La última pista no basta para saber quién mató a Veronica Guerin
El análisis balístico de un arma hallada en Alicante el pasado octubre no ha bastado para vincularla al crimen, hace 25 años, de la periodista
El asesinato de la periodista Veronica Guerin en junio de 1996 a manos de una banda de narcotraficantes agitó las turbias aguas del hampa que controla la venta de droga en Irlanda, pero no han bastado estos 25 años para encontrar a su autor material. La última esperanza se abrió en octubre, cuando uno de los principales sospechosos de haber instigado el crimen, John Gilligan, fue detenido por tráfico de drogas en el sur de Alicante en una operación conjunta de las policías española, irlandesa y...
El asesinato de la periodista Veronica Guerin en junio de 1996 a manos de una banda de narcotraficantes agitó las turbias aguas del hampa que controla la venta de droga en Irlanda, pero no han bastado estos 25 años para encontrar a su autor material. La última esperanza se abrió en octubre, cuando uno de los principales sospechosos de haber instigado el crimen, John Gilligan, fue detenido por tráfico de drogas en el sur de Alicante en una operación conjunta de las policías española, irlandesa y británica. Durante los registros, se halló enterrado en el suelo un revólver Colt Phyton, similar al utilizado para acribillar a la periodista en su coche. Pero ahora se ha conocido que los análisis forenses practicados al arma no han sido concluyentes. “Con los medios, pruebas e indicios de los que disponemos no se puede redactar un informe pericial concluyente que afirme que esa arma de fuego es la usada en la escena del delito”, señalan fuentes policiales.
El autor material de los disparos continúa, así, siendo una incógnita casi 25 años después. Guerin había escrito reportajes para el Sunday Independent sobre el submundo del narcotráfico en Irlanda. Durante su investigación, se cruzó con diferentes bandas criminales, que la amenazaron constantemente y algunos de cuyos miembros llegaron a golpearla más de una vez. Hasta que un día, después de comparecer ante un tribunal, la reportera se detuvo en un semáforo, de vuelta a casa. Una moto se la aproximó y el acompañante del conductor le descerrajó seis tiros con un Colt Phyton. Gilligan siempre fue considerado el instigador del asesinato, aunque nunca se le pudo vincular. El caso inspiró una película en 2003 con el nombre de la víctima, protagonizada por Cate Blanchett.
El capo mafioso irlandés, de 68 años, huyó de su país en 2013, tras pasar un tiempo en prisión. En 2019, fue localizado junto a sus principales secuaces en diversas viviendas diseminadas entre Torrevieja y Orihuela Costa (Alicante), una zona repleta de residentes extranjeros en la que cualquier británico o irlandés puede pasar desapercibido. Gilligan lideraba una banda especializada en el envío al Reino Unido de sustancias estupefacientes, principalmente marihuana y medicamentos hipnóticos, por vía postal. También traficaban con armas de fuego, según fuentes policiales.
La pasión de Verónica Guerin
"El único elogio que necesito es el de la familia. Las críticas me tienen sin cuidado"
Saberes industriales
Los agentes que detuvieron a Gilligan en octubre durante una operación liderada por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de Murcia y el Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) Levante de la Policía Nacional, registraron cuatro viviendas. Hallaron cuatro kilos de cogollos de marihuana, 11.000 pastillas, dos vehículos, diez móviles, documentación contable y postal y el instrumental necesario para la manipulación de sustancias estupefacientes y su envasado al vacío. Y, gracias a un detector de metales, descubrieron el revólver enterrado bajo un parterre.
El arma fue inspeccionada por la brigada murciana de la Policía Científica, que posteriormente la envió a la Comisaría General de la Policía Científica de Madrid para su análisis balístico. El informe señala que el revólver no se puede vincular con el asesinato de Guerin con los indicios actuales, según avanzan a EL PAÍS las mismas fuentes. Pero tampoco lo descarta por completo, ante la posibilidad de hallar nuevas pistas.
El caso de Guerin sigue abierto, pero la policía ya da por desmantelada la organización criminal de Gilligan. El pasado martes, las pesquisas derivadas de las detenciones de octubre desembocaron en el arresto de cuatro personas más, vinculadas con el negocio del narcotraficante irlandés. Se trata de “los encargados directos del cultivo y la exportación” de la marihuana, cuenta la Policía Nacional. “Uno de ellos era el encargado del cultivo de marihuana y, para ello, había instalado un cultivo hidropónico dentro de su domicilio. Otro detenido realizaba las comunicaciones con el Reino Unido y, finalmente, los dos restantes se encargaban de realizar el envío postal”, especifican. Todos ellos vivían en el sur de Alicante, entre los municipios de Torrevieja, Pilar de la Horadada y San Miguel de Salinas.