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Once bellas siluetas marinas

Islas próximas a la costa española que se pueden visitar para una experiencia veraniega singular

Su éxito sin fama ha hecho de esta joya del parque natural de s’Albufera des Grau una invitación para el escapismo; ello pese a encontrarse a solo 500 metros de la isla mayor, Menorca. El ecosistema resulta de tal importancia, y su grado de protección tan estricto, que los bañistas tienen prohibido abandonar las playas. Antaño fue lazareto de una expedición de esclavos redimidos de Argel en 1787.Juanjo Pons (agefotostock)
Todo son facilidades para que el viajero conozca el lugar que fue templo fenicio de Melkart y posterior santuario romano de Hércules, situado hoy en una islita a un kilómetro de la costa gaditana. En la web www.elcastillodesanctipetri.com gestionan toda la visita.Cristina Arias (Getty)
Gracias a su protección durante tres décadas, los siete islotes de las Medas revisten valor capital, empezando por su patrimonio subacuático. Que en l’Estartit haya estación náutica (www.enestartit.com) garantiza una información completa referida a actividades acuáticas en el parque natural, paddle surf y vela incluidos.Raimundo Fernández (Getty)
Esta isla de gran interés biológico, a 3,5 kilómetros de la costa benidormí, está incorporada al parque natural de la Sierra Helada y su entorno. Puede embarcarse en golondrina o catamarán con fondo de cristal (www.excursionesmaritimasbenidorm.es), así como en kayak (www.capitankayak.com), barco que no requiere titulación (www.benidorm­marine.es), o moto acuática (www.carloswatersportsbenidorm.com). En el acantilado encuentra refugio una importante colonia de paíño europeo, y en el aire hay un vuelo de gaviotas patiamarillas.Olaf Speier (Getty)
Es un platillo con 30 kilómetros de costa, rasgada su horizontalidad por cuatro edificios volcánicos. En el recorrido hay que incluir Las Conchas, arenal vivífico, de un colorido que entronca con la categoría de portento (lo que no resta peligrosidad al baño). Es buena idea apuntarse a la ciclorruta de 15 kilómetros a la que invita El Mato Bikes (664 89 32 81), pasando por la playa del Ganado. Para llegar a la mejor cala para bañarse, La Cocina, solo se permite el acceso rodado hasta playa Francesa, tras la cual hay que caminar 20 minutos.Michael Rucker (agefotostock)
Dragonera es la sexta de las islas baleares en extensión. La isla fue ocupada el 7 de julio de 1977 por activistas contrarios a su urbanización. El hoy parque natural, a 2,7 kilómetros de San Telmo, parece desgajado de la sierra de Tramontana, al guardar la unidad de escala. Litoral escarpado que atesora la colonia de halcones de Eleonor más copiosa del Mediterráneo occidental. No puede faltar la visita del faro de Tramuntana, que alberga una exposición sobre los faros isleños.Fabian von Poser (agefotostock)
Uno de los destinos menos frecuentados del parque nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Sálvora emerge en la bocana de la ría de Arousa y se conserva admirablemente al haber estado en manos privadas hasta 2008; hoy solo se puede pisar en compañía de un guía. Desde O Grove navega en 40 minutos Cruceros Rías Baixas (crucerosriasbaixas.com), para luego emprender dos caminatas: una al faro erigido tras el naufragio del Santa Isabel —El Titanic gallego—, y otro a la aldea y al pazo, como de cuento, construido sobre una fábrica de salazones. Desde Aguiño (Ribeira) zarpan las excursiones de Bluscus (bluscus.es).Antonio Parada
Es difícil superar este parque natural en cuanto a belleza canaria en estado original. La línea regular (navieranortour.com) zarpa de Corralejo y en 20 minutos ya estamos en el islote de 6 kilómetros cuadrados y 13,7 kilómetros de costa. En unas tres horas se rodea el islote, subiendo a La Caldera —el monte tutelar de Lobos—, pasando por el faro de Martiño, el humedal de Las Lagunitas y comiendo en El Puertito el pescado que fríe Antonio Hernández, hijo del último farero de Lobos (solo acepta reservas en persona).Marco Simoni (agefotostock)
En esta isla verdísima que preside la bahía donostiarra, dos senderos conducen al faro, de manera que se puede subir por las escaleras y regresar por la rampa. La cuadrada superficie del faro (1864) recibe al viajero con su linterna octogonal coronada por su cúpula de cobre elaborada a mano. Un must farístico. Y siempre con el plus del centenar de mesas bajo de laureles y tamarindos principalmente, que antaño pertenecían a familias de San Sebastián. Toda isla tiene su cara oculta, en este caso muy acantilada.agefotostock
La isla, declarada biotopo protegido de la reserva de la biosfera de Urdaibai, se rodea con el barco de Hegaluze (www.hegaluze.com) en su singladura diaria entre Bermeo y Elantxobe. Desde el barco podemos observar su adustez de lajas acuchilladas, así como las ruinas del monasterio, uno de los capítulos esporádicos de ocupación humana. La gasolinera de Mundaka es un mirador privilegiado sobre esta isla que fue imagen de la distribuidora Ízaro Films.Javier Larrea (agefotostock)