24 fotos

Nieve, ¡mucha nieve!

Con las montañas en plena temporada blanca, 25 ideas para vivir el invierno intensamente sin subirse a los esquíes

Poder observar auroras boreales requiere plantarse en las zonas árticas (de Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia, Canadá, Alaska....) en las noches más adecuadas, en el hemisferio norte entre septiembre y marzo. Si hay suerte, el espectáculo de luminiscencias lo compensa todo. Se observan mejor en lugares apartados. En la foto, una mujer frente a su tienda de campaña en Myvatn (Islandia).Henn Photography
Después de una sauna o simplemente para mostar de qué está hecho uno, un baño en pleno invierno no es algo tan raro, por ejemplo, en Suecia. En la foto, en un lago de Hellasgarden, al sureste de Estocolmo. Mucho más al norte de la capital sueca, en Skelleftea, existe incluso un campeonato de natación en el que a principios de febrero (este año el día 7) más de cien personas se apuntan para nadar 25 metros en aguas gélidas, mientras la temperatura del aire puede llegar a los -30ºC. ¿Alguien se anima?Helena Wahlman
Un plan tranquilo: vestirse muy calentito, sentarse en un gran trineo, taparse con una manta y disfrutar del paisaje nevado acompañado por el sonido de los caballos que avanzan sobre la nieve compacta. En la foto, el paseo discurre por Val Roseg, a casi dos mil metros de altura, en la región suiza de Graubünden, un valle rodeado por algunas de las cumbre más altas del país: Piz Bernina (4.049 metros), Piz Scerscen (3.971) y Piz Roseg (3.937).Stephan Schacher
Dos globos aerostáticos a punto de despegar cerca de Gosau am Dachstein, la localidad austriaca que celebra cada mes de enero (este año ha sido del día 10 al 17) una semana del globo en la nieve. Un billete para disfrutar del paisaje invernal de esta región de esquí desde uno de estos artilugios cuesta unos 300 euros por persona.Himsl L.
Un trazado de 550 metros de curvas en descenso y una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora. En el parque de actividades Mirlo Blanco, en Sierra Nevada, se puede uno montar en esta especie de montaña rusa invernal con raíles sobre los que avanzan trineos para dos personas. Cada bajada cuesta 5 euros. En la estación de esquí granadina se ofrecen muchas actividades alternativas al esquí, desde el tiro con arco hasta conducir una de estas curiosas máquinas.Alberto C
En los iglús de cristal (para dos o cuatro personas) del Kakslauttanen Artic Resort, en Saariselkä, al norte de Finlandia, uno puede esperar que aparezca una aurora boreal acostado en la cama. El complejo también cuenta con cabañas de madera con sauna privada. Para estar calentitos mientras fuera todo está helado.
El encanto de una ruta en moto de nieve depende mucho del entorno que se recorre. Se ofrecen en la mayoría de los centros de nieve y fuera de ellos en muchos países nórdicos, como Noruega o Canadá, donde se suele aprovechar este tipo de transporte para explorar paisajes solitarios. Lo más importante: abrigarse con la ropa adecuada. En la foto, un excursionista recorre el cauce congelado del río Kuskokwim, en Alaska.Kevin Smith
En las diferentes piscinas termales de Leukerbad, en el cantón suizo de Valais, el agua está a una temperatura de entre 28° y 43°C. ¡Así cualquiera se baña al aire libre en invierno! La entrada de un día sale por 29 francos suizos. Y los esquiadores que quieran combinar las pistas con el agua, pueden comprar un pase especial que incluye ambas actividades.Leukerbad Tourismus
En los lagos que rodean la localidad finlandesa de Kuopio se preparan caminos para facilitar el patinaje sobre el hielo. La velocidad del paseo depende de cada uno.Visitfinland
Los hoteles de hielo u hoteles iglú están de moda. Los encontramos en invierno en Andorra, Canadá, Suecia... El de la foto se encuentra al norte de Noruega, cerca de Alta, y se llama Sorrisniva Igloo Hotel. La temperatura en el interior es de entre -4 y -7ºC, pero la cama, provista de colchones especiales, sacos de dormir y mantas de piel de reno, asegura que nadie pase frío. De todas formas, el hotel recomienda a quienes pernocten allí que usen ropa interior de lana y gorro. Una noche, sauna por la mañana, desayuno y transporte salen por unos 250 euros.Terje Rakke/Visitnorway.com
Ver un paisaje montañoso desde una cima, aunque no sea la más alta, es un espectáculo que vale la pena. El teleférico panorámico que une la localidad francesa de Chamonix con el Aiguille du Midi, junto al Mont-Blanc, es uno de los más famosos del mundo.Jon Arnold
Un parapente biplaza sobrevuela los paisajes nevados de Baqueira Beret, en el Pirineo catalán. Además de esta actividad, en los últimos años se ha extendido otra variante deportiva, el 'speed riding', que combina el esquí con el parapente en una especia de 'kitesurf' sobre la nieve.Gonzalo Azumendi
Algunas veces, lo más espectacular es, sin más, alejarse de la civilización, perderse en algún camino y disfrutar del paisaje invernal. En la foto, un coche en una carretera nevada de Oxnadalsheidi, al norte de Islandia.Henn Photography
En algunas estaciones de esquí se trazan rutas específicas para recorrer en bicicleta de montaña cuando todo está nevado. Pero una excursión sobre dos ruedas en la nieve se puede realizar en cualquier camimo, como éste, en la región de la Selva Negra, al sur de Alemania.Daniel Geiger
Los tradicionales iglús (del inuit 'casa') se convierten en bares, restaurantes, habitaciones de hotel o lo que haga falta en los centros de nieve. En la fotografía, noche junto a una de estas construcciones de bloques de nieve en la estación de esquí suiza de Gstaad, con el imponente perfil del monte Gummfluh (2.458 metros de altura) al fondo.Christian Perret /Turismo de Suiza
La estación de esquí de Formigal (Huesca) propone un plan divertido para lanzarse en trineo clásico pista abajo. Lo llaman Tobogganing. Consiste en subirse en el telesilla de Sallent al caer la noche, cenar en la Trattoría Cantal y descender en trineo de madera por una pista iluminada de 2,5 kilómetros de largo. Telesilla, cena y bajada en trineo salen por 42 euros por persona.
Los paseos con raquetas de nieve son un clásico para los senderistas invernales. Gracias a su gran tamaño, distribuyen el peso de la pisada y ayudan a no hundirse en la nieve alta. En la foto, una pareja en el parque nacional Olympic, en Port Angeles (Washington, Estados Unidos).Jordan Siemens
Deslizarse por pistas o toboganes de nieve en una especie de donuts gigante está de moda. En la foto, el Mini Tubby del parque de actividades Naturlandia, en Andorra.
Auroras boreales en la localidad noruega de Kautokeino/Guovdageaidnu, en la región de Finnmark.Terje Rakke/Visitnorway
Un tobogán de hielo en un hotel de nieve de Quebec, en Canadá.Jean-François Hamelin
Top of Tirol se llama este espectacular mirador situado a 3.200 metros de altura en el monte Isidor, en los Alpes austriacos. Mira hacia el glaciar Stubaier y fue proyectado por el estudio LAAC Architekten. En invierno, la plafatorma se abre cuando las condiciones climáticas permiten el acceso, que se realiza desde la estación de funicular de Schaufeljoch, a 3.160 metros.LAAC Architekten
La pesca de hielo es una actividad bastante común en Canadá. Las casetas que se ven en la fotografía, sobre un lago congelado cerca de Montreal, sirven para que los pescadores estén al calorcito mientras esperan que algo muerda el anzuelo.Jean-François Hamelin
Aprender a conducir un 'buggy' sobre nieve y hielo es una de las actividades que se ofrece, por ejemplo, en la estación de Vallnord, en Andorra. Hasta se pueden organizar competiciones con los amigos. Además de la diversión, las excursiones descubren bellos paisajes nevados.Marc Gasch
Y si le encanta la nieve, pero todas estas propuestas le parecen demasiado deportivas, siempre existe la posibilidad de elegir un buen restaurante a pie de teleférico, sentarse tranquilamente y comer mientras admira el paisaje de montañas. En la foto, vistas a los Alpes nevados desde la terraza del Ice Q, situado a 3.048 metros de altura, en Sölden (Austria).