Acto de seducción presupuestaria

El líder del PP tendrá difícil convencer a sus presidentes para criticar tanto dinero

El presidente del PP, Pablo Casado, el lunes pasado en el Comité de dirección del partido celebrado en la sede de la calle Génova.David Mudarra (EFE)

Todo fue política en la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española. A pesar de la abrumadora cifra de millones que España recibirá para paliar los estragos de la covid, el presidente Pedro Sánchez no se detuvo en el pormenor de las partidas, salvo las imprescindibles para sus fines de este miércoles. El presidente protagonizó así, ante empresarios, embajadores y repre...

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Todo fue política en la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española. A pesar de la abrumadora cifra de millones que España recibirá para paliar los estragos de la covid, el presidente Pedro Sánchez no se detuvo en el pormenor de las partidas, salvo las imprescindibles para sus fines de este miércoles. El presidente protagonizó así, ante empresarios, embajadores y representantes de grupos con capacidad de influir, el primer movimiento para conseguir una mayoría parlamentaria que le permita aprobar los primeros presupuestos de la legislatura.

De los 140.000 millones de euros europeos adjudicados para el próximo sexenio, hay una partida esencial: la inclusión de 27.000 millones en los Presupuestos del Estado. Con tan abultado aval comienza la negociación parlamentaria. El ambiente no es bueno, porque los números aún no salen. Con interlocutores tan diversos, con fuertes enfrentamientos entre ellos, como ocurre con Ciudadanos y los independentistas catalanes, solo una oferta de inversiones, proyectos y subvenciones puede suavizar el enfrentamiento y la discrepancia insalvable por demandas de autogobierno e independencia territorial.

Si el acuerdo no llegara, los presidentes autonómicos tendrán que explicar a sus conciudadanos el por qué de esa oposición cuando en los presupuestos se habla con el Estado de economía, no de identidades nacionales ni referendos de autodeterminación. Esta es la visión del Gobierno al preparar el acto de ayer: mucho dinero para todos.

No era el momento de los detalles, pensaron en La Moncloa, a sabiendas de que la crítica iba a venir por la ausencia de concreción. Esa tarea quedó para la tarde con la intervención de los vicepresidentes, aunque se volverá a la carga con el dinero del plan insertado en el proyecto de presupuestos para 2021.

El ejercicio de seducción de Pedro Sánchez tendrá un momento especial el próximo día 26 en la conferencia de presidentes autonómicos, con la asistencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La Europa unida quiere apoyar a cada uno de los países y la jefa del brazo ejecutivo de la Unión se dirigirá al Gobierno español y a los de sus autonomías para que confíen en ello.

Motivos para confiar en que los ingentes recursos se usarán escrupulosamente y con efectividad no hay, denuncia el primero de la oposición. Aunque el presidente no aportó desgloses, sí adelantó dónde estarán las responsabilidades y los controles. Habrá una comisión interministerial, con ministerios económicos y sociales, que presidirá el propio Sánchez, además de una “unidad de seguimiento” en La Moncloa, de la que no dio detalles. Se reactivará la Conferencia Sectorial de Fondos Europeos en la que tendrán participación las comunidades. La rendición de cuentas se hará en el Parlamento, en la comisión Mixta Congreso-Senado para la UE.

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Cuantos más elementos positivos se presenten sobre este fondo, más probabilidades hay de que los grupos políticos se avengan a pactar los presupuestos. El líder del PP, Pablo Casado, lo sabía antes de que empezara el acto. Mucho dinero en juego para instar a los presidentes autonómicos de su partido a que se opongan. No esperaba el líder conservador que ni siquiera tendría que molestarse en buscar elementos de crítica. Antes de que terminara el acto, se conoció la petición judicial de que el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, declare ante el Tribunal Supremo. Con exigir a Sánchez que “inmediatamente” destituyera a Iglesias tuvo más que suficiente.

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