Berlín desde la terraza

Cinco 'biergärten' para disfrutar el verano como nunca en la capital alemana

Prinzessinengarten es un jardín y huerto urbano en la berlinesa Oranienstrasse, con terraza incluida en verano.Marco Clausen

Al primer rayo de sol, los berlineses toman los parques de la ciudad y los biergärten que alojan en su interior, espacios verdes y sosegados en plena urbe donde, con la llegada del buen tiempo, la cerveza sienta mejor. Del bar donde Quentin Tarantino pasó muchas noches durante el rodaje berlinés de Malditos bastardos a un oasis urbano, con terraza incluida, en la calle más hipster de la capital alemana.

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Al primer rayo de sol, los berlineses toman los parques de la ciudad y los biergärten que alojan en su interior, espacios verdes y sosegados en plena urbe donde, con la llegada del buen tiempo, la cerveza sienta mejor. Del bar donde Quentin Tarantino pasó muchas noches durante el rodaje berlinés de Malditos bastardos a un oasis urbano, con terraza incluida, en la calle más hipster de la capital alemana.

Ankerklause

Quentin Tarantino eligió Berlín para rodar Malditos bastardos y se quedó enganchado del barrio turco de Kreuzberg, concretamente de sus canales, sus atardeceres y sus noches, que pasaba en bares como el Ankerklause (Kottbusser Damm, 104). El sitio, que mira al mercado turco de Maybachufer (los martes, viernes y sábados) y al canal, es un invernadero de una planta, un barco anclado en la acera, donde se sirve comida internacional (platos  entre 3,50 y 10 euros) y bebidas (cervezas y cócteles) desde las 10.00 hasta a la madrugada. El sol gira alrededor del Ankerklause todo el día y lo hace al ritmo de su antológica juke-box.

Prinzessinengarten

Desde hace un par de años Oranienstrasse es la calle más hipster de Berlín. Y como hipster y öko-verde (ecológica) van de la mano en la capital de Alemania, no es de extrañar que el torreón de entrada a la Oranien desde Moritzplatz sea el jardín de las princesas. Justo a la salida del metro (línea U8) tenemos un oasis en mitad del asfalto. Se trata de un jardín urbano colaborativo y colectivo donde trabajan voluntarios y vecinos del barrio, quienes plantan aquí sus verduras, frutas y vegetales para compartir con los demás. El jardín tiene un pequeño restaurante con la cocina alojada dentro de una caravana y varias mesas diseminadas bajo una parra. Alrededor del espacio chill out podemos dar un paseo bajo el sol oliendo a hierbas aromáticas y descubriendo qué se cultiva cada temporada.

Klunkerkranich

Neukölln ha dejado de ser un barrio de tercera para convertirse, probablemente, en el más gentrificado de Berlín. Todo el mundo quiere vivir en el barrio turco vecino a Kreuzberg y las galerías, cafés y restaurantes asiáticos crecen como setas. Tanto es así que los míticos dueños del Fuchs und Elster acaban de abrir sede en la azotea del número 66 de Karl Marx Str., un precioso jardín urbano con vistas a la ciudad donde celebrar que ha llegado el verano. Sobre sus tablas se celebran conciertos, se sirven cenas y se bebe cerveza. Un lugar perfecto para el after work y ¡para ver las estrellas!; abre todos los días hasta medianoche.

Prater Garten

Junto al fotomatón de Kastanien Alle nos encontramos con un biergärten situado detrás de uno de los edificios más antiguos de la ciudad, el teatro Prater, del siglo XIX. Situado en el corazón de Prenzlauer Berg, se reconoce por las grandes letras de lentejuelas plateadas de la fachada del teatro abandonado que le da nombre. En invierno sirve cervezas de jarra y guisos calientes, y en verano se transforma en un jardín de mesas corridas tan popular entre autóctonos que es preciso reservar. Prenzlauer Berg era el barrio donde se producía la cerveza en Berlín: el desnivel de la berg (montaña, en alemán) permitía transportar los barriles al sur de la ciudad para distribuirlos después al centro.

Das Edelweiss

Al primer rayo de sol los berliners toman los parques de la ciudad y en el de Görlitzer, además, la terraza del café Edelweiss, una de las mejores de Berlín. Este gran espacio recuerda a una casa okupa pero de campo, con tumbonas y una escalinata tipo grada donde los invitados colocan los cojines disponibles en el establecimiento y disfrutan de la música en directo con su desayuno, una cerveza a media mañana o un cóctel vespertino. Los perros aquí (como en muchísimos cafés y restaurantes de Berlín) son invitados especiales: tienen su propio plato para el agua y la comida. Un sitio idílico para disfrutar de la autenticidad berlinesa.

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