Conectarse, sí. Dispersarse, nunca

En los últimos tiempos, los expertos vienen alertando de un efecto secundario de la omnipresencia de la tecnología en nuestras vidas: la distracción. Ser incapaces de concentrarnos en una sola tarea es la otra cara de la moneda de unos hábitos sociales que nos hacen estar conectados –y potencialmente dispersos– durante gran parte de nuestro tiempo. Los expertos señalan, por ejemplo, que recurrimos al teléfono entre 80 y 110 veces al día. Y que entramos a consultar Facebook o el correo electrónico mucho más de lo necesario.

De ahí se desprende una consecuencia inesperada: la nueva revolu...

En los últimos tiempos, los expertos vienen alertando de un efecto secundario de la omnipresencia de la tecnología en nuestras vidas: la distracción. Ser incapaces de concentrarnos en una sola tarea es la otra cara de la moneda de unos hábitos sociales que nos hacen estar conectados –y potencialmente dispersos– durante gran parte de nuestro tiempo. Los expertos señalan, por ejemplo, que recurrimos al teléfono entre 80 y 110 veces al día. Y que entramos a consultar Facebook o el correo electrónico mucho más de lo necesario.

De ahí se desprende una consecuencia inesperada: la nueva revolución tecnológica consiste, precisamente, en mantenernos al tanto de todo reduciendo la dispersión al máximo. Y por eso los relojes conectados de la firma sueca Kronaby son una respuesta inteligente, sensata y bien diseñada a la maldición contemporánea de la distracción. "Realineamos la tecnología para que se adapte al usuario, y no al revés", comenta Henrik Jarl, Director Global de Marketing y Comunicación de Kronaby. Por eso, lo primero que hace el propietario de un reloj Kronaby es configurarlo a través de una app que le permite decidir qué función quiere atribuir a los pulsadores, la corona y los sub-diales de su reloj. De este modo, puede rechazar llamadas, despertarse con una alarma silenciosa y recibir solo las notificaciones que desee.

Para empezar, porque estos relojes cuentan con tecnología punta, pero no lo aparentan: no hay ni rastro de pantallas digitales en sus esferas y cajas, construidas según los cánones de la relojería tradicional suiza. Por eso, a primera vista, la tecnología es invisible en sus cuatro modelos clásicos –Apex, Sekel, Nord y Carat– de diseño minimalista y práctico. Un buen ejemplo son los dos nuevos relojes que se incorporan a la colección esta temporada. Apex 43 mm, inspirado en los velocímetros de los coches deportivos, tiene dos sub-diales que se pueden personalizar. Sekel 41 mm, a su vez, evoca los clásicos de la relojería analógica con caja y brazalete de acero inoxidable.

En resumen: simplicidad, inteligencia y carácter. Por eso no extraña que, como embajador global de la firma, Kronaby haya elegido a un actor que no suele prodigarse en colaboraciones, y que ha labrado su carrera a base de talento y personalidad. Matías Varela (sueco, pero de ascendencia española) es conocido por sus papeles en Narcos, Assasin's Creed y Point Break, y sabe perfectamente lo que es vivir en medio del bullicio digital. "Dividiendo mi tiempo entre Hollywood y Europa, y con mi familia en Estocolmo, es difícil acabar hiperconectado, sobrestimado, distraído y alejado de las cosas que verdaderamente importan", asegura.

Por eso, la campaña que protagoniza lleva el título de Connected. Not distracted, y celebra esta nueva generación de relojes conectados de diseño minimalista que cada vez incorporan más funcionalidades. Por ejemplo, una opción para buscar el teléfono, recordar lugares o controlar la música. Y también una nueva posibilidad, IFTTT, que permite diseñar una app a medida con la que controlar con un toque funciones domóticas como encender las luces de casa, preparar una taza de café o abrir la puerta del garaje. Cosas, al fin y al cabo, más importantes que estar todo el día pendiente de una pantalla.