El timo de la pirámide
Alguien debería gritar al mundo que el capitalismo es el timo de la pirámide. Las economías solo crecen indefinidamente a costa de la destrucción y la miseria de muchos. Negarlo es mentir a sabiendas. Algo así como querer desvincular la riqueza del petróleo del calentamiento global. Y eso sucede con todos y cada uno de los mecanismos económicos que buscan el crecimiento indefinido. Meros espejismos contables cuyo verdadero precio pagamos todos cada día y cuyo daño tiende a ser irreversible. Hoy es la temperatura. Mañana serán el agua o el aire. Cuando apartemos la mirada de la pantalla solo ve...
Alguien debería gritar al mundo que el capitalismo es el timo de la pirámide. Las economías solo crecen indefinidamente a costa de la destrucción y la miseria de muchos. Negarlo es mentir a sabiendas. Algo así como querer desvincular la riqueza del petróleo del calentamiento global. Y eso sucede con todos y cada uno de los mecanismos económicos que buscan el crecimiento indefinido. Meros espejismos contables cuyo verdadero precio pagamos todos cada día y cuyo daño tiende a ser irreversible. Hoy es la temperatura. Mañana serán el agua o el aire. Cuando apartemos la mirada de la pantalla solo veremos desierto. Recordaremos entonces los gritos de la Tierra que escuchamos sin oír. Deberíamos cambiar el despotrique de tertulia y la pataleta intrascendente por actos solidarios y valientes. En un mundo como este ya no bastan las palabras.
Pablo González Caballero, Madrid.