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10 pistas para una escapada nórdica

Desde un road trip entre glaciares y volcanes en Islandia hasta el mejor diseño y arquitectura de vanguardia en capitales como Copenhague, Estocolmo y Helsinki

Las remotas y escocesas Islas Shetlands (en la foto, Mousa), cercanas a Noruega geográfica e históricamente, convierten la nacionalidad en un concepto ambiguo. Son las tierras más septentrionales de Gran Bretaña, pero en el acento local hay un deje escandinavo y calles como King Haakon o St. Olaf recuerdan que estuvieron bajo dominio noruego hasta 1469.getty
El verano es el momento más aconsejable (y casi único) para visitar las regiones más septentrionales de Noruega, como la espectacular y poco transitada costa norte de la isla Senja (en la foto), la segunda más grande del país y rival de las Lofoten en belleza natural, pero con muchos menos turistas.Hanneke Luijting/getty
Las islas Svalbard (Noruega) son el destino perfecto para quienes sueñan recorrer el Ártico. Este archipiélago de picos cubiertos de nieve y glaciares es una de las últimas zonas vírgenes de Europa: aquí hay más osos polares que personas. Se puede hacer senderismo bajo el sol de medianoche hasta Pyramiden (en la foto), antiguo asentamiento soviético donde perviven reliquias de otro tiempo, como una estatua de Lenin.Tomas Zrna/getty
El verano en Finlandia es para caminar o remar bajo el sol de medianoche por pinares habitados por lobos y osos. Pero ambién es el momento perfecto para disfrutar de la cara más animada de Helsinki, una ciudad que parece mitad tierra, mitad agua, cuyo sinuoso y complejo litoral incluye un sinfín de bahías, ensenadas y pequeñas islas desperdigadas, como Suomenlinna (en la foto).Tuomas Lehtinen/getty
Dinamarca parece eclipsada por su bellísima capital, Copenhague, sin embargo, el país cuenta con otras ciudades atractivas (Odense y Arhus), una idílica campiña y un asombroso litoral, como el de Skagen (en la foto), la ciudad más septentrional del país, donde se juntan el Báltico y el Mar del Norte.vithib/getty
Suecia es, en realidad, un destino salvaje. Sus paisajes abarcan desde inhóspitos terrenos lunares y bosques impenetrables en el norte, hasta playas soleadas y exuberantes cultivos al sur. Sus cortos veranos obligan a exprimir al máximo cada rayo de sol para recorrer, por ejemplo, el Kungsleden, el Sendero del rey (en la foto): 450 kilómetros desde Abisko hasta Hemava con cabañas de madera perfectamente equipadas para quienes se adentran en la ruta de trekking más larga del país.Peter Westrup/getty
La isla sueca de Gotland, al sureste del país, permite descubrir (y disfrutar) del estilo de vida escandinavo. De importante legado histórico (conserva cerca de un centenar de iglesias medievales e innumerables yacimientos prehistóricos) y ubicada en medio del Báltico, su capital, Visby (en la foto), es una joya medieval que ya justifica el viaje. En agosto celebra la Medeltidvectan, una semana medieval con representaciones teatrales, mercados callejeros y todo tipo de celebraciones.Ingunn B. Haslekas/getty
Para muchos, Islandia es la esencia de lo nórdico y uno de los lugares más originales de Europa. Explosivos géiseres, piscinas de lodo hirviendo, nubes sulfurosas que ascienden por grietas terrestres y glaciares que se abren paso entre las montañas e impresionantes lagunas cubiertas de icebergs como Jöjulsarlon (en la foto), recurrente escenario cinematográfico: aparece en 'Muere otro día', de la saga James Bond, y 'Batman Begins', entre otras.getty
Dispersas entre Islandia y Escocia, las islas Feroe son como un rompecabezas insular que emerge entre las espumosas olas del Atlántico. Una parte de Escandinavia bastante desconocida que, a pesar de considerarse remotas, cuenta con senderos bien señalizados que atraviesan escarpadas montañas, bordean algunos de los acantilados marinos más elevados de Europa y permiten caminar por la cresta de impresionantes farallones en la apacible isla Mykines, la más occidental del archipiélgo (enla foto).Bergur Johansen/getty
Las sofisticadas capitales nórdicas son el contrapunto a la naturaleza salvaje de los países del norte de Europa. Estocolmo, Copenhague y Helsinki (en la foto, la zona portuaria), o incluso Oslo y Reikiavik, pueden presumir de museos, galerías de arte, tiendas de diseño, iniciativas ciudadanas y, claro está, de su gastronomía, cada vez más innovadora y premiada. Aunque cada una es diferente, todas tienen algo en común: un estilo nórdico inconfundible, cuya calidad de vida se percibe en las calles, en los parques y en los escaparates.Maurizio borgese/getty
La joya de las capitales nórdicas es, sin duda, Estocolmo, bañada por el color miel de los rayos de sol y con edificios de tonos azafrán y canela (en la foto, el ayuntamiento) levantados sobre 14 islas rodeadas de gélidas aguas de un azul eléctrico. Su impecable casco antiguo (Gamla Stan) parece un decorado de cuento, pero en sus calles hay mucha vida, un sensacional y vanguardista sentido de la moda y un gusto especial para la comida y el diseño.Gerard Puigmal/getty