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Los pueblos más bonitos de Polonia

Del casco histórico de Sandomierz a las flores de colores que decoran las casas de Zalipie, 21 localidades con mucho encanto

Conocida como la perla del Renacimiento polaco, Kazimierz Dolny acumula en sus escasos 30 kilómetros cuadrados (con apenas 3.500 habitantes) un buen número de monumentos. La iglesia de Juan el Bautista y Bartolomé el Apóstol, los restos del castillo, las casas de estilo manierista de la plaza principal. Tantos y tan notables que desde el siglo XIX esta localidad de la provincia de ublin, a orillas del Vístula, es foco de atracción de turistas y artistas. Museos, galerías y una atmósfera cultural y alternativa que se acentúa en verano, con propuestas como el Festival de Música Popular (en junio) o el Festival de Cine y Arte Verano de Cine, en agosto.Ministry of Foreign Affairs of the Republic of Poland
El atractivo patrimonio arquitectónico de Chełmno pasa por el propio origen medieval de su centro histórico, sus iglesias de estilo gótico báltico o de ladrillo, sus murallas, sus edificios barrocos, su Ayuntamiento renacentista, sus casas construidas entre los siglos XVIII y XIX. Esta villa monumental en la margen derecha del río Vístula es aún más popular por el hecho de atesorar una reliquia de san Valentín, algo que la ha convertido en la Ciudad de los Enamorados polaca: las parejas acuden en peregrinación cada 14 de febrero para disfrutar de excursiones, talleres de cocina y hasta una Feria de San Valentín con conciertos.Elżbieta Pawelec (Ayuntamiento de Chełmno)
En la Baja Silesia, al suroeste de Polonia, cerca de la frontera checa, Lądek-Zdrój es una de las ciudades balneario más antiguas de Europa, rodeada por las Montañas Doradas, cordillera de los Sudetes orientales. Su población, que actualmente supera los 6.000 habitantes, se ha visto históricamente engrosada con los pacientes y turistas que la han visitado desde hace siglos. Pero hay más visitas recomendables: edificaciones barrocas, renacentistas y neo-renacentistas, el puente gótico, el antiguo manantial de aguas minerales (fundado en 1676). Se hizo muy popular dentro del país cuando el realizador Stanisław Bareja rodó aquí 'Incredibly Peaceful Man', en 1975. Es co-sede del Festival de Cine de Montaña Andrzej Zawada.Jan Wlodarczyk (agefotostock)
Biecz, que roza los 5.000 habitantes en la provincia de Pequeña Polonia, es conocida como la "pequeña Cracovia" y ve pasar las horas relajadamente ante el reloj de la torre de su Ayuntamiento, del siglo XVI. En tiempos fue nudo de las principales rutas comerciales del país e importante centro judicial: aquí ejercía el verdugo Jurko, de quien se dice que recitaba a Homero, Ovidio y Horacio mientras se empleaba en la tortura. Y parada y fonda de reyes y duques en tres castillos, actualmente desaparecidos. Merece la pena visitar la iglesia parroquial, gótica tardía.Piotr Ciesla (agefotostock)
Con 7.631 habitantes, Paczków, es unas de las pocas localidades de Europa que han mantenido sus fortificaciones medievales preservadas casi por completo y se conoce como la Carcasona polaca. Eso sí, mientras que la bella ciudad del sur de Francia es una reconstrucción del XIX, todos los edificios históricos de Paczków son auténticos: su doble anillo de murallas defensivas; las casas renacentistas, barrocas y neoclásicas que flanquean su Plaza Mayor; su Ayuntamiento (con una torre de 48 metros de altura) o la impresionante iglesia fortificada de San Juan Evangelista, del siglo XIV.Margarettize
Equidistante en la ruta del Vístula entre Cracovia y Varsovia (se encuentra aproximadamente a 200 kilómetros de cada una), Sandomierz en una de las poblaciones más antiguas e históricamente más importantes de Polonia. Su casco antiguo (con su castillo, su catedral, su Ayuntamiento en la Plaza del Mercado) rodeado de naturaleza la convierte en uno de los focos turísticos destacados del país, más aún a partir de 2008, cuando se estrenó la popular serie de televisión polaca El Padre Mateo (adaptación de la serie italiana Don Mateo), localizada en esta ciudad.Mikolaj Gospodarek (agefotostock)
Administrativamente, Kłodzko forma parte de Silesia, pero cultural y tradicionalmente es Bohemia. Y así, con el corazón dividido, transita esta "pequeña Praga", como a veces se la denomina, principal nudo comercial, de transportes y cultural al suroeste de Polonia. También turístico, con reclamos como su puente gótico, llamado "el Charles en miniatura"; la iglesia de la Asunción, del XIV, o la red de túneles subterráneos construidos a partir del siglo XIII y abiertos, en parte, al público.agefotostock
El castillo de Łańcut, en el centro de la villa, es un gran palacio aristocrático que se ganó una fama siniestra en el XVI, cuando lo habitó Stanisław Stadnicki, conocido como el Diablo de Łańcut por su violento comportamiento. Antes de la II Guerra Mundial, la comunidad judía representaba un tercio de la población (que actualmente ronda los 18.000 habitantes), hasta que fue masacrada por los nazis. En su cementerio local judío reposan los restos del Gran Rabino de Ropshitz y el Gran Rabino de Żołynia; cada año, judíos jasídicos acuden a rezar ante sus tumbas. La sinagoga es otro gran punto de interés, así como la antigua iglesia y monasterio dominico, y la iglesia parroquial.Beata Becla (Getty)
Zalipie, con menos de 1.000 habitantes y a hora y media en coche de Cracovia, figura en algunas guías como el pueblo más bonito de Polonia debido a la tradición de decorar sus granjas de tablones de madera con flores de colores muy vivos. La costumbre arrancó a principios del XIX, cuando una vecina dibujó la primera flor para tapar unas manchas de hollín, y se ha ido sofisticando y extendiéndose a casas, vallas, casetas para el perro, graneros y hasta árboles. Una vez al año, tras el Corpus Christi, organizan una competición para elegir la fachada mejor decorada (es el Malowana Chata).Christophe Boisvieux (agefotostock)
Pequeña (apenas 2.400 habitantes), pintoresca, descrita a menudo como "la perla del barroco polaco", Rydzyna presume de castillo (en la foto), construido a principios del XV, transformado a finales del XVII en palacio barroco rodeado por un extenso parque. En su productivo siglo XVIII se levantaron también el Ayuntamiento, la iglesia parroquial y las casas alrededor de la plaza del mercado, donde se encuentra la figura de una Sagrada Trinidad que conmemora la plaga que diezmó la ciudad en 1709, realizada en estilo rococó por el artista Andrzej Schmidt.
El castillo, uno de los más antiguos de Silesia, cuyos orígenes se remontan al siglo XII, actualmente convertido en hotel, preside la localidad de Otmuchów, entre los lagos artificiales de Otmuchów y Nisa, en la región de Opole, la más pequeña y menos poblada de Polonia, al suroeste del país. Cuenta con algo más de más de 5.000 habitantes y algunas torres defensivas en su casco histórico de trazado medieval, restos de la muralla que originalmente rodeaba la villa. Otros monumentos de interés son el antiguo palacio barroco que hoy es sede del Ayuntamiento o la iglesia de los Santos Nicolás y Francisco Javier. Los nazis construyeron aquí uno de los 26 campos de trabajos forzados para los polacos.Henryk T. Kaiser (agefotostock)
Pequeña ciudad de ajetreada historia en el entorno del Bosque de Knyszyn, en la provincia de Podlaquia, al noreste de Polonia, Supraśl ha pertenecido al Gran Ducado de Lituania, a la República Socialista Soviética de Bielorrusia, al Imperio Ruso y, a partir de 1944, de nuevo a Polonia. Pasearla es comprender las tradiciones, culturas y sentir religioso de varias nacionalidades europeas. Junto al que quizás sea su monumento más reconocido, el monasterio de la Anunciación de Supraśl, o Supraśl Lavra, uno de los seis monasterios ortodoxos para hombres del país, en cuya biblioteca reposó el Código de Supraśl, patrimonio mundial.Nightman (iStock)
Aún llegan cazadores de tesoros a Złotoryja, de unos 16.000 habitantes, en la Baja Silesia. Aunque no parece quedar nada del metal precioso que llevó a fundar esta pueblo de buscadores de oro allá por el siglo XII (sigue teniendo importancia por sus yacimientos de basalto), actualmente es uno foco turísticos del suroeste de Polonia gracias a su restaurado casco histórico: las murallas del siglo XIV, sus iglesias, las fuentes... De su pasado da fe el Museo de la Minería del Oro.Ewelina Banaszak (Getty)
Chocholów es un pueblo de unos 1.000 habitantes al sur de Polonia, muy cerca de la frontera con Eslovaquia, formado casi exclusivamente por las tradicionales casas de madera de los górale (montañeses), construidas en torno al siglo XIX, que flanquean su calle principal e inspiraron al artista de Cracovia Stanislaw Witkiewicz el llamado estilo Zakopane (pueblo situado a 19 kilómetros). En el número 24 está la casa de un árbol, construida (se dice) a partir de un único y enorme pino. El conjunto, que retrotrae al viajero a varios siglos atrás, se ve roto por la piedra de su iglesia gótica, que a mediados del XIX reemplazó a la original, cómo no de madera.agefotostock
Al noroeste de Polonia se alza esta pequeña localidad de 5.000 habitantes con una larga historia, un centro medieval rodeado de murallas defensivas de ladrillo, en ruinas, y un castillo gótico a orillas del río Sajna terminado en el XV, que actualmente es un hotel con restaurante y galería de arte contemporáneo. También se cuenta que todavía hay fantasmas vagando por sus pasillos. Es indudable que la fortaleza es el gran reclamo turístico de Reszel pero conviene no dejar de pasear por sus bonitas calles.agefotostock
Las calles del casco antiguo de Tykocin (2.000 habitantes), al noreste de Polonia, están pavimentadas en piedra y flanqueadas por casas de madera, lo que le da un cierto aire de pequeña localidad de cuento de hadas. A orillas del río Narew, sus principales focos de atracción turística con el castillo, reconstruido, la iglesia barroca de la Sagrada Trinidad, la vieja sinagoga convertida en museo del pasado judío de la ciudad, exterminado por los nazis en 1941, en la masacre de Tykocin (un memorial a las afueras de la población lo recuerda).plrang (agefotoTykocinstock)
Un clásico de las listas de los pueblos más bonitos de Polonia es Zakopane, al pie de los montes Tatras, naturaleza, ambiente tirolés y las mejores pistas para esquiar del país. Casas, iglesias y capillas de madera adornando la campiña, de estilo Zakopane, que puede apreciarse especialmente en la iglesia de Jaszczurówka o en el museo del Estilo, de Stanislaw Witkiewicz. Buen ambiente nocturno y una cita con la tradición montañesa: el Festival Internacional de Folklore de las Montañas, en agosto.Maxim Weise (agefotostock)
Jawor cuenta con una de las tres iglesias que los protestantes luteranos construyeron en las zonas católicas de la región de Silesia gracias al Tratado de Westfalia (siglo XVII). Debían hacerlas de madera, sin utilizar clavos, y en el plazo de un año. Un incendio destruyó la de Głogów un siglo después. Las iglesias evangélicas de la Paz de Jawor, en la Baja Silesia, a unos 60 kilómetros de Breslavia, es, junto con la de Świdnica, patrimonio mundial. También se puede visitar el castillo de Piast y un parque muy agradable donde se celebran buena parte de los eventos de la ciudad.agefotostock
En el noreste de Polonia, prácticamente en mitad del País de los Mil Lagos (“Que en realidad son dos mil”, según matizan las autoridades turísticas polacas), Giżycko se convierte cada primavera en la capital de vela para los aventureros que se lanzan a navegar por los grandes lagos de Masuria. Destacan también los restos del castillo de los caballeros teutones y la fortaleza de von Boyen, atacada, infructuosamente, por tropas rusas durante la I Guerra Mundial. Un puente movible del siglo XIX une parte del canal Luczanski con la fortaleza de von Boyen.Marek SLUSARCZYK (Getty)
Krynica-Zdrój, rgión de unos 11.000 habitantes fundada en el XVI a los pies de los Cárpatos, y ciudad desde el XIX, ha sabido aprovechar el gran número de manantiales de su entorno para convertirse en la ciudad de los 'spas', "la perla de los balnearios de Polonia", como también se la conoce. Es además un destino muy popular para los deportes de invierno y esquí. Recomendable visitar su templete para conciertos del XIX, en el parque Slotwinski.BEW (agefotostock)