Palacio Guevara, Philippe Starck envuelto en piedra y cortinajes

Un hotel rural de buen descanso y guiños contemporáneos en una señorial casona cántabra

Exterior del hotel Palacio Guevara, en Treceño (Cantabria).

El emperador sí tuvo quien le escribiera. Fray Antonio de Guevara, para más señas, nacido en la localidad cántabra de Treceño, predicador real, literato, obispo de Guadix y Mondoñedo, y consejero personal de Carlos I. Su casona solariega, donde pernoctó repetidas veces el mandatario imperial, ha sido acondicionada como el hotel rural Palacio Guevara con las mismas hechuras que recibió la torre medieval tras el restauro acometido en el siglo XVIII. Sillares, mampuesto, madera y cubierta de teja esmerilada por el tiempo. Los mismos ar...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Puntuación: 5,5
Arquitectura8
Decoración3
Mantenimiento6
Confortabilidad5
Aseos4
Ambiente6
Desayuno6
Atención6
Tranquilidad6
Instalaciones6

El emperador sí tuvo quien le escribiera. Fray Antonio de Guevara, para más señas, nacido en la localidad cántabra de Treceño, predicador real, literato, obispo de Guadix y Mondoñedo, y consejero personal de Carlos I. Su casona solariega, donde pernoctó repetidas veces el mandatario imperial, ha sido acondicionada como el hotel rural Palacio Guevara con las mismas hechuras que recibió la torre medieval tras el restauro acometido en el siglo XVIII. Sillares, mampuesto, madera y cubierta de teja esmerilada por el tiempo. Los mismos arcos, la misma entrada porticada, las barandas corridas de la fachada y, sobre la pieza central, el escudo de armas de los Sánchez de Movellán, en claras veleidades barrocas.

Ahora que vuelven las bodas, banquetes y bautizos, este palacio hotelero se ha convertido en una opción preferente para quienes buscan un decorado próximo a Santander con marbete aristocrático, jardín de mucha prosapia en el tránsito hacia la recepción y una carpa minimalista que se niega a sí misma para conceder todo el protagonismo a los concelebrantes.

Puede parecer un sinsentido en medio de tanto rancio abolengo, pero algunos muebles contemporáneos llevan la firma de Philippe Starck, Norman Foster y Ricardo Bofill. Tal vez porque la gravidez pétrea de estos espacios acaba significando el pesar de su conservación, no siempre apta para todos los bolsillos. Se dejan ver estos descuidos en el porche de acceso, sorprendentemente transformado en un salón de estar con televisión.

Una de las habitacione del hotel Palacio Guevara.

También en las habitaciones, de natural oscuras, encerradas tras largos cortinajes que acrecientan esa atmósfera patriarcal, apenas aliviada por modernos interruptores de plástico. Hay mucho mobiliario viejo y adorno superfluo, nada práctico, como las vasijas de barro que embellecen una hornacina urdida en el muro de piedra. Ni una esquina libre donde sentarse a teletrabajar. Solo un armario con perchas desvencijadas. En su conformación por ser ducha y bañera a la vez, se acaba dejando el suelo del cuarto de baño perdido de agua. Pero se duerme bien, de eso no hay duda, en cualquiera de ellas (El Obispo, Labarces, Ruiloba, San Vicente, Celis, Comillas, Oyambre, La Apuesta…).

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Quien no pernocta por unos esponsales lo hace para darse una comilona, que en esto sí hay buen ambiente en el restaurante. La cena, más que el desayuno, expresa la variedad y convicción sápida de la gastronomía cántabra.

Palacio Guevara

  • Dirección: La Plaza, 22. Treceño (Cantabria)
  • Teléfono: 942 70 33 30
  • Web: palacioguevara.com
  • Instalaciones: jardín, carpa para bodas y eventos, tres salas de reuniones con capacidad para 300 personas, salón de estar, bar, restaurante
  • Habitaciones: 15 dobles, 1 suite
  • Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos
  • Precios: desde 82,50 euros la habitación doble, IVA incluido; desayuno, 5,50 euros, IVA incluido.

Archivado En