Baile de color antes del festín
Las esquilas que llevan al cinto avisan de la llegada de los 'boteiros', animadores con vestimentas multicolores de los carnavales en Viana do Bolo, Ourense
Las esquilas que llevan al cinto avisan de la llegada de los boteiros, con sus vestimentas multicolores y máscaras negras rematadas por enormes pantallas de enrevesados motivos geométricos. Lo aparatoso de los tocados —más de un metro y hasta 15 kilos de peso— no les impide correr y brincar entre el público y los folions, grupos de vecinos que acompañan a los boteiros con estruendo de bombos, azadas, guadañas y trébedes por las calles de Viana do Bolo (Ourense) y las parroquias vecinas durante los días que dura el entroido, como se conoce en Galicia el carnaval. Sobr...
Las esquilas que llevan al cinto avisan de la llegada de los boteiros, con sus vestimentas multicolores y máscaras negras rematadas por enormes pantallas de enrevesados motivos geométricos. Lo aparatoso de los tocados —más de un metro y hasta 15 kilos de peso— no les impide correr y brincar entre el público y los folions, grupos de vecinos que acompañan a los boteiros con estruendo de bombos, azadas, guadañas y trébedes por las calles de Viana do Bolo (Ourense) y las parroquias vecinas durante los días que dura el entroido, como se conoce en Galicia el carnaval. Sobre todo en el desfile del Domingo Gordo, que este año cae el 10 de febrero. Ese día se celebra también la Festa da Androlla, embutido de cerdo similar al botillo leonés y protagonista de una gran comilona, a la que asisten más de dos mil personas.