Arrimadas, a Abascal: “Si nosotros somos traidores, ¡a usted no le va a quedar ni don Pelayo!"

La líder de Cs se desmarca del proyecto de Vox a la vez que lanza guiños a sus votantes

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, interviene durante la moción de censura de Vox. En vídeo, parte de su intervención.Vídeo: EMILIO NARANJO / EFE

Inés Arrimadas ha señalado el camino a Pablo Casado para oponerse a la moción de censura de Vox. Ciudadanos votará en contra de la moción y su líder se ha desmarcado de la iniciativa no solo por su oportunidad, sino también por sus diferencias de proyecto con el partido de extrema derecha, algo en lo que Ciudadanos apenas había profundizado hasta ahora. Al mismo tiempo que lanzaba guiños a los votantes de Vox, a los que ha d...

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Inés Arrimadas ha señalado el camino a Pablo Casado para oponerse a la moción de censura de Vox. Ciudadanos votará en contra de la moción y su líder se ha desmarcado de la iniciativa no solo por su oportunidad, sino también por sus diferencias de proyecto con el partido de extrema derecha, algo en lo que Ciudadanos apenas había profundizado hasta ahora. Al mismo tiempo que lanzaba guiños a los votantes de Vox, a los que ha dicho respetar “muchísimo” y comprender su cabreo, Arrimadas ha marcado distancias con el antieuropeísmo del partido de Santiago Abascal, sus teorías conspiratorias y su nostalgia de la dictadura franquista. Y ha reprochado al líder de Vox que en su modelo de país apenas cabe nadie más que ellos: “Si nosotros somos traidores, ¡a usted no le va a quedar ni don Pelayo!”, le ha espetado.

Ciudadanos ha optado por una oposición firme a la moción de censura de Vox, sin ponerse de perfil con una abstención, a pesar de que también votó en contra de la investidura de Pedro Sánchez y considera que su actuación en la pandemia ha sido más que censurable. El no de Cs a la moción, aun con su discreto peso parlamentario de 10 diputados, también puede influir en el PP: ambos partidos están especialmente ligados porque comparten cuatro gobiernos autonómicos y el del Ayuntamiento de la capital ―cuatro de ellos con el apoyo externo de Vox― y se disputan una frontera de electorado en el centro derecha. Abascal le ha recordado a Arrimadas que gracias a sus votos Cs tiene consejeros en todos esos gabinetes.

La líder de Cs ha hablado pensando en los votantes de centro derecha, la mayoría de los suyos, con guiños también al electorado de Vox. “Comparto la indignación de los que se atreven a llamar fascistas o franquistas a sus cuatro millones de votantes”, le ha dicho a Abascal. De la misma forma que comparte “muchas cosas del diagnóstico” de Vox, le ha concedido, como los errores y “cacicadas” del Gobierno, así como su cabreo, “y la defensa de España y del jefe del Estado sin complejos”. “Hay cosas que nos unen, sí”, ha admitido Arrimadas, pero a partir de ahí ha pasado a enumerar las diferencias, resumidas en una idea: “Mi España es mucho más moderna, más libre y más unida de la que usted ha presentado aquí”.

Arrimadas ha cargado contra los “discursos absolutamente trasnochados de virus chinos, conspiraciones masónicas de Soros” de Abascal, su “nostalgia” del régimen de Franco, así como contra su discurso “claramente antieuropeísta” y su modelo de “proteccionismo económico que aísla". Se ha mostrado preocupada también por su defensa “del modelo de justicia de Polonia” y sus socios internacionales, “como [Marine] Lepen, [Víctor] Orbán o [Jarosław] Kaczyński”. No se ha quedado ahí: ha reprochado a Vox que están “cómodos en la crispación”, que solo tienen un modelo de familia y que “niegan debates de problemas que son una evidencia”, en referencia al negacionismo de Vox con la violencia de género, otro de los puntos que rechaza de su discurso, del que ha obviado las críticas xenófobas a la inmigración con su vinculación entre delincuencia y menores inmigrantes.

Desde la llegada de Vox a la política nacional, Ciudadanos no se había diferenciado tanto nunca de su proyecto, sobre todo desde que Albert Rivera escoró al partido a la derecha para intentar superar al PP y lograr la hegemonía conservadora en España. Arrimadas tiene ahora otra estrategia, resituar el partido en el centro derecha, aunque aspira también a recuperar votantes de Vox atrayéndolos a posiciones más moderadas, por eso ha hilado su discurso con formas suaves hacia el partido de Abascal, que le ha agradecido él. Con todo, el líder de Vox no ha desaprovechado la ocasión para criticar a Ciudadanos por su “equidistancia al pactar con el Gobierno que pacta con Bildu", en referencia a la mano tendida de Cs al Ejecutivo de Pedro Sánchez para acordar los Presupuestos, "y recibir los votos de Vox que le sirven para tener consejeros” en los Gobiernos que comparte con el PP en las comunidades autónomas.


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