Los siete lugares patrimonio de la humanidad de Bulgaria que hay que visitar una vez en la vida

Con muchos vestigios que han sobrevivido al paso del tiempo, Bulgaria es un país único que hay que visitar, por lo menos, una vez en la vida. Recorremos su principal patrimonio en siete paradas imprescindibles

Nesebar, la perla del mar Negro.Alpineguide / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Bulgaria es un destino único en Europa por muchas razones, una de las principales es que existen pocos países en el continente que no estén masificados. Este destino, sin duda, es ideal para un viajero curioso, que busca ver cosas distintas, con tranquilidad y, por supuesto, que ama la historia. El país de los Balcanes tiene un paisaje envidiable, con cantidad de contrastes: desde las playas brillantes del mar Negro a las montañas Rila o, el pico más alto del país, el Musala, además de un clima templado que permite hacer una visita en cualquier momento del año, aunque, sin duda, la primavera es la estación ideal.

En una visita al país no hay que perder de vista el Danubio, sus pueblos tradicionales, sus ciudades de grandeza inesperada y los tesoros arqueológicos en los que nos centraremos en este artículo. Desde la década de los años setenta, Bulgaria ha ido incluyendo su patrimonio en la lista mundial de la Unesco, hasta llegar a engrosarla con un total de 10 lugares, tres de los cuales son naturales y el resto culturales.

Si quieres descubrirlos en persona, te animamos a que te unas al grupo de viajeros que recorrerá el país con EL PAÍS VIAJES y con Carlos Pascual, periodista, escritor y viajero inagotable, que ha recibido numerosos reconocimientos por su trabajo, el próximo 11 de abril de 2025. Durante 10 días descubrirán los sitios de Bulgaria reconocidos como patrimonio cultural de la Unesco. Desde las enigmáticas tumbas tracias y ruinas romanas hasta las majestuosas iglesias y monasterios bizantinos como Rila y Troyan. También se asombrarán con ciudades medievales y fortificadas como Plovdiv y Veliko Tarnovo, la antigua capital. Y en Sofía, la actual capital, encontrarán un reflejo de la historia y el carácter de la nación, además de su afán de modernidad y superación dentro de la Unión Europea. Descubre cómo puedes unirte en este enlace.

La tumba de Kazanlak, en Bulgaria.Angelo D'Amico / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

La tumba de Kazanlak

Kazanlak es más conocida como la ciudad de las rosas por estar enclavada precisamente en el valle de las Rosas, el paraíso de la rosa damascena o rosa búlgara, ubicado en la cordillera Sredna Gora, entre los ríos Stryama y el Tundzha. De sus extensos campos de rosas se obtiene hasta el 70% del aceite de rosa que se produce en todo el mundo.

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Pero esta ciudad, con fragancia propia, es un destino cuya historia se remonta al reino de Tracia. Su monumento más importante es la tumba Tracia, patrimonio mundial de la Unesco desde 1979. El impresionante mausoleo del siglo III antes de Cristo pertenece a cuando la región era el epicentro de la civilización tracia. Su tumba es un perfecto ejemplo del arte y arquitectura funeraria de esta cultura.

Esta ubicación puede servir perfectamente para descubrir la ciudad de Plovdiv, la más importante y grande después de la capital, Sofía. Se trata de una de las ciudades más bellas de Bulgaria y de las más antiguas de Europa, marcada por tracios, romanos, bizantinos, búlgaros, otomanos y otras civilizaciones, con una rica historia y cultura. En ella, conviene visitar el estadio romano, el teatro y el odeón, todos de la época romana y muy bien conservados. En el casco antiguo, con sus calles estrechas y casas tradicionales, podrás admirar la arquitectura del Renacimiento búlgaro. También es muy recomendable una visita al barrio de Kapana, conocido por sus galerías de arte y cafés, hoy un centro cultural de la ciudad que ofrece una variedad de eventos y festivales.

La iglesia del Cristo Pantocrátor es una de las mejor conservadas de Bulgaria.robertharding / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Nesebar

La perla del mar Negro, como se la conoce popularmente, es toda una joya, además de una de las poblaciones más antiguas del país. Nesebar es patrimonio mundial de la Unesco desde 1983 por su gran concentración de iglesias medievales —se han testimoniado 40 a lo largo de su historia— y un bonito conjunto de calles con casas de madera típicas del Renacimiento búlgaro y una gran cantidad de museos si tenemos en cuenta sus dimensiones. Su historia se remonta al siglo VI antes de Cristo, cuando fue asentamiento tracio, más tarde pasaría a manos griegas siendo Mesembria, su antiguo nombre.

Tanto búlgaros como bizantinos impulsaron la construcción de sus iglesias, muchas de ellas durante el reinado del zar Iván Alexander (1331-1371), que constituyó Nesebar como centro espiritual y religioso de su imperio. Con la caída de Constantinopla, el patrimonio se conservó llegando a nuestros días. Se pueden visitar el museo arqueológico, el museo etnográfico y las iglesias de San Esteban, Cristo Pantocrátor —una de las mejor conservadas—, Saint Paraskeva y San Juan Bautista.

El Jinete de Madara.robertharding / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

El ‘Jinete de Madara’

Los amantes de la historia y la arqueología no pueden perderse el Jinete de Madara, patrimonio mundial de la Unesco desde 1979. Este impresionante relieve de valor universal representa la figura de un caballero triunfante sobre un león. Quizá lo más impresionante es que esté tallado en un acantilado a 100 metros de altura y cuyas inscripciones junto a la escultura cuentan acontecimientos que ocurrieron entre los años 705 y 801. Se puede encontrar cerca del pueblo de Madara, al noreste de Bulgaria. Este lugar fue el principal lugar sagrado del primer imperio búlgaro antes de la conversión de Bulgaria al cristianismo en el siglo IX.

La iglesia de Boyana.Maurice Savage / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

La iglesia de Boyana

La iglesia de Boyana es otro de los tesoros de Bulgaria, reconocida por la Unesco en 1979. Siempre que se visite la ciudad de Sofía, conviene desplazarse unos kilómetros desde el centro para conocerla. De esta iglesia ortodoxa, destacan, entre muchas cosas, sus frescos, considerados un ejemplo de arte medieval de la Europa oriental. Recibió el nombre por el barrio donde se encuentra, al pie del monte Vitosha. Su origen podría remontarse al siglo XI, aunque algunos lo atribuyen al siglo X; sea cual sea, sus frescos empezaron a cubrirse a partir de 1279.

El monasterio de Rila es el más visitado de Bulgaria.Piotr Gaborek / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

El monasterio de Rila

El monasterio de Rila es el más visitado del país y es, como dicen, “el tesoro de Bulgaria”. No es de extrañar ya que es el mayor monasterio ortodoxo del país y de los Balcanes. Reconocido por la Unesco en 1983, se halla en lo alto de las montañas de Rila y se encuentra rodeado de un paisaje impresionante. Fue fundado en el siglo X, y es una obra maestra de la arquitectura y el arte búlgaros, así como uno de los centros más importantes de la religión ortodoxa en Bulgaria. No te puedes ir sin contemplar sus magníficos frescos e iconos que narran la historia de la Iglesia y cultura búlgaras. También hay que visitar la cueva donde san Iván de Rila pasó siete años en ayuno y oraciones.

Las iglesias de Ivánovo.Viktor Karasev / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Las iglesias rupestres de Ivánovo

En el valle del río Rusenski Lom, al noreste de Bulgaria, se localizan las iglesias rupestres de Ivánovo, patrimonio de la humanidad desde 1979. Este complejo de iglesias, capillas, monasterios y celdas tiene como peculiaridad que está excavado en la roca en las inmediaciones del pueblo de Ivánovo. Se calcula que fueron excavados en el siglo XII. Los murales del siglo XIV dan testimonio de la excepcional habilidad de los artistas pertenecientes a la escuela de pintura de Tarnovo.

Ruse es la ciudad búlgara sobre el majestuoso río Danubio que nos sirve de puerta de entrada para llegar hasta Ivánovo. También es conocida como la “pequeña Venecia” porque tiene una impresionante arquitectura neoclásica y barroca. Paseando por sus calles se puede admirar la elegancia europea que emana de sus edificios, plazas y avenidas.

La tumba de Sveshtari.Nicola Kota / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

La tumba de Sveshtari

En 1985, la Unesco declaró la tumba de Sveshtari como patrimonio de la humanidad. Y lo hizo muy poco después de su descubrimiento en el pueblo de Sveshtari, en 1982. Esta tumba tracia del siglo III antes de Cristo refleja los principios estructurales fundamentales de los edificios de culto tracios. La tumba tiene una decoración arquitectónica única, con cariátides policromadas mitad humanas y mitad vegetales, y murales pintados. Las 10 figuras femeninas talladas en alto relieve en las paredes de la cámara central y la decoración del luneto de su bóveda son los únicos ejemplos de este tipo encontrados hasta ahora en tierras tracias.

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