La agencia europea de fronteras vuelve a Canarias para abordar la inmigración irregular

Siete agentes de Frontex ayudarán a la policía en sus labores de identificación de migrantes

Agentes de Frontex en Málaga en junio de 2019.Getty Images

Siete agentes de Frontex, la agencia europea de control de fronteras, se instalarán temporalmente en las islas canarias para prestar apoyo a la Policía Nacional ante la llegada al archipiélago de más de 11.400 migrantes en los últimos diez meses. La operación, que comienza este miércoles, se limitará a identificar y entrevistar a los recién llegados para obtener información acerca de las redes de tráfico de personas, según ha confirmado la agencia con sede en Varsovia.
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Siete agentes de Frontex, la agencia europea de control de fronteras, se instalarán temporalmente en las islas canarias para prestar apoyo a la Policía Nacional ante la llegada al archipiélago de más de 11.400 migrantes en los últimos diez meses. La operación, que comienza este miércoles, se limitará a identificar y entrevistar a los recién llegados para obtener información acerca de las redes de tráfico de personas, según ha confirmado la agencia con sede en Varsovia.

España da así un primer paso con el que retoma parte del guion seguido en el verano de 2006, cuando Canarias enfrentó la llegada masiva de cayucos a sus costas. En aquel momento, Frontex era una agencia recién creada, pero España, desbordada, solicitó su apoyo en diferentes ámbitos. En julio de aquel año se puso en marcha una operación muy similar a esta, la Operación Hera, que trajo nueve agentes de otros Estados miembros para que colaborasen con la policía en los puertos de entrada. La estancia de los agentes en las islas era temporal, durante los meses de mayor presión migratoria entre julio y noviembre, y se renovó durante años hasta que se suspendió en 2018.

Esta operación se negociaba desde comienzos de año a petición de la Policía Nacional, que se ha visto sobrepasada y sin instalaciones adecuadas para atender migrantes frente al intenso ritmo de llegadas que viene registrándose desde septiembre de 2019. Finalmente, la misión se pone en marcha cuando Canarias enfrenta el mayor pico de entradas irregulares de los últimos 14 años y ante la previsión de que la presión continúe en alza. El control de las autoridades marroquíes en el norte del país, la inestabilidad del Sahel y el fuerte impacto económico que está teniendo la pandemia en economías ya precarias está empujando a miles de migrantes a optar por esta ruta, considerada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como la vía más peligrosa para llegar a Europa.

El mandato de Frontex es limitado. Se trata de un equipo pequeño, extranjero y su actividad está restringida a labores de apoyo e intercambio de información con los agentes españoles, como ya hace en la costa peninsular. La comisaria de Interior de la UE, Ylva Johanson, visitará a los agentes sobre el terreno junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Varias autoridades locales, desde el presidente canario, Ángel Víctor Torres (PSOE), a la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas, llevan meses defendiendo una mayor implicación de la agencia, más allá del apoyo en tierra, para contener la inmigración irregular hacia las islas. Ya se hizo también en 2006, cuando la agencia desplegó barcos y aviones de otros Estados miembros en aguas territoriales de Senegal y Mauritania bajo el mando de la Guardia Civil.

La agencia europea de fronteras está cobrando un especial protagonismo en el diseño de la política migratoria de la UE. Fundada en 2005 con un presupuesto que apenas sobrepasaba los 19 millones de euros, ejercía de herramienta logística para los Estados miembros. Su ámbito de actuación, sin embargo, ha evolucionado con los años. Apuesta por estrategias de control fronterizo y hoy es una pieza clave en los planes de la UE. Frontex cuenta 15 años después de su creación con un presupuesto de 420,6 millones de euros (un 34,6 % más que en 2019) y camina para convertirse en un cuerpo policial de 10.000 agentes, con capacidad para firmar acuerdos con terceros Estados y financiar y ejecutar retornos forzosos.

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