Chapuzones en Turquía

La actriz y cómica Paula Galimberti recuerda sus tardes de 'hamam' en Estambul y cómo le fascinó Pamukkale

La actriz y cómica Paula Galimberti.

Con la obra Jamming Show, participativa y repleta de humor, Paula Galimberti y su compañía teatral estarán hasta enero de 2021 en el teatro Maravillas de Madrid. Con el espectáculo han recorrido más de 20 ciudades de Europa, pero la actriz aquí nos cuenta un viaje inolvidable que hizo a Turquía.

Creo que Estambul tiene muchas cuestas...

Así es. Por eso, tras p...

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Con la obra Jamming Show, participativa y repleta de humor, Paula Galimberti y su compañía teatral estarán hasta enero de 2021 en el teatro Maravillas de Madrid. Con el espectáculo han recorrido más de 20 ciudades de Europa, pero la actriz aquí nos cuenta un viaje inolvidable que hizo a Turquía.

Creo que Estambul tiene muchas cuestas...

Así es. Por eso, tras patear la ciudad como locos cada día, acabábamos inevitablemente en el hamam. Era interesante ver lo distinto que es el baño turco de hombres y el de mujeres. A nosotras, unas mujeres con unos cubos y esponjas nos frotaban el cuerpo sin miramientos. A los hombres solo les daban un masajito descontracturante.

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Y después, ¿qué hacían?

Tomarnos un té y fumarnos las consabidas cachimbas de tabaco con sabores en un antiguo cementerio reacondicionado como tetería. También nos metimos en otra donde había banditas tocando música tradicional con darbukas. Nos encantó.

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¿Algún otro recuerdo emocionante de Estambul?

Los atardeceres. Más de una vez tomamos un barco para recorrer el Bósforo, y en una ocasión vimos una puesta de sol increíble tras una mezquita.

Sigamos el viaje. ¿Qué otras zonas visitaron?

Pues lo más alucinante que yo he visto después del Gran Cañón del Colorado: un paraje llamado Pamukkale, que en turco significa “castillo de algodón”. Está al sur de Turquía y es patrimonio mundial. Son piscinas naturales, todas de roca blanca. Parece que estás en el Polo Norte pero con un calor terrible. Está en medio de la nada.

¿Y si allí mismo le entraba hambre?

Se podía comer en un sitio con mesitas junto a una de las piscinas naturales en las que, mientras te bañabas, veías debajo de ti las columnas sumergidas de las ruinas de Hierápolis. Me acuerdo de que una zona de la piscina estaba cerrada con un cristal, porque del otro lado manaba un agua muy caliente con propiedades curativas que mucha gente iba a beber por tradición.

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