Ya se acabó
Ya podemos respirar. Todo acabó. Se puede salir a la calle tranquilo. Durante estos dos últimos meses, ha sido prácticamente imposible. Aceras, calles, carreteras, jardines, palmeras. Siempre había alguien trabajando. Por fin, todo ha vuelto a la normalidad y se puede pasear o circular sin peligros ni impedimentos. Y lo mejor de todo es que las molestias no volverán hasta dentro de 46 meses. Pese a haber removido casi todo, de algo se han olvidado. La lata de coca-cola que, hace cuatro meses, alguien “se olvidó” en la rotonda cerca de mi casa, ahí sigue.
...
Ya podemos respirar. Todo acabó. Se puede salir a la calle tranquilo. Durante estos dos últimos meses, ha sido prácticamente imposible. Aceras, calles, carreteras, jardines, palmeras. Siempre había alguien trabajando. Por fin, todo ha vuelto a la normalidad y se puede pasear o circular sin peligros ni impedimentos. Y lo mejor de todo es que las molestias no volverán hasta dentro de 46 meses. Pese a haber removido casi todo, de algo se han olvidado. La lata de coca-cola que, hace cuatro meses, alguien “se olvidó” en la rotonda cerca de mi casa, ahí sigue.
Antonio Casero Martínez. Puerto de la Cruz (Tenerife)