Galicia y País Vasco votarán el 12 de julio con medidas sanitarias especiales
Feijóo y Urkullu sostienen que el inicio del verano es “menos inseguro” y buscan fórmulas para “votar sin miedo”
El coronavirus propició en España la primera desconvocatoria de elecciones de la historia democrática y provocará en Galicia y País Vasco unos comicios con medidas de seguridad sanitaria sin precedentes. El presidente gallego Alberto Núñez Feijóo (PP) y el lehendakari Iñigo Urkullu (PNV) convocaron este lunes autonómicas para el 12 de julio pese a las críticas de la oposición. Después de semanas de contactos entre ambos y alegando que el inicio del verano es el momento ...
El coronavirus propició en España la primera desconvocatoria de elecciones de la historia democrática y provocará en Galicia y País Vasco unos comicios con medidas de seguridad sanitaria sin precedentes. El presidente gallego Alberto Núñez Feijóo (PP) y el lehendakari Iñigo Urkullu (PNV) convocaron este lunes autonómicas para el 12 de julio pese a las críticas de la oposición. Después de semanas de contactos entre ambos y alegando que el inicio del verano es el momento “menos inseguro”, Feijóo y Urkullu se jugarán el cargo en la misma jornada por tercera vez consecutiva. Hasta ahora, ir juntos a las urnas les ha salido bien.
Las autonómicas del 12 de julio no serán unas elecciones al uso. Feijóo y Urkullu han encargado sendos informes de recomendaciones sanitarias para “facilitar el voto sin miedo, en libertad y con responsabilidad”, según palabras del presidente de la Xunta. El líder del PP gallego defendió la fecha elegida como “el domingo con menos incertidumbres” porque, esgrimió, “es menos inseguro al inicio del verano” que septiembre “después de la llegada de turistas".
"La celebración de elecciones en este contexto me resulta tan inoportuna como al que más", aseguró Feijóo tras la reunión extraordinaria de su Gobierno. Pero Galicia, justificó, no puede arriesgarse a llegar al fin de legislatura en octubre sin comicios porque “necesita un presidente legítimo y un Parlamento en plenas funciones".
El anuncio de elecciones de Urkullu se produce a escasas 24 horas de que los expertos que asesoran al lehendakari levanten la emergencia sanitaria —en Galicia, sin embargo, se mantendrá— para pasar a una fase de “vigilancia sanitaria”. “Las elecciones se harán con todas las garantías o se retrasarán”, se comprometió el lehendakari. El decreto vasco de convocatoria fijará una segunda fecha “antes de octubre” ante la posibilidad de que la cita del 12 de julio tenga que volver a ser suspendida. En el caso gallego, según explicó Feijóo, no será así, sino que en la disposición de motivos solo se recoge que una de las razones que justifican la fecha elegida es que, si se produce otro aplazamiento, aún habría tiempo para marcar otra jornada dentro de los cuatro años de legislatura.
Feijóo intentará una cuarta mayoría absoluta con una campaña en la que su partido “disminuirá la actividad electoral”, aunque sin plantearse, de momento, reducirla a menos de 15 días. Sobre el impulso de la convocatoria de elecciones ignorando la rotunda oposición de PSOE, Galicia en Común y BNG, el presidente gallego alegó que había “elegido” seguir las “recomendaciones por escrito de los expertos sanitarios”, en alusión a los informes de dos presidentes de sociedades científicas y un jefe médico del hospital de A Coruña que no son unánimes ni concluyentes sobre los posibles rebrotes de la pandemia. El PSdeG-PSOE ha cargado contra la “imposición” de una convocatoria que Galicia en Común califica de “irresponsabilidad histórica” y que, según el BNG, supone “jugar con fuego”.
El lehendakari, por su parte, defendió reeditar su actual coalición con los socialistas tras el 12-J: “Cada formación política decidirá”, apuntó, pero esa alianza “permite identificar lo que es un proyecto de país compartido”. PNV y PSE-EE se proponen sumar al menos un escaño más para alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento que salga de las urnas. La duda es si la crisis del coronavirus les pasará factura por su gestión en Vitoria y, en el caso de los socialistas, en Madrid. La líder de los socialistas, Idoia Mendia, ofreció este lunes al PNV “estabilidad institucional”.
La segunda fuerza en el Parlamento vasco, EH Bildu, centra sus críticas a Urkullu en la “falta de cogobernanza” con el resto de partidos. Elkarrekin Podemos, por su parte, ha pasado de apoyar unos Presupuestos del PNV a sumar sus votos a la izquierda abertzale y esgrimir una oposición dura al lehendakari pese al apoyo del Gobierno central a la convocatoria electoral. En la contienda del 12-J, el PP está llamado a demostrar si su coalición con Ciudadanos le sirve para remontar el vuelo.
Urkullu, ha pedido a “todas las formaciones políticas sin excepciones” que comiencen la precampaña electoral con una condena clara y radical a las pintadas contra las sedes del PNV, PSE y Elkarrekin Podemos, además de contra un cajero, cuyo incendio obligó a desalojar a varias familias. Unos ataques que sus autores han vinculado a la huelga de hambre del preso de ETA Patxi Ruiz. “Tristemente vienen acompañadas del silencio de algunos", ha afirmado este lunes en referencia a la izquierda abertzale. "En 2020, después de dos años de la disolución de ETA, no caben, nunca han cabido, este tipo de manifestaciones”, dijo.
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