Cartas al director

De pensiones

He participado en los IV Jornada de Pensiones en España. Interesante. Los ponentes han enfatizado su situación dramática y la solución se reduce a la vieja receta: diversificación, pensión pública, fondos de pensiones de empresa y fondos de pensiones privados; los argumentos son apabullantes. Pero, ¿quién puede tener un fondo de pensiones privado? Las empresas ¿están dispuestas a proporcionar fondos de pensiones a sus empleados? ¿Es factible obligarlas? ¿Se ha abierto, en el debate, su voluntad a colaborar en el tema de las pensiones? La exposición realizada ha incidido en algo a lo que ya nos...

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He participado en los IV Jornada de Pensiones en España. Interesante. Los ponentes han enfatizado su situación dramática y la solución se reduce a la vieja receta: diversificación, pensión pública, fondos de pensiones de empresa y fondos de pensiones privados; los argumentos son apabullantes. Pero, ¿quién puede tener un fondo de pensiones privado? Las empresas ¿están dispuestas a proporcionar fondos de pensiones a sus empleados? ¿Es factible obligarlas? ¿Se ha abierto, en el debate, su voluntad a colaborar en el tema de las pensiones? La exposición realizada ha incidido en algo a lo que ya nos vamos acostumbrando: la invisibilidad que se tiene hacia parte de la sociedad a la que se exige resignación —la palabra la utilizó uno de los oradores—. Y aún nos preguntamos por qué se vota a los “encantadores de serpientes”: porque les ven, aunque solo sea para engañarles.

Pedro J. Esteban Barea

Madrid

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