El PSOE celebrará un Congreso federal presencial

La evolución de la pandemia determinará si el 40.º Congreso federal de los socialistas es en junio o después del verano

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa el pasado 29 de diciembre.POOL (Reuters)

La evolución de la pandemia determinará cuándo celebra el PSOE su 40.º Congreso federal, en junio o en septiembre, pero nadie en la cúpula del partido duda de que será presencial. Pedro Sánchez quiere que el formato del cónclave del órgano soberano del PSOE, al que en la última cita de junio de 2017 asistieron un millar de delegados, traslade dos mensajes: su incontestable dominio interno y la recuperación de la normalidad tras la peor crisis desde la Guerra Civil. El Gobierno confía en haber vacunado al 60% de la población en verano.

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La evolución de la pandemia determinará cuándo celebra el PSOE su 40.º Congreso federal, en junio o en septiembre, pero nadie en la cúpula del partido duda de que será presencial. Pedro Sánchez quiere que el formato del cónclave del órgano soberano del PSOE, al que en la última cita de junio de 2017 asistieron un millar de delegados, traslade dos mensajes: su incontestable dominio interno y la recuperación de la normalidad tras la peor crisis desde la Guerra Civil. El Gobierno confía en haber vacunado al 60% de la población en verano.

El presente y futuro inmediato del PSOE no tienen nada que ver con la agria fractura que llevó a los socialistas al borde del precipicio en 2016. El convulso comité federal del 1 de octubre, en el que Sánchez renunció como secretario general y donde por haber hubo hasta algún puñetazo, fue el colofón de un año de inestabilidad y vértigo con dos elecciones generales en seis meses —lo nunca visto hasta entonces— en el que los socialistas evitaron el sorpasso de Unidas Podemos pero terminaron enfrentados en dos bandos irreconciliables: los partidarios de permitir la formación de un Gobierno del PP y los contrarios a permitirlo. Al final Mariano Rajoy fue investido presidente, pero siete meses después Sánchez volvió a ser reelegido líder del PSOE en unas primarias en las que las bases del partido se impusieron al establishment y su candidata, Susana Díaz.

La historia la escriben los ganadores y Sánchez aprovechó el 39.º Congreso federal para reforzar su poder orgánico: entre otras funciones, el Congreso elige a la ejecutiva del PSOE, la Comisión Federal de Ética y Garantías y a los integrantes del comité federal, el máximo órgano entre congresos.

Transcurridos casi cuatro años, y por más que la coyuntura es muy diferente, sin una alternativa a Sánchez y con el PSOE en La Moncloa, en el socialismo ya empieza a haber movimientos con la atención más puesta en los congresos autonómicos —será el momento en el que los barones se examinen y renueven su mandato o haya cambios— que en el Congreso federal. Pero hasta que este no se celebre no le llegará el turno a los congresos territoriales. Después sería el turno de los líderes provinciales y por último de los municipales. El funcionamiento del PSOE es en este aspecto justo el contrario al del PP, donde ya se ha iniciado la renovación de los responsables provinciales.

Los estatutos del PSOE establecen que el Congreso federal se celebre entre el tercer y cuarto año desde la celebración del congreso ordinario anterior salvo por “circunstancias especiales” que aconsejen la convocatoria de un Congreso extraordinario. Por lo tanto, el plazo expiraría formalmente en junio. Fuentes de la dirección del PSOE recuerdan que el calendario dependerá del ritmo de vacunación y del control de la crisis sanitaria. Las expectativas son que para verano la covid-19 esté bajo control. De lo contrario no sería viable la concentración de cuadros durante un fin de semana, habitual de los Congresos federales. El número de delegados lo establecerá el comité federal, y oscilará “entre 500 y 2.000” según establece el artículo 26.3 de los estatutos federales. Otra de las atribuciones del Congreso es definir los principios del partido, fijar los programas y marcar la línea política y la estrategia.

La dirección al completo del PSOE se reunirá el próximo lunes con la intención de convocar al comité federal el 16 de enero, justo un día después de que se confirme si las elecciones catalanas son el 14-F. La única vez que el comité federal se reunió el año pasado fue el 15 de febrero. Los estatutos del partido estipulan que debe hacerlo al menos dos veces al año. La emergencia sanitaria hizo que fuera imposible.

Sin ser tan multitudinario como un Congreso federal, el comité federal cuenta con 300 miembros que se reúnen durante varias horas en una sala en la planta sótano de Ferraz. La idea es que sea telemático por primera vez en la historia.

La razón es que para la segunda quincena de enero se espera que los contagios se disparen y España se vea inmersa en una tercera ola tras la relajación de las medidas contra el coronavirus durante las fiestas navideñas. La previsión, según los epidemiólogos, es que sea entonces cuando se empiece a notar de forma importante un aumento de los ingresos hospitalarios y en las UCI. Una semana después se apreciaría un repunte del número de fallecidos. Los pacientes hospitalizados en Madrid según los últimos datos facilitados este lunes eran 2.216, muy por encima de los 1.880 a 31 de diciembre. En cuidados intensivos había 358 personas por la covid-19, frente a las 305 al cierre de 2020.

La celebración del comité federal no es un asunto menor, por muy controlado que Sánchez tenga al PSOE. Es el órgano que convoca el Congreso y determina las fechas y lugar de reunión por lo menos con 60 días de antelación. La pandemia podría hacer que el día 16 se fijara el Congreso directamente para después del verano. Otra opción es que la decisión se tomase en un segundo comité en primavera.

La apuesta por Illa, un aviso de lo que podría pasar con Díaz

El relevo de Miquel Iceta por Salvador Illa como candidato del PSC en las elecciones del 14 de febrero en Cataluña dejó varias interpretaciones. La sorpresa en el socialismo fue generalizada por la sustitución del primer secretario del PSC y su reemplazo por el ministro de Sanidad, cartera que Illa ha compaginado sin descuidar sus responsabilidades como secretario de Organización de los socialistas catalanes. Pero el cambio también se vio con otra lectura, al menos en Andalucía. Críticos y afines a Susana Díaz deducen de la apuesta por Illa que la expresidenta de la Junta y todavía secretaria general de la federación más poderosa del PSOE no las tiene todas consigo para volver a ser la candidata en las elecciones autonómicas, que serían en diciembre de 2022 si el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), no opta por un adelanto electoral. La reflexión que hacen es que Iceta fue uno de los más firmes valedores de Sánchez en las primarias de 2017 frente a la mayoría de barones y aun así no va a repetir como candidato. El líder del PSC ha explicado que la decisión fue consensuada y fue él quien le propuso a Sánchez la candidatura de Illa.

Las fuentes consultadas de la dirección federal y andaluza comparten una inquietud si el 40.º Congreso federal es después del verano. Eso provocaría que los congresos autonómicos se postergasen unas semanas. La consecuencia es que el desenlace del liderazgo en el PSOE de Andalucía podría coincidir con las negociaciones de Moreno Bonilla para aprobar los presupuestos de 2022. Una posibilidad sobre la mesa es que el presidente de la Junta no cerrara un acuerdo con Vox, que sustenta desde fuera a su Gobierno de coalición. En ese escenario, la convocatoria de elecciones dejaría a los socialistas en una situación muy comprometida.

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