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15 pueblos encantadores en Rumania

Casas e iglesias de madera en Breb, tradición pastoril en Rasinari y el ambiente pesquero de Jurilovca. Una ruta para descubrir el rico entorno natural del país

En la región de Transilvania, al norte de Sibiu, se encuentra la localidad termal de Bazna, una aldea creada por sajones en el siglo XIII que sigue manteniendo lazos con el mundo de sus fundadores aunque su población haya ido perdiendo influencia germánica. El viajero puede visitar sus centros termales, conocer su iglesia protestante del XIV, con campanas góticas, y después pararse en su imponente iglesia fortificada (en la foto), de estilo gótico, con elementos románicos y murallas que datan de los siglos XV y XVI, y que originalmente se elevaban hasta los ocho metros (actualmente están rebajadas). El parque de Bazna exhibe un obelisco conmemorativo que honra a los rumanos caídos en la Segunda Guerra Mundial.Douglas Pearson (Getty)
La cueva y el monasterio de Polovragi (en la foto) son los principales atractivos turísticos de esta villa situada en el distrito de Gorj que debe su nombre a la Polovraga, una planta de los Cárpatos utilizada por los antiguos dacios en sus medicinas. La cueva se sitúa en el lado izquierdo de las hermosas gargantas del río Oltet, que separan los montes Parang de los Cárpatos; se llama de Pahomie en honor al monje que vivió en ella en el siglo XVII e hizo algunos dibujos en sus paredes. El cercano monasterio, en el corazón del desfiladero y con entrada gratuita, comenzó a construirse a principios del siglo XVI, tiene un pórtico de madera tallada y frescos de estilo Brancovenesc, que es una síntesis de las arquitecturas renacentista y bizantina.Andrea Pistolesi (Getty)
La comuna de Carlibaba, situada en el distrito de Suceava, en el noreste de Moldavia, está formada por seis pueblos (en la foto, la iglesia ortodoxa de San Pedro y San Pablo en Carlibaba Noua). Menos de 2.000 vecinos habitando casas de aldea diseminadas, que salpican el verde de los prados con fachadas blancas y oscuros tejados a dos aguas. Comunidades tradicionales dedicadas a la agricultura y la ganadería. Una auténtica inmersión en la Rumania rural en un entorno natural que invita al turismo activo (senderismo, rutas a caballo...).J. P. Tournut (Getty)
La belleza natural, la riqueza de las tradicionales y la pureza de las aguas convirtieron Sirnea (en la imagen), en el distrito de Braşov, en un atractivo destino turístico. En 1968 abrió un museo rural y arrancó la primera pista de esquí con iluminación nocturna del país, que sigue funcionando. Desde 1975 celebra sus días olímpicos, el 22 y 23 de junio, protagonizados por niños de Braşov y alrededores, que compiten en pruebas de atletismo, en una de cultura general y en otra artística. Del 23 al 24 de junio vive la noche mágica de Sanziene, con fuegos y recogida de flores en las colinas circundantes. Mientras que el Fuego de Semedru, el 25 de octubre, saluda el otoño.Sebastian Ghita (Getty)
Rasinari, uno de los asentamientos más antiguos del distrito de Sibiu, en Transilvania, debe su nombre a la resina que los vecinos recogían de los árboles y hervían para vendérsela a los fabricantes de pintura. Esta comuna, recién conectada por un tranvía turístico al zoo de Dumbrava, mantiene su tradición pastoril, con rebaños trashumantes y caballos diseminados en prados y pastos de las montañas de alrededor. Calles estrechas, iglesias, casas tradicionales (en una creció el poeta y político Octavian Goga; en otra, el escritor y filósofo Emil Cioran) y costumbres que el viajero puede conocer en el museo de este pueblo que 2012 fue nombrado uno de los más bellos de Rumania.whitewizzard (Getty)
Botiza es un pueblo del distrito de Maramures, al norte de Rumania, muy conocido por sus alfombras de lana hechas a mano. Tiene su iglesia (en la foto) y las casas típicas de la región, con techos de teja y enormes puertas talladas con ornamentos: soles, lobos dientes y rollos de cuerda para la protección de la familia. Estas características viviendas albergan una comunidad campesina que corta los campos a mano, con guadañas, recolecta el heno con horcas de madera y utiliza los caballos y los carros como principal medio de transporte. Una postal que invita a experimentar un viaje en el tiempo.alamy
La madera es un material que define muy bien la personalidad de Breb, pueblo de la región histórica de Maramures, al norte del país, bien preservado en su valle dominado por la llamada Cresta del Gallo, parte de las montañas volcánicas de Gutai. De madera se alza su iglesia, ortodoxa; de madera son sus famosas puertas, hábilmente talladas y decoradas por los artesanos locales. Los ciclos de la naturaleza marcan el ritmo de la villa. Con la hierba y las flores silvestres que espesan los prados en primavera se hacen los característicos pajares de cara al invierno. Ya no existen los castores (breb, en rumano) que le dieron nombre, pero sí pollos, ovejas, lechones y vacas que nutren las economías domésticas.Dan Leffel (age fotostock)
Los vecinos de Ciocanesti (en la imagen, una casa del pueblo), en Bucovina, mantienen la tradición de decorar las fachadas de sus hogares con diseños tradicionales, como aprendieron de sus padres, y de los padres de sus padres. Son los mismos motivos antiquísimos que inspiran los trajes tradicionales y los huevos pintados, y que tienen su significado. Así, el diamante es un símbolo de sabiduría, y el cuadrado, de inteligencia; los círculos simbolizan el infinito y la eternidad, y la red o el tamiz, el discernimiento entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. Estas casas pintadas son lo primero que capta la atención del viajero, que verá que la decoración no solo embellece las viviendas particulares sino las tiendas, la oficina de correos o el Ayuntamiento.Walter Bibikow (age fotostock)
La iglesia fortificada de Biertan (en la foto), construida entre 1490 y 1516 siguiendo el estilo gótico tardío sajón imperante, con su doble línea de murallas, es uno de los siete templos fundados durante la Edad Media por los sajones transilvanos (comerciantes de origen alemán) y declaradas patrimonio mundial por la Unesco. Es uno de los lugares más populares de Transilvania, quizá por su especial significado y su característica arquitectura (forma un recinto protegido inconfundible que sigue el patrón de una granja familiar).Wilfried Bahnmüller (Getty)
En 2006, el príncipe de Gales compró una casa del siglo XVIII en Viscri, distrito de Brasov, uno de los pueblos sajones de Transilvania, para proteger sus tradiciones e impulsar un turismo sostenible. Las ocas pululan a sus anchas por él. Y su iglesia fortificada (en la imagen), construida originariamente alrededor del año 1100, se ha ido convirtiendo con el paso de los siglos en un templo imponente rodeado de murallas, con un altar del siglo XIX. Viscri ha conservado una ordenación territorial, una distribución de granjas familiares y un esquema de poblamiento sumamente peculiares desde finales de la Edad Media, y es una de las siete aldeas con iglesias fortificadas patrimonio mundial como "una vívida ilustración del paisaje cultural de la Transilvania meridional", según la Unesco.getty images
La única ciudad con estatus de 'oraș' (gobierno local en poblaciones menores) que figura en esta fotogalería. Targu Neamt es la tercera población por número de habitantes (algo más de 18.000) de la provincia de Neamt, en el oeste de la región histórica de Moldavia. Sus principales hitos patrimoniales son el castillo de Neamt, la principal fortificación al sur de Suceava durante la Edad Media, construido en el siglo XIV por orden de Pedro I Musat; la casa donde vivió la poeta Veronica Micle, y la aldea (hoy barrio) Humulesti, donde se crio el escritor y narrador rumano Ion Creanga. En los alrededores se alzan casi 20 monasterios ortodoxos (en la imagen, el monasterio Neamt), algunos de ellos, como Varatec, Agapia o Secu, de gran importancia.Ionut David (alamy)
Es el único pueblo rumano galardonado con el Premio Europa Nostra de la Comisión Europea para la Conservación del Patrimonio Cultural Material (concedido a Rimetea en 1999 tras la rehabilitación de 138 viviendas húngaras tradicionales). Se ubica en el distrito de Alba, en la frontera con el de Cluj, y está considerado uno de los más bellos de Transilvania. Es una antigua ciudad minera dominada por Piatra Secuiului, una colina de piedra caliza, sin árboles, que se observa muy bien desde la fortaleza de Coltesti. En 2000, Rimetea, de mayoría húngara, con sus características y cuidadas casas blancas de ventanas verdes, fue designada como área arquitectónica y urbana protegida por la Oficina Nacional de Monumentos Históricos.Jeremy Woodhouse (Getty)
Jurilovca es un encantador pueblo de pescadores en el delta del Danubio, fundado en el XIX por una comunidad rusa deportada por Pedro el Grande. Ofrece acceso directo al cabo Dolosman, un auténtico paseo marítimo rocoso, el único de la costa rumana del Mar Negro: tres kilómetros de longitud, casi 20 metros de altura máxima y refugio de especies esteparias. A sus pies espejea el Razim, el lago natural más grande del país. Al espectáculo natural se suma el histórico, con las ruinas de la fortaleza de Argamum, el yacimiento arqueológico más antiguo hallado en la actual Rumania, fechado en el siglo VI antes de Cristo.Maurice Savage (alamy)
Vidas sencillas, tranquilidad, bellos escenarios de montaña. Al norte de Rumania, cerca de la ciudad de Gura Humorului, en la región histórica de Bucovina, existe una villa fundada exclusivamente por polacos hace cientos de años. Hoy solo quedan unos 200, ya que empezaron a abandonar el país después de la Primera Guerra Mundial, y, sobre todo, a partir de 1947. Plesa es un buen lugar donde aprender, y mucho, sobre cultura, gastronomía y tradiciones polacas, empezando por el idioma, ya que se sigue escuchando polaco muy habitualmente, a menos que haya invitados rumanos.GABRIELA SAUCIUC LUPU (Getty)
El Cementerio Alegre de Sapanta, en el distrito de Maramures, pegado a la frontera con Ucrania, debe su nombre a lo colorido de sus tumbas, decoradas con pinturas naif y epitafios originales y humorísticos. Tanto que el camposanto se ha convertido en un museo al aire libre y en una atracción turística por obra y gracia del artista local Stan Ioan Patras, que empezó en 1935 a esculpir las lápidas con su peculiar estilo; a su muerte, en 1977, le sucedió en su trabajo Pop Dumitru. Cerca se alza el monasterio Sapanta-Peri, la iglesia en madera con la torre más alta del mundo (78 metros).Robert Dziewulski (alamy)