Barcolobo 2014, cepas recuperadas

Uno de los aspectos más relevantes de la transformación vitivinícola española es la aparición de bodegas que, en apenas un lustro, son capaces de elaborar vinos de alta calidad. El secreto estriba en la existencia de pequeños viñedos en zonas poco productivas, olvidados por su baja rentabilidad. Cepas viejas que los nuevos bodegueros rescatan del abandono para hacer realidad un sueño donde prima el amor a la naturaleza y el vino, no el dinero. Y ahora se puede hacer porque, felizmente, el vino de calidad se valora por sí mismo y no por la denominación de origen o la marca.

Un buen ejemp...

Uno de los aspectos más relevantes de la transformación vitivinícola española es la aparición de bodegas que, en apenas un lustro, son capaces de elaborar vinos de alta calidad. El secreto estriba en la existencia de pequeños viñedos en zonas poco productivas, olvidados por su baja rentabilidad. Cepas viejas que los nuevos bodegueros rescatan del abandono para hacer realidad un sueño donde prima el amor a la naturaleza y el vino, no el dinero. Y ahora se puede hacer porque, felizmente, el vino de calidad se valora por sí mismo y no por la denominación de origen o la marca.

Un buen ejemplo es este Barcolobo 2014 elaborado por Finca La Rinconada, bodega puesta en marcha en 2001. Cuenta con 20 hectáreas de viñedo en un paraje singular, a orillas del Duero, en la reserva natural Riberas de Castronuño-Vega del Duero, donde las cepas cohabitan con la garza imperial, el ciervo y el jabalí.

Una viticultura ecológica y una elaboración basada en la más avanzada enología hacen el resto. El resultado resulta muy gratificante: aroma frutal a moras silvestres envueltas en frescor balsámico, guarnecidas por leves notas tostadas y especiadas, que es la noble aportación del roble durante los cuatro meses de crianza. Sabroso, directo, de frutosidad madura que tapiza el paladar con elegancia.