Probamos las mejores almohadas cervicales para viajar

Cuando se hace un viaje largo en coche, tren o en avión, el cuello y las cervicales suele ser la parte del cuerpo que más sufre debido a las malas posturas que se adquieren al estar sentados en una misma posición durante horas. Para evitar posibles contracturas, las almohadas para viajar son una opción práctica y económica para que la espalda se mantenga más recta y el cuello no se vaya a los lados si nos dormimos un rato o si estamos usando el móvil o leyendo un libro.

Para elegir la almohada de viaje que mejor se adapte a nuestras necesidades, conviene tener en cuenta los distintos tipos existentes en el mercado. Por ejemplo, hay hinchables, una opción barata que, sin embargo, puede no ser la más recomendable si lo que queremos es disfrutar de un buen descanso y mantener el cuello en una buena posición. Las de perlas de poliestireno son una opción mejor que la anterior, pero siguen careciendo de una firmeza adecuada; algo que sí empezamos a conseguir si elegimos un cojín de viaje de espuma. Estos son livianos y relativamente compactos, consiguiendo además un buen soporte para el cuello. Y, finalmente, están las almohadas de viaje con memoria de forma, ergonómicas y más firmes que las de espuma convencional.

Cómo hemos elegido y probado los productos

En mis viajes en coche y en avión nunca he utilizado almohadas para las cervicales porque siempre he tenido la idea (errónea) de que me van a resultar incómodas. Con la vista puesta en un viaje en avión de muchas horas de duración que tenía previsto, me decidí a probarlas. Durante el trayecto, pude probar estos cuatro modelos y prácticamente con todas ellas conseguí descansar o dormir un rato sin dolores de cuello o espalda (teniendo en cuenta que yo nunca suelo dormir en ningún medio de transporte). También las utilicé en algunos viajes de coche cortos y un poco más largos para comprobar su uso dentro de un vehículo. Para leer o utilizar el móvil sí me parecieron un poco más incómodas, pero realmente son eficaces para evitar dolores en las cervicales. Para probarlas y valorarlas, he tenido en cuenta las siguientes características:

• Diseño y materiales: si los materiales utilizados son resistentes y confortables. Si el diseño resulta cómodo para el cuello.
• Medidas: si tiene un buen tamaño para cubrir el cuello y si no resulta demasiado grande para transportarla.
• Experiencia de uso: si es cómoda, si se coloca fácilmente, si no es demasiado dura ni blanda…
• Otros: si viene con alguna bolsita para guardarla, si se limpia con facilidad…

Dos tallas: BCOZZY

Para quién es: para los que buscan una almohada cómoda y versátil.

Por qué lo recomendamos: está fabricada con espuma viscoelástica y una tela transpirable e hipoalergénica de microfelpa y microgamuza que, aunque permite la circulación del aire, si la temperatura es alta da algo de calor en el cuello. Disponible en varios colores y en distintos tamaños, tanto para adultos como para niños, esta almohada de viaje rodea todo el cuello, ofreciendo, incluso, un soporte para la barbilla. Hay dos tamaños para adultos: L, para cuellos con un tamaño de entre 31 y 40 centímetros (es el que he probado) y XL, para cuellos de más de 40 centímetros. La almohada de viaje BCOZZY pesa muy poco (menos de 300 gramos) y viene con una bolsa para guardarla.

Lo primero que llama la atención nada más cogerla es que es muy suave al tacto. El fabricante indica que ofrece un apoyo doble en el cuello, cabeza y barbilla, así que una vez colocada en el cuello (con un cierre de velcro en la parte frontal) las primeras impresiones es que lo mantiene firme, pero de manera relajada, sin forzarlo. Asimismo, que también alcance el mentón, resulta muy cómodo para echarse una cabezada en el coche o para usarla mientras se utiliza el móvil o la tablet en un viaje largo. También es posible colocarla de forma lateral (apoyando la almohada en la pared del coche o avión) aunque en ese caso resulta más incómodo porque el peso de la cabeza se encuentra en un único punto. Esta almohada la probé en un coche y en un viaje en avión de bastantes horas y resultó muy cómoda, sobre todo para echar una cabezada, ya que el cuello apenas se mueve y se adapta bastante bien a cualquier tipo de asiento. No es muy rígida y su textura resulta muy agradable en contacto con la piel. En cuanto a la limpieza, se puede meter en la lavadora, así que resulta muy fácil de limpiar.

Sus puntos débiles: tiene un precio un poco elevado.

Termorreguladora: Third of Life Volar Quick Dry

Para quién es: para los que buscan una almohada similar a la de su cama.

Por qué lo recomendamos: con la forma de una almohada convencional, este modelo mide 40 centímetros de largo y 25 de ancho, por lo que resulta bastante práctica para colocarla en el reposacabezas de un coche, tren o avión. Fabricada con espuma viscoelástica, viene enrollada en una bolsa de transporte que cabe perfectamente en una mochila grande o en el equipaje de mano. Una de las cosas que más me llamó la atención de esta almohada es que la funda, que se puede lavar a máquina con un secado extra rápido, cuenta con unas microcápsulas que regulan la temperatura. De este modo, y si el ambiente es frío, es capaz de calentar la zona de la cabeza y viceversa. Todo ello en función de la temperatura corporal. Esto mismo lo comprobé en un viaje en avión en el que la temperatura en el interior de la aeronave era bastante fría. Cuando la coloqué en el reposacabezas del asiento, noté una sensación ligera de calor muy reconfortante.

Durante las pruebas, me pareció una almohada cómoda, que se asemeja bastante a la que tengo en mi cama. Se adapta perfectamente a la cabeza, ya que tiene ‘memoria’ y para dormir un rato, no muy largo, es perfecta porque el cuello y las cervicales no se cargan. En caso de utilizarla durante mucho tiempo, la cabeza se ladea y es posible dar algún que otro ‘cabezazo’ hacia delante. También me gustó mucho que al enrollarla en la bolsa de transporte no ocupaba ni pesaba nada (menos de 500 gramos de peso) y se puede guardar en cualquier sitio. También es resistente a los ácaros del polvo, por lo que resulta ideal para personas con ciertas alergias.

Sus puntos débiles: sirve para dormir un rato corto, ya que al no tener sujeción en el cuello es posible que se incline hacia delante con facilidad.

Ajustable: Tallgo

Para quién es: para los que busquen una almohada que se adapte al cuello.

Por qué lo recomendamos: fabricada con espuma viscoelástica, este modelo se adapta a los distintos tamaños de cuello a través de tres pequeños corchetes ajustables. En mi caso tuve que adaptarlo al último corchete para que me quedara ajustado, pero sin presionar. De color negro, cuenta con una bolsa de transporte para guardarla en la maleta o en la mochila, pero también es posible engancharla a la parte exterior de la mochila mediante un cordón grueso y resistente preparado para ello. También hay que destacar que después de sacarla de la bolsa vuelve a su forma normal en segundos. Durante las pruebas, la utilicé en un viaje en coche de unas cinco horas y, en un primer momento, me pareció un poco dura y que no se adaptaba del todo al reposacabezas del coche, pero hay que tener un poco de paciencia: al cabo del tiempo, me sentí muy cómoda y pude dormir un rato largo sin que el cuello sufriera o la cabeza se fuera para los lados. La funda, que se puede lavar a máquina, tiene una textura de terciopelo que resulta muy agradable.

Sus puntos débiles: al principio hay que acostumbrarse porque es un poco dura.

Transpirable: Pikolin Home

Para quién es: para los que quieren una almohada económica y para viajes cortos.

Por qué lo recomendamos: este modelo se coloca alrededor del cuello, pero sin llegar a rodearlo por completo. Compuesta de espuma viscoelástica, ofrece un efecto memoria (al apoyar la cabeza la forma se queda ‘grabada’) confortable, ya que no es muy dura ni muy blanda. No obstante, y aunque es bastante ergonómica, en mi opinión sujeta de forma demasiado firme, llegando a ser incómoda si se utiliza durante mucho tiempo, por lo que lo ideal es utilizarla en viajes cortos.

Teniendo en cuenta que tenía ciertos dolores cervicales y de cuello, había momentos en el viaje en avión donde la probé que prefería estar sin ella si quería dormir un rato, ya que me resultaba un poco incómoda debido a que me dejaba el cuello demasiado firme y sin capacidad de movimiento. Asimismo, es hipoalergénica y transpirable, por lo que se puede utilizar en cualquier época del año porque no da calor mientras se está utilizando. Incluso no coge ningún tipo de olor, aunque se sude. En cuanto a su tamaño, la almohada cervical de viaje Pikolin Home es pequeña (28 x 28 x 8 centímetros), así que se puede guardar en cualquier sitio. Viene con una funda con cremallera que se puede meter en la lavadora. En mi caso era de color blanco y no se ensució apenas durante los días de viaje, por lo que me pareció muy resistente para este tipo de uso.

Otras almohadas cervicales de viaje interesantes

Si estás buscando una con complementos: SOMLAW. Esta almohada incluye antifaz, tapones para los oídos e, incluso, un bolsillo para guardar el móvil.

Si estás buscando una con funda de aloe vera: Aitsse. La funda está compuesta de aloe vera y es transpirable.

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*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 7 de noviembre de 2024.

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