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Ruta por la Serranía de Cuenca: aventura ‘salvaje’ entre rocas y curvas

Los alrededores de la Ciudad Encantada y el Ventano del Diablo pone a prueba el espíritu aventurero y 'ECO' del Ford Puma, un aliado para el turismo activo por terrenos abruptos con largos paisajes

El Ford Puma en la Ciudad Encantada.
El Ford Puma en la Ciudad Encantada.

El arte abstracto, tan presente en la ciudad de Cuenca tiene una correspondencia natural en la Ciudad Encantada, un paraje de 250 hectáreas en el que se turnan los pinos con las rocas calcáreas y calizas erosionadas durante milenios. El tiempo ha convertido a estas formaciones kársticas en esculturas involuntarias de curvas y rectas caprichosas y pintorescas que evocan las formas de Rubio Camín, Eduardo Chillida o César Manrique.

El Ford Puma se acerca hasta este lugar adentrándose desde Cuenca en las 73.000 hectáreas del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, bordeando barrancos con paredes verticales y grandes masas de pinares a lo largo de la carretera CM-2104, una de las más fotogénicas de España. Es en este terreno donde el Puma exhibe toda su potencia y sus posibilidades de crossover/SUV, con su atrevido estilo de todoterreno urbano.

Ruta por la Serranía de Cuenca: aventura ‘salvaje’ entre rocas y curvas

Sus formas se alían con la naturaleza gracias su sistema Mild Hybrid, que mejora la eficiencia del combustible con tecnologías como EcoBoost Hybrid, que optimiza el motor de gasolina y permite el almacenamiento de la energía que se suele perder en las frenadas y deceleraciones, además de proporcionar un extra par durante la conducción normal y la aceleración y dotar de energía a los dispositivos eléctricos del vehículo.

De camino a la Ciudad Encantada la primera parada es en el Ventano del Diablo, a diez kilómetros de nuestro destino, como indica la pantalla táctil del navegador del Puma. Asomado a los cortados del Júcar, el Ventano es un prodigioso mirador de roca natural que parece diseñado por Gaudí. Se alza doscientos metros por encima de un estrecho valle ribereño, con riscos y bosques en los que viven jabalíes, corzos, ciervos y zorros, siempre sobrevolados por buitres leonados y águilas reales.

Ruta por la Serranía de Cuenca: aventura ‘salvaje’ entre rocas y curvas

Tras esta oxigenante vista, seguimos ascendiendo hasta la Ciudad Encantada, sin perdernos nada gracias al techo panorámico del Ford Puma, que facilita al pasajero asomarse a la vez a las cumbres y las copas de los árboles, y al paisaje a pie de carretera de bosques eurosiberianos de tilos, acebos y tejos, los más meridionales de Europa.

Llegamos enseguida a nuestro destino y aparcamos frente a la entrada para unirnos a un recorrido circular de tres kilómetros a pie en el que durante una hora y media recorremos esas escultóricas formaciones de roca que inspiraron a poetas como García Lorca, que en sus Sonetos del amor oscuro pregunta “¿Te gustó la ciudad que gota a gota / labró el agua en el centro de los pinos?”. Sus siluetas, comenzadas a cincelar hace 90 millones de años, fueron asimiladas a formas reconocibles por los vecinos, que las bautizaron con nombres humanos como el torno -una imposible y estilizada roca que parece tener la base arriba-, el perro, el puente romano, el teatro o la lucha del elefante y el cocodrilo.

Entorno repleto de actividades

Al salir de este entorno decidimos continuar hacia la CM-2105, que se adentra aún más en el parque y nos lleva sucesivamente por el parque del Hosquillo, con osos y lobos en semilibertad; la Laguna de Uña, escoltada de hayedos y hogar de truchas y ánades; los nacimientos de los ríos Tajo y Júcar; los pedregosos Callejones de Las Majadas… Las actividades en este entorno también se multiplican: el barranquismo, el senderismo o la pesca son algunas de ellas.

Es el momento en que entra en acción el amplio espacio interior del Ford Puma, el maletero MegaBox, con sus 456 litros de espacio, único en su segmento, y con soluciones de almacenaje planeadas para un viaje como éste. El Puma puede acoger una caja de 112 centímetros de longitud, 97 de anchura y 43 de altura, una capacidad que aumenta considerablemente con los asientos plegados. Además, su compartimento impermeable con tapón de drenaje, que se limpia fácilmente con agua, proporciona un espacio donde guardar todo ese equipo deportivo o de pesca sin preocuparse de ensuciar el resto del equipaje.

Esta escapada que te saca del mundo durante unas horas se disfruta más, por paradójico que resulte, sin desconectar del todo. La asistencia tecnológica que propone Ford Puma por medio del FordPass Connect transforma el automóvil en un punto de acceso WiFi para hasta diez dispositivos electrónicos.

Este sistema cuenta, además, con una amplia gama de funciones de control remoto, como la localización del vehículo, su bloqueo y desbloqueo o la comprobación de los niveles de combustible y aceite para que el conductor pueda centrarse en lo verdaderamente importante: el sobrecogedor vuelo de un buitre negro o el sendero que lleva a una exposición de esculturas al aire libre que solo el hielo, la lluvia y el viento han sido capaces de crear..

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