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Un año sin luz en la Cañada Real

El sector 6 del mayor asentamiento irregular de Europa se prepara para un segundo invierno sin suministro eléctrico, mientras continúa la batalla judicial y los realojos se suceden con lentitud. En el sector 5, que pertenece a Rivas Vaciamadrid, el servicio se restableció en enero tras la desconexión de varios puntos sospechosos de alojar plantaciones de marihuana

Un camión sella con tierra la parcela vacía del clan Martínez, ubicada en el camino sin asfaltar del sector 6 de la Cañada Real, donde ya han comenzado los realojos.David Expósito
El conocido como camino sin asfaltar constituye el tramo más precario del sector 6, también el menos poblado. Aquí solo quedan 14 familias pendientes del realojo.David Expósito
Toneladas de tierra impiden nuevos asentamientos, levantando dunas artificiales que borran todo rastro de los arcenes. En uno de los pocos muros intactos, permanece una pintada: “Solo Dios salva”.David Expósito
La Delegación de Gobierno calcula que unas 400 familias de la Cañada instalaron placas fotovoltaicas a lo largo de este año sin suministro eléctrico. Cuestan entre 150 y 300 euros, “los mejor invertidos de cuantos gasté este verano”, afirma Genaro, vecino del sector 6 de 38 años.David Expósito
Aitana, de 17 años, y su suegra Rocío, de 44, consultan los teléfonos móviles, el único entretenimiento que les queda por las noches.David Expósito
La familia de Rocío Fernández cena hamburguesas en el salón con la única luz del fuego.David Expósito
Amasijo de baterías, cables y un motor con el que la familia carga sus teléfonos móviles a lo largo del día. Solo pasadas las ocho de la tarde, el padre enciende el grupo electrógeno que les proporcionará unas horas de luz antes de irse a dormir.David Expósito
Daniel Pérez, de 27 años, ha vivido en el sector 6 desde que nació. Su paso por el colegio, en Rivas, fue fugaz y nunca estuvo exento de conflictos. Los compañeros le afeaban su origen merchero y el barro de sus zapatos, signo ineludible del camino sin asfaltar de la Cañada.David Expósito
Aitana, de 17 años, vivía en Toledo, pero se trasladó a la Cañada por amor al mediano de los Pérez, Michael, de 23 años. La joven sonríe y descubre un vientre hinchado cuyo interior aún no tiene nombre.David Expósito
Vista de la Cañada Real en diciembre del año pasado, antes de que numerosas placas fotovoltaicas coronaran las chabolas y casas bajas.David Expósito
Dos jóvenes posaban en diciembre junto a su quad. Son Ibrahim y Lamizzo, de 17 y 18 años, que ahora enfrentan de nuevo un curso escolar sin suministro eléctrico.David Expósito
La familia de Mohamed, de 18 años, llegó al sector 6 de la Cañada procedente del Magreb hace casi dos décadas. Sus tías y primos, que emigraron con ellos y residían en la casa de al lado, se han marchado a Bélgica tras los cortes eléctricos. "Aquí no se puede vivir, si tienes otra alternativa es normal que te marches", sostiene el joven.David Expósito
Los accesos a la Cañada Real quedaron bloqueados durante el temporal de 'Filomena'. Numerosas chabolas se hundieron y el juez investiga un caso de muerte súbita que podría estar relacionado con el frío de aquellos días.David Expósito