Arrimadas gana las primarias y se convierte en presidenta de Ciudadanos
La candidata se impone a su rival, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, con el 76,91% de los votos
El 8 de marzo, Día de la Mujer, Inés Arrimadas se proclamó como la primera mujer presidenta de Ciudadanos. La política de 38 años y origen jerezano que ganó las elecciones en Cataluña en 2017 se convirtió este domingo en la primera líder de Ciudadanos en sus 14 años de vida —13 de los cuales los lideró un hombre, Albert Rivera— tras vencer en unas elecciones primarias a su rival, Francisco Igea, con el 77% de los votos. Los militantes decidieron continuidad en vez de ruptura: la corriente crítica, q...
El 8 de marzo, Día de la Mujer, Inés Arrimadas se proclamó como la primera mujer presidenta de Ciudadanos. La política de 38 años y origen jerezano que ganó las elecciones en Cataluña en 2017 se convirtió este domingo en la primera líder de Ciudadanos en sus 14 años de vida —13 de los cuales los lideró un hombre, Albert Rivera— tras vencer en unas elecciones primarias a su rival, Francisco Igea, con el 77% de los votos. Los militantes decidieron continuidad en vez de ruptura: la corriente crítica, que recogió el descontento por el desplome electoral del 10-N y el hiperliderazgo de Rivera, logró el 22% de los votos.
La victoria de Arrimadas era esperada ya desde el pasado lunes, cuando se conoció que había arrasado a su rival en la elección de los compromisarios al congreso del partido de los próximos 14 y 15 de marzo. Las bases repitieron en las primarias a la presidencia prácticamente el mismo apoyo que le dieron en la votación de los delegados: el 77% dio ayer vencedora a Arrimadas y a su ejecutiva, un porcentaje casi idéntico que el de sus compromisarios. El respaldo de los críticos sí creció de una votación a otra: pasaron de un exiguo 6% hasta el 22%; aun así, lejos de lo esperado por este sector. El tercer aspirante, el militante Ximo Aparici, tuvo un testimonial 0,7%.
Arrimadas tendrá el control total del partido. Primero, en el congreso del próximo fin de semana su holgada mayoría de compromisarios le asegura que el cónclave va a aprobar su estrategia y su modelo de estatutos. Su contrincante, Francisco Igea, ni siquiera participará en la quinta asamblea de Ciudadanos porque renunció a postularse como compromisario.
Además, el modelo de partido le permite tener manos libres para desarrollar el nuevo rumbo. Ciudadanos mantiene una organización vertical, en el que los líderes territoriales son nombrados y destituidos por la dirección nacional. Y la ejecutiva será íntegramente la compuesta por su lista, como eligieron las bases en la misma votación de este fin de semana.
Ahora bien, las primarias han consolidado una corriente crítica que hasta ahora era inédita. Desde el salto de un partido de origen catalán a una formación de dimensión nacional, en 2015, Rivera nunca tuvo enfrente rivales de peso. En las últimas primarias, en 2017, fue renovado como presidente con el 87,27 % de los votos, diez puntos más que Arrimadas. El proceso ha motivado ahora más participación de la militancia, al ser más competitivo: votó casi el 60% de los afiliados, 12.328 de un censo de 20.713.
Pero es evidente que el porcentaje de apoyo de Igea —22%— está muy por encima del discreto 6% que apenas alcanzaron los rivales de Rivera (dos militantes sin cargo orgánico) en las últimas primarias. El rival de Arrimadas, además, es uno de los principales cargos institucionales de Ciudadanos y ha avisado de que no dimitirá. Le acompañaban en la candidatura cuadros medios de distintas autonomías y una parte del sector socialdemócrata del partido en Cataluña: cuatro diputados del Parlament están en su lista.
Las primarias dejan por tanto una herida interna. Arrimadas no tenía intención de integrar a Igea en su ejecutiva —sin importar el resultado—, según fuentes de su candidatura, e Igea tampoco pretende marcharse y seguirá diciendo lo que piensa, según su entorno. Evitar la división y suturar la herida es uno de los principales desafíos de la nueva presidenta. Tras confirmarse los resultados, Arrimadas —que no participó ayer en ningún acto público— habló con Igea y le instó a “remar todos juntos en la misma dirección, unidos y adelante”, según publicó en su cuenta de Twitter. Igea se comprometió por su parte a “trabajar para ofrecer a los españoles un partido que supere la dinámica de trincheras”, dijo en la misma red social. “Unidos y adelante”, apostilló también.
Feminismo
El azar quiso que Arrimadas se convirtiera el 8 de marzo en la única mujer que preside un partido nacional, mientras las calles del país rebosaban de manifestaciones reivindicativas por la igualdad. Ella no acudió, aunque sí respaldó la convocatoria. Estrictamente no es pionera —Rosa Díez lideró UPyD— pero ahora sí será la única líder ante cuatro varones: Pedro Sánchez, Pablo Casado, Santiago Abascal y Pablo Iglesias. Como gesto feminista, Arrimadas ha querido situar a varias mujeres en puestos orgánicos clave: Marina Bravo será su secretaria general, y Melisa Rodríguez y Lorena Roldán portavoces de su ejecutiva. Tendrá tres vicesecretarios generales hombres.
El azar, también, ha hecho coincidir su recién estrenado liderazgo con su maternidad: embarazada de su primer hijo, Arrimadas sale de cuentas en mayo, y aún no ha decidido cómo se organizará para el permiso.
La militancia de Ciudadanos escogió continuidad en vez de ruptura. Arrimadas es la sucesora natural de Rivera y de momento una expectativa de cambio: ha apostado por un regreso al centro a la vez que ha propuesto una coalición con el PP en las tres comunidades que celebran elecciones en 2020. Los principales dirigentes del PP, con Pablo Casado a la cabeza, se apresuraron ayer a felicitarla por su victoria. Arrimadas tiene el desafío de levantar un partido en una posición débil tras un desplome electoral que le ha dejado con solo 10 diputados. En su horizonte hay una disyuntiva fundamental: avanzar hacia la convergencia con el PP en un centro derecha refundado, o consolidar un proyecto autónomo pero frágil de centro.