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El espíritu de las Navidades pasadas

Luces en la calle Preciados, artículos de broma y caretas en la Plaza Mayor, elefantes en la cabalgata de los Reyes Magos… Le mostramos cómo los madrileños celebraban la Navidad en la década los años ochenta y noventa en una selección de imágenes de nuestros fotógrafos, la mayor parte ellas inéditas, procedentes del Archivo Fotográfico de EL PAÍS

La Navidad comenzaba en la calle Preciados. Los vendedores de esta zona comercial se anticipaban al resto de la ciudad iluminando la calle el 28 de noviembre de 1996 con siete grandes arcos de luces en los que 75.000 bombillas felicitaban las fiestas a los viandantes. Su coste, 12 millones de pesetas de las de antes (que con la inflación son unos 115.000 euros de los de ahora), lo pagaban los comerciantes de la zona.Gorka Lejarcegi
Un Papa Noel en Vespa en la Gran Vía, el 11 de diciembre de 1990. El debate sobre el tráfico en el centro de Madrid viene de largo. A principios de diciembre de 1990, el anuncio de restricciones a la circulación en el centro de la capital del concejal de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Madrid, Eduardo Larraz, chocó con la opinión de otros miembros de la corporación municipal. El coste político de tomar tal decisión pesó más que los consejos de los técnicos municipales para evitar los monumentales atascos navideños de años anteriores. Al final la cosa quedó en una prohibición de aparcar (medida que ya se aplicaba desde 1979) y limitaciones al tráfico privado en una pequeña zona alrededor de Callao y la calle de Atocha.Gorka Lejarcegi
Con la muñeca bien sujeta, una niña contempla uno de los belenes de la exposición de nacimientos organizada por la Asociación de Belenistas de Madrid en los Jardines de Cecilio Rodríguez del parque del Retiro, en la Navidad de 1982. Alrededor de 300.000 personas visitaron la muestra formada por un centenar de belenes, con cientos de miles de figuras, desde las más tradicionales hasta las realizadas en ganchillo o plastilina, formando escenas, algunas poco frecuentes como la de la Virgen embarazada (y sin niño Jesús).Raúl Cancio
Más de un metro de altura y tres pisos bien surtiditos de jamones, botellas de Vega Sicilia y Don Pérignon entre otros detalles. Esta cesta es confeccionada por dos empleadas de Mallorca en sus instalaciones de Alcobendas (Madrid) en diciembre de 1990, donde unos 60 empleados dan los últimos toques a los cerca de 10.000 regalos de encargo que la empresa de alimentación y repostería envió en aquellas fechas. En 1990, las empresas españolas se gastaron en “comunicación a través de regalos” (también conocida como “el pesebre”) 200.000 millones de pesetas de las de entonces (contando con la inflación, unos 2.500 millones de euros de los de ahora).Santos Cirilo
Máscaras de monstruos y políticos a la venta en una de las 104 casetas del tradicional mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor, el 4 de diciembre de 1994. La careta de Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella, separa al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, del líder de la oposición, José María Aznar.Uly Martín
Juanjo Ríos, a la izquierda, a la puerta de su restaurante Rillón, en el número 29 de la calle Ave María de Lavapiés, donde ofrecía varios menús, baratos y castizos, para la cena de Nochevieja de 1982. Por 1.390 pesetas (unos 33 euros, con la inflación) se podía cenar cóctel de langostinos, chuletas de cordero, gran copa Rillón, vino de Rioja, café y copa. Además, la casa invitaba a la copa de champán y las uvas. Y, admitían niños. En la actualidad, en este local hay un restaurante indio, el Preity Raj.Ricardo Martín
Adolescentes, manchados de espuma en la Plaza Mayor de Madrid, el 20 de diciembre de 1991. Varios miles de jóvenes, aunque menos de los 10.000 del año anterior, acudieron a la Plaza Mayor para celebrar el comienzo de las vacaciones de Navidad. Lo que debería haber sido fiesta acabó en una batalla campal. Un dispositivo con 300 agentes de la Policía Nacional y 700 de la Municipal, la prohibición de la utilización de los espráis de espuma y de la venta de alcohol a menores, así como la de la entrada con litronas en la Plaza Mayor no evitaron que la fiesta terminara con cargas policiales, varios heridos y siete detenidos. Además de las pérdidas económicas para los puestos, que no abrieron ese día, y para las tiendas de la plaza. Mejor fue para algunos bares, que colgaban el cartel “se acabó la cerveza”.Gorka Lejarcegi
Un hombre lleva, el 15 de diciembre de 1990, un árbol de Navidad comprado en la Plaza Mayor de Madrid y procedente de vivero legal. Con la llegada de estas fiestas, familias enteras salían a la sierra de Madrid en busca de un árbol de Navidad con el que decorar el salón y acabar, después de Reyes, en el cubo de la basura. El año anterior, la Comunidad de Madrid, con la colaboración del Ejército, puso en marcha una iniciativa para recoger estos árboles y reforestar una zona colindante a la M-30, que fue bien acogida. Se salvaron el 20% de los árboles.Miguel Gener
Un niño con unas gafas de broma, en el mercadillo de la Plaza Mayor, el 7 de diciembre de 1988. Decía el maestro Joaquín Vidal en su crónica 'El día después:', "Nadie sabe qué quiere de verdad un niño para Reyes hasta el día después". "Desde tiempo inmemorial, millones de familias se vienen asombrando de que Cuquita prefiera su muñeca pelona a la sofisticada que le traen los Reyes Magos. Si los adultos no perdieran memoria de su niñez, se asombrarían menos". Sobre que los niños tuvieran que volver al cole al día siguiente, según don Joaquín: "Un caso de crueldad mental".Bernardo Pérez
Los protagonistas de la serie de TVE 'Verano azul' (emitida entre 1981 y 1982) tenían tanto tirón que cientos de niños, a pesar del intenso frío y la lluvia, arrastraron a sus padres para escuchar el pregón de Navidad a la plaza de la Villa de Madrid. 'El Piraña' (Miguel Ángel Valero, en la actualidad director del Departamento de Ingeniería y Arquitecturas Telemáticas de la Escuela de Telecomunicación de la Politécnica de Madrid), se dirige a los presentes, acompañado del alcalde, Enrique Tierno Galván (a la izquierda), de 'Tito' (Miguel Joven Braun) y de 'Chanquete' (Antonio Ferrandis, a la derecha), quien leyó el pregón ecologista en el que pidió a los pequeños que cuidaran de los árboles y los pájaros de Madrid. Era un 17 de diciembre de 1982 y viernes.Marisa Flórez
Metaling, la versión española del Mecano, el también español Tente de Exin (Exclusivas Industriales Sociedad Anónima: los muñecos Madelman –los hacían con Manufacturas Delgado-, los Exin Castillos, el proyector de cine Cinexin, el Mecano y el Scalextric, productos suyos en España gracias a distintos acuerdos) y el Lego danés, en un escaparate de una juguetería de Madrid en enero de 1980.Chema Conesa
El 5 de enero de 1988 los Reyes Magos no llegaron en camello sino en helicóptero. Miles de niños no dejaban de mirar al cielo en la plaza de Felipe II de Madrid a la espera de que Melchor, Gaspar y Baltasar descendieran de las alturas. Los Reyes Magos lo hicieron en tres helicópteros de la Policía Nacional, con potentes reflectores que iluminaban las fachadas, un castillo de fuegos artificiales y juegos de luces. La espectacular llegada encendió los ánimos infantiles y la policía se las tuvo y se las deseó para poder contener a los entusiastas que querían llegar hasta los Reyes Magos. Veinticinco carrozas, bandas de música y hasta King Kong, hicieron las delicias de los presentes. Su afluencia fue mayor que la de años anteriores porque, por primera vez en años, la cabalgata no fue televisada, debido a que TVE consideraba que se había convertido en un escaparate publicitario.Miguel Gener
En el barrio de El Batán los Reyes Magos van a pie. El 6 de enero de 1993, la carroza prometida por la Junta de Distrito de La Latina se quedó en un local de la Casa de la Campo y los Reyes de Oriente tuvieron que repartir 80 kilos de caramelos esquivando a conductores impacientes.Uly Martín
Un elefante, en la cabalgata de Reyes del Ayuntamiento de Madrid, a su paso por la Puerta de Alcalá, el 5 de enero de 1990. No hay duda de que la participación de animales en espectáculos públicos es cada vez más cuestionada. Y su ausencia, también. La decisión de que no hubiera animales en la primera cabalgata de la alcaldesa Manuela Carmena fue aplaudida y criticada. En el caso concreto de los elefantes, ya en 2003 se había pedido a la alcaldesa Ana Botella que prohibiera su presencia por las graves consecuencias en caso de producirse una estampida en un espectáculo como este con gran afluencia de público.Uly Martín
Dos barrenderos limpian la Plaza Mayor de Madrid, el primer día de 1992. Tras las uvas, 35 operarios y cuatro camiones de los servicios de limpieza del Ayuntamiento retiraron 23 toneladas de basura. La Nochevieja de 2018 fue de récord: 30.500 kilos.Uly Martín