraron que no se trataba de un hecho aislado, sino de todo un plan, la víctima no solo no la retiró, sino que la amplió.

Miren Larrion dijo a los agentes que había abierto la cuenta para un gran viaje a la India, y, cuando la pillaron, que todo era “una tontería y un error” y que su compañera lo entendería. Después achacó los hechos a que “atravesaba un momento personal difícil”.

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