Sánchez e Illa instan a votar por correo, “ya y de forma masiva”, sin esperar al 14-F para lograr el cambio en Cataluña

El presidente, en el segundo acto de los cinco en que participará en la campaña, anima a concentrar en el PSC el voto descontento con el “desgobierno” y “polarización” por el ‘procés’

El presidente del Gobierno y secretario general del partido socialista, Pedro Sánchez, asiste al acto electoral en Tarragona del candidato a las elecciones regionales de Cataluña, Salvador Illa, este sábado. En vídeo, sus declaraciones en el acto.Vídeo: PSC/EFE | PSC/QUALITY

En la campaña más atípica por la pandemia, casi imposible de palpar y medir por la falta de ambiente electoral en la calle y unos mítines reducidos a la mínima expresión, Pedro Sánchez se ha volcado con Salvador Illa en el segundo acto de los cinco en los que participará durante la campaña a las elecciones catalanas. “Ha llegado el momento de votar a favor del cambio, no contra nadie. Votad por correo, de forma masiva, no esperéis más. Votad ya para empezar a cambiar...

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En la campaña más atípica por la pandemia, casi imposible de palpar y medir por la falta de ambiente electoral en la calle y unos mítines reducidos a la mínima expresión, Pedro Sánchez se ha volcado con Salvador Illa en el segundo acto de los cinco en los que participará durante la campaña a las elecciones catalanas. “Ha llegado el momento de votar a favor del cambio, no contra nadie. Votad por correo, de forma masiva, no esperéis más. Votad ya para empezar a cambiar la Cataluña que queremos. El cambio es posible”, ha pedido el exministro de Sanidad y candidato del PSC. “Quien tenga reservas para votar el 14 de febrero que solicite desde ya el voto por correo. Es muy sencillo y es muy seguro. El voto por correo ha sido en Estados Unidos la palanca del cambio y puede serlo también en Cataluña”, ha enfatizado Sánchez como remedio al “desgobierno” y “polarización” causados por el procés.

El presidente del Gobierno y el candidato del PSC a la Generalitat buscan en Tarragona, a donde volverán el próximo sábado, atraer al electorado descontento de Ciudadanos y de otras tendencias, incluido el soberanismo moderado. “España quiere a Cataluña, España necesita a Cataluña. Y la Cataluña real estoy convencido de que siente lo mismo”, ha incidido Sánchez. “Yo soy catalán, español y europeo. No vamos contra nadie. Todos y todas somos Cataluña. Aquí no sobra nadie y juntos vamos a poner fin a esta sinrazón. Tenemos que reencontrarnos para reencontrarnos con España”, ha afirmado Illa en un acto minimalista en una nave del puerto tarraconense al que han asistido una treintena de personas entre cargos socialistas, técnicos y seguridad. “Lamentablemente, hace tiempo que en Cataluña no tenemos un Gobierno que lidere. Al contrario, han buscado la confrontación mientras se desprendían de sus responsabilidades”, ha remarcado el aspirante del PSC, al tiempo que Sánchez sostenía que el independentismo “decidió perder una década”, el tiempo transcurrido entre el germen y el desafío unilateral y fallido del 1 de octubre de 2017.

Más allá de las llamadas a la concordia y a la necesidad de rebajar la crisis territorial en Cataluña, Illa y Sánchez han puesto el foco en el gran caladero de votantes de Ciudadanos. El partido de Inés Arrimadas fue el más votado en esta provincia y en la de Barcelona en las elecciones de 2017, en las que se impuso, pero según todos los sondeos sufrirá un importante retroceso el próximo 14-F. Un aliciente para captar esos votos es el fichaje como número dos en las listas provinciales de Rubén Viñuales, que hasta diciembre era el portavoz de Ciutadans en el Ayuntamiento de Tarragona. Afiliado al partido naranja desde 2012, en las elecciones municipales de 2015 fue el candidato obteniendo cuatro concejales. Un resultado que reeditó en 2019, por detrás de PSC y ERC, ambos con siete ediles. “La gente sabe que vengo de otro partido, y habíamos perdido la ilusión. Pensábamos que no había otra forma de hacer política que no fuera la confrontación. Y sí, existe. Esa forma es la del PSC y es Salvador Illa”, ha observado Viñuales, encargado de abrir el mitin. “Siempre hemos dicho que el PSOE era un proyecto abierto, bienvenido Rubén“, le ha recibido Sánchez. ”Bienvenido a nuestra casa”, ha apostillado Illa.

El PSC, que en los anteriores comicios logró dos diputados al Parlament por Tarragona, confía en doblar el número de escaños e incluso creen que podrían obtener hasta cinco representantes. Esas expectativas explican el interés del partido en volcarse, además de en Barcelona, en esta circunscripción. Un ejemplo: Miquel Iceta, primer secretario del PSC y recién nombrado ministro de Política Territorial, ha protagonizado, también este sábado, un mitin en Tortosa (Tarragona). La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ya ha participado en el inicio de la campaña.

La apelación continua al diálogo y al reencuentro del candidato del PSC contrasta con las críticas que recibe del resto de partidos. Desde los denominados constitucionalistas al independentismo. “Cada partido tiene su versión particular sobre lo que Illa representa. Uno dice que es un representante de los poderes establecidos; otro dice que Illa es una amenaza para el orden establecido; aquel dice que Illa es un separatista camuflado y el otro dice que Illa es ¡un agente anticatalán! Illa les incomoda porque viven del problema, de la bronca, de la decadencia”, le ha reivindicado Sánchez.

Los socialistas dan por seguro que obtendrán un buen resultado, pero ante las expectativas generadas llevan varios días apelando a la prudencia. Los veteranos del PSC recuerdan que solo han ganado en 1999 y 2003 las catalanas, ambas con Pasqual Maragall de candidato y por apenas 5.000 votos sobre CiU. El último sondeo del Centro de Estudios de Opinión, el CIS catalán, augura una victoria de ERC con muy poco margen sobre Junts. El PSC, según esta encuesta, sería tercero y no ganaría las elecciones, como así pronosticaba la semana pasada el CIS. La incertidumbre por la falta de ambiente electoral se traduciría, coinciden todos los partidos, en una caída de la participación de entre 10 y 20 puntos el 14-F. Un escenario en el que muchos escaños podrían bailar por unos pocos cientos de votos.

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