13 lugares impresionantes para ver Austria desde las alturas
Plataformas que se asoman al abismo, balcones de cristal para caminar sobre el vacío con vistas a los Alpes, altísimas torres que sobresalen de ciudades de cuento y otras fotogénicas pistas
Pyramidenkogel Tower, una de las torres de madera más altas del mundo. Esta torre histórica, en realidad, es bastante moderna. Está en la región de Carintia y es una impresionante estructura de madera de 100 metros de altura. En su plataforma superior, la gente se queda fascinada ante una de las mejores vistas sobre el Wörthersee, un lago de aguas turquesas rodeado de colinas. Tiene tres plataformas de observación, dos de ellas abiertas a los elementos, y la más baja, llamada Sky Box, acristalada. Los más animosos suben los 400 escalones, pero también se puede tomar el ascensor panorámico acristalado y volver a tierra por el tobogán cubierto más alto de Europa
Una vez abajo, es obligado darse una vuelta por el lago Wörthersee, que se extiende entre Velden y Klagenfurt, y se recorre fácilmente en bicicleta, en un circuito de 50 kilómetros. La ribera meridional es la más pintoresca, pero la del norte tiene mejor acceso y está más concurrida. El tour sobre dos ruedas nos hará parar en sitios como el elegante centro de vacaciones de Pörtschach, el centro de vida nocturna de Velden y el pueblecito de Maria Wörth.RUSM (GETTY IMAGES)Dachstein Skywalk, la terraza de los Alpes. Nos vamos un poco más al norte para asomarnos a uno de los miradores más espectaculares de los Alpes y de toda Europa. Está en la zona de Salzkammergut, suspendido a 2.700 metros sobre el nivel del mar, y con vistas de 360 grados sobre glaciares, picos alpinos y valles verdes. Lo realmente único es su plataforma de cristal, que se proyecta fuera de la montaña. No es apta para quienes tienen vértigo, pero los que se atrevan pueden caminar por ella y asomarse al vacío. En días despejados, desde Dachstein Skywalk se puede ver hasta la República Checa y Eslovenia. Se llega en teleférico desde Ramsau am Dachstein y el trayecto ya es en sí mismo una experiencia aérea. Lo mejor es ir muy temprano por la mañana, cuando la luz es suave y el cielo suele estar despejado.
Y no es la única experiencia en la zona: en los alrededores de Schladming, una plácida estación de esquí de donde parten los telecabinas, se extiende una red de más de 900 kilómetros de caminos para bicicletas, divididos en 20 rutas. En esta zona, además, es también posible esquiar en verano.
Dominic Jones (Alamy / CORDON PRESS)5 Fingers, el balcón de Hallstatt. También se asoma al vacío desde lo alto de una cima de los Alpes uno de los miradores más fotografiados del país, tampoco apto para gente con vértigo. Es el 5 Fingers, a pocos kilómetros de uno de los pueblos más fotografiados del mundo, Hallstatt. Son cinco pasarelas que se extienden como dedos sobre un precipicio de 400 metros. Cada una ofrece una perspectiva distinta: una tiene un suelo de cristal, otra un marco fotográfico, otra un telescopio… y todas garantizan imágenes espectaculares del lago Hallstätter See y de los Alpes. En los días despejados, las vistas del lago y las montañas son fabulosas.
Hasta allí se llega en el teleférico que sube al Krippenstein (que ya es una maravilla por sí solo; 15 minutos desde la estación del valle) y luego se camina unos 20 minutos hasta el mirador.
Guillermo Avello (Alamy / CORDON PRESS)
El mirador Gipfelwelt 3000, panorámicas sobre el glaciar. También resulta vertiginosa la panorámica que se obtiene desde el Gipfelwelt 3000, que se asoma sobre el glaciar. Esta zona en el corazón de los Alpes de Salzburgo es una de las mecas para los amantes de la montaña de todo el mundo, que aquí pueden esquiar incluso en verano. Su plataforma Top of Salzburg está a más de 3.000 metros de altura y es como si contemplásemos desde el aire las cumbres, nevadas todo el año. Tiene dos miradores a 3.029 metros con magníficas vistas alpinas del parque nacional de Hohe Tauern, uno de los más grandes de Europa, y del monte Grossglockner.
Hasta allí se llega en teleférico desde Kaprun hasta la estación superior, con varias paradas intermedias que permiten disfrutar de diferentes niveles de altura.
El parque nacional de Hohe Tauern es la joya de los Alpes austriacos, que se extiende por el Tirol, Carintia, y el Estado de Salzburgo, a la sombra de la mole del Grossglockner (3.789 metros), el pico más alto del país. Todo el parque está trazado con rutas que pueden hacerse con guías especializados de alta montaña, como la espectacular Ruta del glaciar Innergschlöss: medio día caminando un bello valle alpino con lagos glaciares. Pero hay senderos de todos los niveles de dificultad, desde paseos suaves hasta expediciones extremas a cumbres inaccesibles.
Peter Kovac (Alamy / CORDON PRESS)El hotel Schafbergspitze, la cima del Schafberg y el tren de ‘Sonrisas y lágrimas’. Hay pocos lugares tan mágicos en Austria como la cima del Schafberg, una emblemática montaña del Salzkammergut. Desde un mirador en forma de cabañita de madera en lo alto, a la que parece imposible llegar, se tiene una de las vistas más bellas del país: siete lagos rodeados de montañas verdes y picos nevados. La subida puede hacerse a pie o en un pintoresco tren de cremallera —Schafbergbahn—, que data de 1893 y es todo un icono local (aparecía en Sonrisas y lágrimas). Al llegar a la cima, se encuentra el histórico Schafbergspitze, el hotel y restaurante de montaña más antiguo de Austria, y un mirador que parece flotar sobre el paisaje. Desde allí, las vistas de las montañas, el Mondsee, el Attersee y el Wolfgangsee son fabulosas. Si queremos alojarnos aquí, las plazas son muy limitadas, así que hay que reservar con mucha antelación.
El tren para llegar hasta la cima funciona en verano: se toma en St. Wolfgang y sube atravesando frondosos campos y bosques. Antes de subir, lo suyo es dar un paseo alrededor del lago o por St. Wolfgang.
Roman Kybus (Alamy / CORDON PRESS)La torre de la catedral de San Esteban, una vista imperial de Viena. En las ciudades austriacas también hay miradores excepcionales a los que merece la pena subir para contemplar a vuelo de pájaro el conjunto urbano. En la capital del país, el principal observatorio desde lo alto está en pleno centro, en la catedral gótica de San Esteban, concretamente en la torre sur, que funciona como mirador y que durante siglos fue el edificio más alto de Austria. Son 340 escalones por una escalera de caracol que lleva hasta una plataforma desde la que se contempla toda la ciudad, el Ring, los palacios imperiales y, a lo lejos, el Danubio.
Lo mejor es que está en pleno centro y se puede subir todo el día, aunque a última hora tiene el plus de ver cómo la luz dorada realza los tejados de la ciudad, incluido el de la catedral, uno de los más icónicos. Alexander Spatari (GETTY IMAGES)
Donauturm, la torre del Danubio. La catedral no es el único mirador de Viena. En las afueras hay otro más alto y más moderno, la Donauturm o Torre del Danubio, una torre de telecomunicaciones de 252 metros de altura. Su plataforma de observación a 150 metros ofrece una de las vistas más amplias de la capital y sus alrededores. Desde aquí se contempla el skyline más moderno de la ciudad, el Danubio, el Donaupark e incluso se puede llegar a ver a lo lejos los bosques de Viena. En lo alto, un restaurante giratorio permite cenar contemplando el paisaje.
Hasta la torre se puede llegar fácilmente en metro (línea U1. Alte Donau).KM Photography / GETTY IMAGESEl trampolín de salto de Bergisel, una vista olímpica de Innsbruck. Otra de las grandes ciudades austriacas, Innsbruck, tiene también su mirador emblemático. En este caso es la torre del trampolín de salto de Bergisel, de moderno diseño y vistas impresionantes, donde se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno de 1964 y 1976. Sorprende su diseño: un trampolín construido con cristal y acero que se levanta sobre Innsbruck como una escalera celestial. Diseñada por la arquitecta Zaha Hadid, desde su terraza panorámica se observa toda la ciudad enmarcada por los Alpes, generalmente nevados. Las impresionantes vistas abarcan los montes Nordkette, el Inntal e Innsbruck.
Está en las afueras de la ciudad, pero se puede llegar en autobús urbano o caminando unos 20 minutos desde el centro. Y una vez allí, hasta el mirador, de 50 metros de altura, se pueden subir sus 435 escalones o hacer un trayecto de dos minutos en funicular.Avatarmin (GETTY IMAGES)Nordkette, la joya alpina sobre Innsbruck. Otra panorámica sobre Innsbruck se obtiene en Nordkette, con unas vistas insuperables. Con un moderno funicular y varios teleféricos, en menos de 30 minutos se pasa de estar en el centro de la ciudad a la cima de la montaña. Desde la plataforma de Hafelekarspitze, a 2.334 metros, se tiene una vista aérea única: de un lado, Innsbruck y del otro, el inmenso parque natural de Karwendel.
Se llega en el funicular Hungerburgbahn y varios teleféricos: el Seegrube y el Hafelekar.Horizon Images / Alamy / CORDON PRESSEl mirador Pöstlingberg para ver Linz desde lo alto. Más vistas panorámicas urbanas: en Linz, el Pöstlingberg es un mirador natural que domina el casco urbano y el río Danubio. Se llega hasta la cima en una suave caminata o en un histórico tranvía de montaña, el Pöstlingbergbahn, uno de los más antiguos de Europa. Es un tren de vía estrecha ―que funciona solo con electricidad, en lugar de cables y poleas, en base a la adherencia entre rueda y carriles―, el más empinado de Austria. Una vez en la cima, además de unas vistas panorámicas estupendas, encontraremos una basílica, un restaurante panorámico y senderos ideales para pasear y disfrutar del paisaje.Robert Zehetmayer (Alamy / CORDON PRESSGrossglockner Hochalpenstrasse, la carretera panorámica más famosa de Austria. No es un mirador pero la Grossglockner Hochalpenstrasse permite algunas de las vistas panorámicas más increíbles de Austria. Se trata de una sinuosa carretera de alta montaña que es un recorrido escénico de principio a fin. Conecta Salzburgo y Carintia atravesando el parque nacional Hohe Tauern y bordea el Grossglockner, el pico más alto de Austria (3.798 metros). A lo largo del camino hay muchos miradores, el más famoso es el Kaiser-Franz-Josefs-Höhe, desde donde se contempla directamente el glaciar Pasterze y la cima del Grossglockner.
La carretera es un trazado alpino de una enorme belleza, siempre y cuando el tiempo acompañe para disfrutar de las vistas de los picos coronados por glaciares, las cascadas y los lagos por los que se pasa a medida que se superan sus cerradísimas curvas. Este prodigio de la ingeniería de la década de 1930 facilita una inmersión completa en las cumbres más altas del país.
Antes de acometer la subida por la carretera, es obligado parar en Zell am See y su lago azul (Zeller Sea), un diminuto centro salpicado de chalés de cumbres nevadas del Hohe Tauern como fondo. Entre sus atractivos está bañarse en el lago, pasear en bicicleta por su arbolada ribera, practicar senderismo y esquiar en las montañas y, por supuesto, conducir por la carretera del Grossglockner. Estas actividades atraen cada año a más de un millón de visitantes en busca del sueño austriaco.
Cavan Images / GETTY IMAGESHohenwerfen Castle, un mirador histórico y fortificado. Otro tipo de mirador panorámico son los castillos, y en Austria muchos ocupan lugares espectaculares, en lo alto de montañas o rodeados por ellas. Un ejemplo es Hohenwerfen, un castillo medieval en forma de fortaleza defensiva que es una joya arquitectónica y un maravilloso punto de observación. Rodeado por las cimas de los Alpes, domina todo el valle del Salzach desde sus murallas desde hace 900 años, aunque su aspecto actual es del siglo XVI. Esta fortaleza es visible desde lejos, pues se alza en un acantilado cubierto por bosques bajo las majestuosas cumbres de la cordillera del Tennengebirge. Lo mejor son las vistas sobre Werfen desde el campanario.
Tiene un museo y ofrece espectáculos de cetrería. Está a unos 40 minutos en tren o coche desde la ciudad de Salzburgo, que culminan en un funicular desde Werfen para ascender a la cima en apenas unos minutos.
Geza Kurka (Alamy / CORDON PRESS)Pfänder, el balcón sobre el lago de Constanza. En Bregenz, en el oeste de Austria, se alza el monte Pfänder, una montaña de 1.064 metros sobre el lago de Constanza. La vista es espectacular: el lago, compartido con Alemania y Suiza, la ciudad de Bregenz abajo y las montañas como telón de fondo. Se llega en un teleférico desde el centro urbano, y si vamos en verano coincidiremos con los conciertos y actividades que se organizan en la cima. picture hunters / Alamy / CORDON PRESS
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