Lluvia, nieve, hielo o calor. El césped que lo aguanta todo 16 fotos LaLiga y sus equipos cuidan decenas de detalles, desde la forma de cortar la planta hasta las maneras de protegerla del frío para que los terrenos de juego luzcan perfectos Pablo Vande Rusten 14 MAR 2019 - 15:40 CET 1Estadios con sol propio La sombra es el principal enemigo de los responsables de mantener el césped de los estadios. La planta necesita luz solar para hacer la fotosíntesis, crecer y mantenerse en buen estado. Las pocas horas de sol en invierno y la estructura cerrada de ciertos estadios, como San Mamés (en la foto), atentan contra ello. Por eso, el Athletic Club y 17 equipos más (13 en LaLiga Santander y cuatro en LaLiga 1|2|3) cuentan con un sistema de luces artificiales de crecimiento para reemplazar a los rayos solares. Estas luces se trasladan fácilmente para poder actuar sobre las zonas del campo que más lo necesitan. LaLiga 2Los entrenamientos más agresivos para el césped Los entrenamientos continuados dañan el terreno de juego, aunque el grado de deterioro depende mucho de lo agresivo que sea el ejercicio. Los responsables de mantener el césped de los estadios de LaLiga miden de uno a diez el desgaste que los distintos entrenos generan en los cada sector. No es lo mismo un rondo o unas rodillas al pecho en una escalera (9 o 10 puntos de daño, máxima puntuación en su escala), que un trote continuo, que daña menos (1-2 puntos). De esta forma intentan distribuir los ejercicios para cuidar al máximo el césped. LaLiga 3Un poco de césped híbrido para estabilizar el terreno El Atlético de Madrid ha sido uno de los últimos en clubes en sumarse a la tendencia del césped híbrido. El conjunto rojiblanco instaló este sistema la pasada temporada en el Wanda Metropolitano y se sumó al Real Madrid, el Villarreal y hasta siete clubes más. Un tepe de césped híbrido es igual a la vista que uno natural. Dentro de la planta, sin embargo, se encuentran fibras de césped artificial que están atadas a una malla perforada que permite el paso del agua y de las raíces. Ese 2% de fibras artificiales logra que el terreno sea mucho más estable, algo que favorece el buen juego y la seguridad física de los futbolistas. LaLiga 4La pintura al agua reemplaza a la cal En todos los campos de LaLiga, la pintura al agua, siempre blanca, ha reemplazado a la tradicional cal. Para pintar las líneas del terreno de juego se utilizan máquinas a presión o de contacto y se tiran cuerdas que sirven de guía. Las previsiones meteorológicas cobran importancia para saber cuándo es más apropiado pintar. Si hay un pronóstico de lluvia, por ejemplo, hay que anticiparse. LaLiga 5Más de 30 aspersores en el campo casi imperceptibles El riego es fundamental para el crecimiento de la planta, pero también para permitir una forma de juego rápida, vistosa y atractiva. Cada club tiene libertad para mojar el césped como desee de cara a un encuentro, pero debe rellenar un informe en el que precise cuánto tiempo regará antes y después del calentamiento previo al pitido inicial y en el descanso. Los aspersores deben ser pequeños para que el jugador no los note y no afecte al desarrollo del juego. ¿Cuánto se debe regar? Un riego corto, de dos minutos antes de un partido, deja aproximadamente medio litro de agua por metro cuadrado. Uno largo, en verano o para algún tratamiento específico, puede alcanzar hasta los 10 litros por metro cuadrado. En su campo, la SD Huesca cuenta con 35 aspersores (en la foto) para regar el terreno de juego después de cada siega y antes de los partidos. Suelen estar escondidos bajo un tepe de césped. LaLiga 6Ventiladores gigantes para aliviar el calor El aire es uno de los principales factores para un buen crecimiento del césped. Principalmente en verano, el FC Barcelona usa ventiladores para combatir el calor y la humedad que puedan encerrar las gradas del Camp Nou. Se utilizan para enfriar la zona aérea del césped. Sus objetivos son bajar la temperatura (para lo cual se utilizan junto con nebulizadores de agua) y eliminar la humedad, que suele favorecer la proliferación de los indeseados hongos. Con ocho ventiladores de 400 kilogramos colocados a los costados del terreno de juego, que expulsan 270 litros de agua por hora, el Barça (en la foto) logra cuidar todo el césped de su campo. El Athletic Club de Bilbao también los usa para favorecer la circulación del aire en un campo tan cerrado como San Mamés. LaLiga 7Una máquina diferente para cada tipo de siega Para cortar el césped hay dos clases de máquinas segadoras, las helicoidales y las rotativas. Las primeras se utilizan para preparar el terreno antes de cada partido, por la calidad y la perfección con las que siegan. Las rotativas sirven para aspirar los restos vegetales que quedan tras un encuentro. Mantener limpio el césped evita que se forme una capa de materia orgánica que puede ser perjudicial para el terreno y favorecer el desarrollo de distintas enfermedades en la planta. En Montilivi, el estadio del Girona FC (en la foto), realizan tres siegas durante la semana y dos más exclusivamente el día de partido. LaLiga 8Un tipo de césped para cada estación La mayoría de los campos españoles tienen una clase de césped denominada 'Ryegrass', una semilla inglesa. Pero en verano, el clima mediterráneo puede ser agobiante para la planta. Otro tipo de verde llamado 'Bermuda' tolera más las altas temperatura y requiere menos cuidado. Por eso, cuando llega la primavera, en marzo o en abril, los expertos escarifican el césped: lo raspan y utilizan productos para que crezca la 'Bermuda'. En otoño, cuando este tipo de césped se “duerme” y se vuelve amarillo, los responsables de los estadios deben resembrar el típico 'Ryegrass'. 9Mantas térmicas para arropar la hierba Algunos clubes no cuentan con luces de crecimiento y para proteger a la planta del frío deben utilizar mantas térmicas. En Mendizorroza, por ejemplo, el equipo de especialistas del Alavés despliega cinco de ellas de 22 metros por 76 para subir la temperatura del césped entre cuatro y seis grados. Cuando la planta se congela y alguien la pisa se parte y tarda muchos meses en recuperarse. Las mantas evitan la formación de hielo. Se inflan con un tubo para que sean más livianas y que dos personas puedan desplegarlas a lo ancho del campo. 10La hierba mala que amenaza los campos La 'Poa annua', una hierba que crece entre el césped profesional, es uno de los mayores riesgos que tienen los campos de España, especialmente los del norte, para estar a la altura de los requisitos de LaLiga. Esta planta, de un verde más claro, tiene una raíz más corta y hace que el césped se desprenda con mayor facilidad. El Celta de Vigo, en Balaídos, sufre este problema. Para combatirlo agujerean el terreno con una pinchadora que equilibra la cantidad de aire y de agua de los poros de la tierra y favorece el desarrollo de las raíces. Si no lo logran, los responsables del mantenimiento del campo deben arrancar con la mano la 'Poa annua' a tiempo para que no se propague por el césped. 11Solo un centímetro de diferencia en todos los campos Hasta la implantación del Reglamento para la Retransmisión Televisiva de LaLiga en 2016, no había ninguna indicación acerca de la altura que debía tener el césped de un estadio del fútbol español. A partir de entonces, los clubes solo tienen un margen de diez milímetros: el césped debe medir entre 20 y 30 milímetros (excepto aquellos de clima cálido, que siembran un tipo de semilla conocido como 'Bermuda', que pueden oscilar entre los 15 y los 20 milímetros). En Montilivi, el estadio del Girona, por ejemplo, suben la altura del césped en invierno y verano, las estaciones más duras para la planta, que así se hace más resistente. Un prisma sirve de herramienta para medirlo con exactitud (en la foto). LaLiga 12El examen que deben pasar todos los céspedes Para asegurar la calidad de todos los terrenos de juegos, LaLiga realiza periódicamente auditorías a los céspedes de los campos. Cada evaluación tiene una docena de pruebas. Se evalúa la infiltración (capacidad de permeabilidad de agua), la altura del corte, las dimensiones del terreno de juego, la humedad, el grado de cobertura vegetal, su grosor, la firmeza (dureza del campo), la resistencia rotacional (si permite el correcto giro de las botas), la profundidad del enraizamiento, la rodadura y el bote de balón. A continuación, explicamos las más relevantes. 13La prueba del drenaje. ¿Cuánta lluvia aguanta un terreno? Si llueve, un campo de LaLiga debe tener la capacidad de absorber al menos 50 milímetros de agua por hora. El ensayo de infiltración es uno de los puntos más importantes de la auditoría a la que se somete cada terreno de juego al menos una vez al año. Para hacerlo, se satura con agua una parte del césped para evaluar cuánta puede infiltrar en 20 minutos. LaLiga 14La prueba de la resistencia rotacional. Nadie debe romperse en un giro ¿Cuánto se agarran los tacos a un terreno de juego? A esta medida, los expertos del césped la llaman resistencia rotacional. El campo puede estar muy resbaladizo para los futbolistas, pero si está muy firme puede causar torsiones en las articulaciones. Ni una cosa ni la otra. Una máquina con unos tacos que simulan la bota de un jugador y a la que se le carga peso gira sobre el césped para ver en qué momento el campo no aguanta más. LaLiga 15La prueba del bote del balón. Para evitar que la pelota haga extraños Los examinadores de los céspedes de laLiga Santander también se ocupan de que el balón bote y ruede a la perfección. Favorecer el buen juego es uno de los tres aspectos fundamentales del cuidado del campo junto a la belleza de los terrenos y a la seguridad de los jugadores. En cada auditoría, LaLiga utiliza una rampa a 45º para dejar caer el balón y medir la distancia de rodado, que deber ser entre cinco y doce metros. Lo mismo se hace con el bote del balón, que debe ser uniforme a lo largo y a lo ancho del campo. En LaLiga creen que si el jugador mira mucho al césped cuando está por recibir un balón aéreo significa que no está convencido de que botará de la misma forma en todos los sectores. LaLiga 16La prueba de la cobertura vegetal. ¿Aquí hay calvas? Con una malla de un metro por un metro que tiene 100 cuadrículas, los auditores pueden medir la cobertura vegetal del césped de un terreno de juego. A través de estas 100 cuadrículas, que representan el porcentaje total del campo, los responsables calculan el índice de 'poa' (hierba) en distintos sectores del verde. LaLiga Archivado en: La Liga Ligas fútbol Fútbol Organizaciones deportivas Competiciones Deportes Más información Los nuevos artistas del césped son los que lo hacen crecer