Amaya Martínez, la diputada vasca de Vox: una euskaldún que regenta una tienda de armas

“Por primera vez en la democracia, habrá una diputada libre de los pactos y componendas entre nacionalistas”, dijo este domingo el líder de Vox, Santiago Abascal, tras confirmarse el “histórico” escaño que su formación ha logrado en el Parlamento vasco. Esa diputada será Amaya Martínez Grisaleña, una vitoriana de 51 años de edad, licenciada en Ciencias de la Información, que ya ha avisado de que quiere erigirse como “la voz que hará frente al nacionalismo, a los herederos de ETA y a l...

“Por primera vez en la democracia, habrá una diputada libre de los pactos y componendas entre nacionalistas”, dijo este domingo el líder de Vox, Santiago Abascal, tras confirmarse el “histórico” escaño que su formación ha logrado en el Parlamento vasco. Esa diputada será Amaya Martínez Grisaleña, una vitoriana de 51 años de edad, licenciada en Ciencias de la Información, que ya ha avisado de que quiere erigirse como “la voz que hará frente al nacionalismo, a los herederos de ETA y a la izquierda totalitaria”.

Amaya Martínez pasará de regentar en Vitoria una tienda especializada en la venta de armas a representar en la Cámara vasca “a todos los silenciados”. Con un mensaje claramente alineado con los postulados ultra y antinacionalista que Vox ha ido lanzando en sus mítines en el País Vasco, la nueva parlamentaria se estrena en la política de primera línea sin apenas experiencia en este terreno, aunque ya formó parte de la lista de Vox en la pasada cita electoral vasca.

Madre de una hija enfermera, Martínez es vascoparlante y en campaña ha insistido en que luchará “contra la discriminación por no hablar euskera”. Libertad es una de las palabras que más maneja, también para referirse a la necesidad de acabar con “la imposición lingüística que discrimina a las familias y expulsa a los hijos de una educación de calidad”. “Va a sorprender en el Parlamento, porque es una persona que no se doblega ante nada ni ante nadie”, asegura un representante de su partido. Fiel al ideario de Vox, la lucha contra la inmigración es otra de sus banderas, especialmente cuando se refiere a “la espléndida RGI” (la Renta de Garantía de Ingresos vasca) que en el País Vasco supone, a su juicio, “el mayor generador y patrocinador de la importación de inmigrantes”.

La irrupción de Vox en la Cámara vasca se produjo tras recibir 17.517 sufragios, casi el 2% del total de votos emitidos este 12-J en Euskadi. Hace cuatro años este partido solo obtuvo 771 papeletas. Martínez, que iba como cabeza de lista por Álava, será parlamentaria gracias a los 4.722 votos recibidos por su candidatura en la circunscripción alavesa. La poca participación en este territorio —50,3%, la más baja en toda Euskadi— facilitó que el partido liderado por Abascal lograse el 3,8% de los votos, por encima del 3% que era necesario para asegurarse el escaño.