Cartas al director

Cárceles virtuales

A pesar de nacer en la época de la expansión y el auge tecnológico, creo que soy consciente de la situación que estamos viviendo actualmente: salir a la calle y ver a todos los niños con la cabeza hacia abajo y mirando fijamente sus teléfonos móviles, moviendo el pulgar sobre la pantalla de vez en cuando. ¿Qué pasó con polis y cacos, el pilla-pilla, el escondite o las pachangas de fútbol entre amigos? Al parecer, todas estas divertidas y antiguas tradiciones están siendo olvidadas por los más jóvenes y están siendo suplantadas por un pequeño aparato disponible en cualquier pa...

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A pesar de nacer en la época de la expansión y el auge tecnológico, creo que soy consciente de la situación que estamos viviendo actualmente: salir a la calle y ver a todos los niños con la cabeza hacia abajo y mirando fijamente sus teléfonos móviles, moviendo el pulgar sobre la pantalla de vez en cuando. ¿Qué pasó con polis y cacos, el pilla-pilla, el escondite o las pachangas de fútbol entre amigos? Al parecer, todas estas divertidas y antiguas tradiciones están siendo olvidadas por los más jóvenes y están siendo suplantadas por un pequeño aparato disponible en cualquier parte del mundo llamado smartphone.

Puede que esté pareciendo una persona en contra de la tecnología pero, todo lo contrario, yo también utilizó los teléfonos ya que es una poderosa herramienta del tamaño de una mano llena de información. Sin embargo, creo que estas tecnologías están privando a toda una generación de observar y disfrutar del mundo que les rodea.

Pablo Peña González. Santander

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