Edmundo Bal: “El PP ha abierto su caja b y pagará lo que haga falta para comprar a gente de Ciudadanos”

La salida de Fran Hervías acelera el proceso de desintegración del partido de Inés Arrimadas

El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, este domingo en la sede del partido en Madrid. En vídeo, las declaraciones de Bal.Foto: EFE | EP

La cúpula de Ciudadanos trata de frenar el proceso de desintegración acelerada en que vive inmersa la formación tras el fracaso de la moción de censura en Murcia –gracias a tres diputados tránsfugas– y la opa indisimulada del Partido Popular hacia sus cargos públicos, apoyada desde dentro por algunas figuras destacadas, como el exsecretario de Organización Fran Hervías, que el sábado anunció su paso al PP. Este domingo, el portavoz adjunto en el Congreso, ...

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La cúpula de Ciudadanos trata de frenar el proceso de desintegración acelerada en que vive inmersa la formación tras el fracaso de la moción de censura en Murcia –gracias a tres diputados tránsfugas– y la opa indisimulada del Partido Popular hacia sus cargos públicos, apoyada desde dentro por algunas figuras destacadas, como el exsecretario de Organización Fran Hervías, que el sábado anunció su paso al PP. Este domingo, el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, ha acusado abiertamente al PP de corrupción: “El PP quiere comprar voluntades, quiere comprar personas, han abierto su caja b y están dispuestos a pagar lo que haga falta para comprar a gente de Ciudadanos”.

Bal ha vuelto a ser este domingo el encargado de dar la cara ante la sociedad mientras la líder del partido, Inés Arrimadas, prepara la reunión de la ejecutiva prevista para este lunes, que se prevé tormentosa, y que podría certificar la salida de otros dirigentes hacia las filas populares. “Esos comportamientos mafiosos que hemos visto en Murcia quieren extenderlos a toda España. Hemos cometido errores, pero no hemos cometido delitos”, ha acusado Bal en una intervención desde la sede del partido.

Tras el fiasco de la moción murciana con el PSOE –de la que tres diputados de Cs se echaron atrás después de que el presidente regional, el popular Fernando López Miras, les incluyera como consejeros en su Gobierno–, y la expulsión de Ciudadanos del Gobierno de Madrid tras el sorpresivo adelanto electoral de Isabel Díaz Ayuso, la formación liberal todavía gobierna en coalición con el PP en Andalucía y en Castilla y León.

La aparente implosión de Cs, que algunos dirigentes consideran una herida definitiva y otros tratan de ver como una ocasión para librarse de elementos oportunistas y regresar a las posiciones centristas que abandonó Albert Rivera, se aceleró a última hora del sábado con la salida del senador Fran Hervías. Este acusó en una carta en Twitter a Inés Arrimadas de ser una “muleta del sanchismo” y recuperó la expresión de “la banda” –acuñada por Rivera– para referirse al Gobierno. Inmediatamente después, en una entrevista en El Mundo, Hervías, que perteneció al núcleo duro de Rivera y manejaba los resortes orgánicos, anunciaba su fichaje por el PP, previo abandono del escaño, para incorporarse al equipo del secretario general popular, Teodoro García Egea.

Hervías supuestamente contribuyó a dinamitar desde dentro de Ciudadanos la moción de censura murciana y a mover las fuerzas de esta formación en la región hacia el Partido Popular. El exsenador liberal supuestamente contribuyó, a través de otro senador, Emilio Argüeso, a que los tres diputados de Ciudadanos retiraran su firma de la moción de censura contra López Miras a cambio de un cargo en su gobierno, según una información de El Español. Tanto Hervías como García Egea niegan tales maniobras. La coordinadora autonómica de Ciudadanos en Murcia, Ana Martínez Vidal, que iba a haber sido la presidenta regional de no haber fracasado la moción de censura, acusó ayer a Hervías de estar “detrás de los tránsfugas”.

La reunión de la ejecutiva de Cs este lunes, reclamada por varios dirigentes autonómicos, como el andaluz Juan Marín, el valenciano Toni Cantó o la madrileña Begoña Villacís, viene precedida por una fuerte marejada interna y ambiental. Ayer, exdirigentes del sector crítico con Arrimadas, como la senadora Ruth Goñi, la diputada aragonesa Susana Gaspar o la portavoz adjunta en el Parlamento de Extremadura, Marta Pérez, salieron en defensa de Hervías. Más contundentes fueron antiguos pesos pesados de la formación en época de Albert Rivera, como el exportavoz Juan Carlos Girauta, que dio la “enhorabuena” al PP por el fichaje de Hervías, o el exdiputado Marcos de Quinto, que reclamó a Cs que este lunes “salgan respuestas de verdad y no argumentarios”.

Otros cargos, como el portavoz en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez Calvo, salió en defensa de Arrimadas y expresó su “reconfortante sensación de liberación” al ver cómo el partido “empieza por fin a soltar lastre”. “Roma no paga a traidores, Génova sí”, dijo. En esta línea de apoyo a la líder se pronunciaron otros miembros de la ejecutiva como los diputados Miguel Gutiérrez o Sara Giménez o la portavoz municipal en Barcelona, Luz Guilarte. Frente a ellos, otros dirigentes como Juan Marín, Begoña Villacís, Toni Cantó o la exconsejera de la Comunidad de Madrid Marta Rivera guardan silencio.

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